"Tito" Rivera prolongó su propia fiesta de despedida con Pueyrredón

Fernando Rodríguez

[email protected]

Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.

 

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

Saludó más que novio en el atrio. Todos le agradecían, había sido uno de los principales responsables en que se prolongara la fiesta de Pueyrredón.

Gastón Rivera se convirtió en "Súper Tito" en otra noche que sabía, podía ser de despedida. O casi.

Próximo a cumplir 42 años, disimuló la edad derrochando energía, defendiendo, corriendo, dejando todo, siendo ejemplo para los más chicos, como en una acción de doble y falta en la que quedó tendido en el piso, cara a cara frente a los nenes que disfrutaban del momento al borde de la línea de fondo y uno le acarició la cabeza. Esas imágenes imborrables.

-¿Qué importancia tuvo este partido en tu carrera?

-El más importante, porque era el último.

-¿Ya lo tenés definido?

-Sí, ya está en un 95 %, por eso hay que dejar todo. Tanto David (Pineda, el otro que se está despidiendo) como yo, que somos los más grandes, vamos a dejar todo para ganar.

Así de simple, así de claro. Pueyrredón le ganó a El Nacional (87 a 81) y forzó un quinto juego por el ascenso directo a Primera, que se jugará el viernes en cancha de Estrella.

"La verdad que seguí estos cuatro meses para tener la revancha del descenso. Era un torneo corto. Y una final no se juega todos los días, por eso hay que dejar todo", insistió Tito, que terminó con 21 puntos (7-12 en dobles y 7-9 en libres), más 3 rebotes, 2 asistencias y 2 recuperos.

"Sabemos que nos damos confianza de atrás hacia adelante, tenemos gol en varias manos, con Lucas (Lucchetti), Nico (Renzi), David (Pineda), Julián (Cassalini), Juan (Paronetto) viniendo de atrás y Augusto, aunque se lesionó; todos podemos aportar. El tema que si no estamos metidos defensivamente, regalamos demasiado. En este partido no había mañana y teníamos que jugar así. Entonces, cuando nos ponemos duros, como en el segundo tiempo, los podemos quebrar", opinó.

A final cerrado, Rivera entiende que cuentan con ventaja.

"Lo que buscábamos era que no se nos escaparan en el marcador. Si los mantenemos en 3 o 4 puntos llegamos con chances al final -señaló- sino, pasa lo del partido anterior, que nos sacaron casi 20 puntos y después no llegamos".

-¿Considerás que El Nacional juega con más presión que ustedes?

-Cuando jugás una final te olvidás de todo eso, jugás para ganar. Las ganas de ganar las tenemos los dos equipos y la presión, en nuestro caso, nos la ponemos nosotros, porque en el club no hay ningún tipo de presión.

-¿Qué puede pasar en el quinto?

-Los dos equipos tenemos las mismas chances. Es una serie que sabíamos sería pareja y queríamos llegar hasta el final.

Lo lograron...

"Vinimos muy confiados"

En medio de la cancha, haciendo algo de sociales mientras bajaban las pulsaciones, Nicolás Quiroga se mostró tranquilo a pesar de la derrota.

"Por ahí vinimos muy confiados. Esto nos sirve para darnos cuenta lo que puede pasar; el próximo partido hay que entrar de otra manera. Hoy (por anoche) entramos inconscientemente sabiendo que teníamos una bala más y nos jugó en contra estar tan flojos defensivamente, tenemos que ponernos duros", admitió el interno de El Nacional.

Nuevamente el celeste llega a una situación extrema en cuanto a definiciones.

"Por suerte ya lo vivimos y sabemos cómo es un quinto partido. Veremos de qué manera influye en ellos. Los dos estamos en las mismas condiciones y el que cometa menos errores se va a llevar el partido. Tenemos puntos en todas las manos -dijo- y en distintos momentos puede aparecer uno, así que necesitamos mover la bola y jugar para el que esté bien".

-¿Eso de tener puntos en distintas manos a veces los confunde y los lleva al apresuramiento?

-Por momentos no nos damos cuenta y sí, el que tiene la pelota la tira, sabiendo de su buena efectividad. Creo que el próximo partido vamos a estar más tranquilos, sin tanta ansiedad.