¿Cómo tengo que proceder ante una estafa bancaria?
Algunas cuestiones básicas para actuar sin paralizarse.
Licenciado en Economía por la UNS y periodista económico con 16 años de trayectoria en La Nueva. A la largo de su recorrido profesional, se ha especializado en el seguimiento de los grandes problemas de la economía argentina y sus posibles implicancias para la bahiense, con una mirada local.
También se desempeña como profesor de los niveles secundario, formación profesional y terciario en Economía Política, Administración y Contabilidad.
En tiempos de transacciones que se procesan en tiempo real a diario y a cada milésima de segundo, las estafas bancarias son algo cada vez más frecuente. Ante una posibilidad que crece, surge la pregunta: ¿qué hago si me pasa?
Y al pobre incauto que le toca padecer una de estas modalidades delictivas le espera un duro derrotero que empieza muy difícil: “no podemos hacer nada”, es la primera frase que se escucha desde el call center de un banco, música funcional y largas esperas telefónicas incluidas.
Pero ¿cómo actuar? Para conocer que se puede (y que no se debe) hacer ante este tipo de indeseables situaciones, dialogamos con el abogado bahiense Emiliano Alvarez Drutz, director del Instituto de Derecho del Consumidor del Colegio de Abogados de Bahía Blanca (CABB) y profesor de la Universidad Salesiana (UNISAL).
El profesional disertará hoy a las 17 en un conversatorio con entrada libre y gratuita en Gorriti 1.249 (sede de la UNISAL) acerca de “Relación de Consumo: el rol de las asociaciones de defensa del consumidor” junto a Claudio Daniel Boada, presidente de la Unión de Consumidores y Usuarios de Argentina. Los tramos salientes del diálogo, a continuación.
-Las estafas virtuales son cada vez más recurrentes y la primera respuesta del banco es siempre “no podemos hacer nada” pero ¿se puede hacer algo?
-Si. Tomando como ejemplo el débito en cuenta por un crédito no solicitado, la persona afectada tiene que comunicarse urgente con la entidad y pedir que se inicie una investigación tendiente a constatar que no solicitó ese préstamo.
“Obviamente, el banco le va a pedir un tiempo de constatación, motivo por el cual, hay que dirigirse a sede policial para pedir una medida cautelar que suspenda en forma inmediata la operación fraudulenta. No hay que frustrarse y actuar frente a esa negativa inicial del banco”.
“En realidad, todo deviene de que no se respeta una norma del BCRA que exige un plazo de 48 horas antes de realizar la acreditación de los fondos de un crédito que, por ejemplo, se saca por homebanking. Como los bancos no siempre la respetan, la gente tarda en darse cuenta y para cuando lo hacen, pasaron los 30 días y les debitan la primera cuota”.
-Se sabe que las modalidades cambian todo el tiempo ¿cuál es la última qué conoce?
-Se está dando mucho que una persona recibe un dinero en transferencia. Acto seguido, se conectan diciéndole que se trató de un error y, por ende, le piden por favor la restitución del dinero.
“Generalmente, la gente accede sin darse cuenta de que es dinero que el delincuente robó de una tarjeta de crédito y, en el acto de hacerle la transferencia, se convierte en cómplice involuntario. Por ese motivo, ante la menor duda con respecto al origen de una transferencia mi recomendación es que se avise urgentemente al banco”.
Engaños varios
-Estimaciones privadas señalan que alrededor del 6% del consumo de los argentinos se realiza a través del comercio electrónico, que crece a tasas exponenciales año a año. En ese marco, ¿proliferaron las quejas de los consumidores por publicidad engañosa, por ejemplo?
--Si, son moneda corriente. Por eso, el consumidor tiene que ser muy consciente a la hora de comprar on line. Es fundamental que conozca de antemano no solamente toda la información realizada con la oferta del producto que se pretende adquirir, sino con la postventa, por ejemplo, a quién hay que referirse por algún reclamo, cuáles son las garantías, qué pasa si falla algo, etcétera.
-¿Qué pasa con los sectores que generan más reclamos?
-Eso no ha cambiado demasiado. Históricamente, los bancos y las compañías de telefonía móvil encabezan las quejas de los consumidores.