Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Rosales y la elección de su nombre para estas tierras

Se recordó un nuevo aniversario de su fallecimiento, frente al mausoleo donde descansan sus restos.

Fotos: Rolando Ramos-La Nueva.

   El 5 de noviembre de 1996, la corbeta  ARA Rosales llegó a la dársena de la Base Naval de Puerto Belgrano transportando una pequeña urna con los restos del Coronel de Marina Leonardo Rosales.

   La elección de la fecha no fue casual, pues se la hizo coincidir con el natalicio del prócer, el 5 de noviembre de 1792 en Buenos Aires.

   Depositados sobre una cureña, los restos fueron conducidos en procesión por la Base Naval hasta la parroquia Stella Maris. Luego, se dirigió  hasta el ingreso a Punta Alta.

   Por calle Bernardo de Irigoyen, autoridades, representantes de asociaciones, alumnos y vecinos siguieron a paso lento el vehículo que trasportaba la cureña, escoltada por los integrantes de los scouts “Coronel Rosales”.

   Finalmente, la procesión se detuvo frente a la iglesia María Auxiliadora.

   Allí se celebró un breve oficio religioso. Posteriormente, dos jóvenes del “Grupo Scout Coronel Rosales”, Maribel Lon y Walter Braidot, trasladaron la urna con los restos del héroe naval hasta el sitial de honor ubicado en la escalinata de acceso al templo.

   Hizo uso de la palabra el intendente del partido, Jorge Izarra, quien junto a Osvaldo Mércuri depositaron la urna en el lugar en el que descansarán para siempre los restos del héroe naval, según se expresa en el informe del Archivo Histórico Municipal de Punta Alta.

   En el frente del mausoleo, ubicado en el atrio del templo, se colocó un mármol donde se encuentra grabado el nombre de Rosales y las fechas de su nacimiento y muerte.

   Precisamente, en estos días, las autoridades se reunieron frente a la parroquia ubicada en Rivadavia al 500 para conmemorar el 187 aniversario del fallecimiento del Coronel de Marina Leonardo Rosales, tras lo cual se colocaron ofrendas y luego se participó de una misa en su memoria.

En el Río de la Plata

   En las páginas del Archivo, se recordó que el contralmirante Marcelo Loza, en el discurso durante el acto de repatriación sostuvo que: "Nunca hubieras imaginado que te esperaba para albergar tus restos una tierra que lleva tu nombre, en tu querida Buenos Aires”.

   Es que toda la actuación de Leonardo Rosales se desarrolló del Río de la Plata al norte y jamás conoció estas costas, las que permanecieron poco menos que desconocidas durante la mayor parte de su vida.

   Leonardo Rosales ingresó a la Armada como marinero el 30 de octubre de 1812, con 19 años. Intervino en la Guerra de la Independencia, de 1812 a 1814.

   Durante la campaña de 1814, a las órdenes de Guillermo Brown, se destacó en los combates de Arroyo de la China, del Buceo y de Montevideo.

   Asimismo, combatió en la Guerra del Brasil (1825-1828), donde tuvo una brillante actuación, en especial en los combates navales de Los Pozos, Quilmes y Juncal.

   Enrolado en el bando unitario, tuvo que exiliarse cuando subió Juan Manuel de Rosas al poder, estableciéndose  como pulpero en Las Vacas (hoy  Carmelo, República Oriental del Uruguay), donde falleció en 1836.
   Cuando en 1945 se logró la autonomía de Punta Alta y ante la necesidad de bautizar el partido, se pensó en el nombre de un marino para dar relevancia a la Armada en el distrito.

   La elección recayó en el Coronel de Marina Leonardo Rosales, que integra, junto a Guillermo Brown y a Tomás Espora, la trilogía de grandes héroes navales de la Armada Argentina.

   A partir de ese momento, en Punta Alta comenzó a desarrollarse un particular interés por todo lo vinculado a su héroe epónimo. Hacia 1960 en nuestro medio se originó una Comisión, denominada “Ciudadanos de la Clase 1910”, que pudo poner en marcha los mecanismos oficiales y diplomáticos que hicieron posible la repatriación de los restos del marino.