El teatro Municipal en el ojo de la tormenta
A pesar de tener un proyecto ganador de un concurso, la obra fue adjudicada de manea directa a los arquitectos Mallet y Dunant
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 113 años, en mayo de 1911, el Concejo Deliberante solicitó a los arquitectos Jacques Dunant y Gastón Mallet el proyecto definitivo para la construcción del teatro Municipal.
Desde 1909 se venía trabajando para tener un proyecto de un edificio al que se consideraba emblemático. Lo singular del caso es que esta decisión, avalada por el intendente Valentín Vergara, abría dudas sobre cómo se estaba actuando. “Convendría ordenar los antecedentes para ajustar el trámite a la regularidad y discreción, evitando dejar puntos vulnerables a la crítica y cerrando opiniones desfavorables”, publicó este diario.
El comentario venía a cuento porque en administraciones anteriores se habían solicitado planos y propuestas para el edificio, contando con proyectos de José Baüerle, Joaquín Saurí, Alberto Coni Molina, entre otros. Incluso se había convocado a un concurso, del cual resultó ganador el arquitecto francés Louis Faure Dujarric. El proyecto de Dujarric se impuso por “su bondad artística”, una arquitectura “llamada a vincular a nuestra ciudad un nombre afamado y a señalar un adelante en estética edilicia”.
Por eso ahora se tenía esta situación que, sin fundamentos, autorizaba a otros profesionales a presentar nuevos planos. “¿Porqué no se llama a un nuevo concurso?”, planteó este diario, de modo de ajustar el procedimiento a lo correcto, y hacer las aclaraciones del caso.
Porque además el teatro no era una obra más. “Va a evidenciar una distinción en estética urbana que va a decir a las futuras generaciones algo del refinamiento artístico del presente y que merece que se resuelva con un criterio inteligente”.
En octubre de ese año la empresa constructora Luisoni-Bernasconi dio inicio formal a la construcción, con el proyecto de Dunant y Mallet. El teatro fue inaugurado el 9 de agosto de 1913