Las razones del gran comienzo de la Fiesta del Camarón y el Langostino

Franco Pignol

fpignol@lanueva.com

Periodista. Gestor cultural. Creador del festival "Por una vez que nos juntamos". Co-director de Espacio Cultural Juanita Primera. Parte de la Secretaría de Cultura de la Universidad Nacional del Sur. Premiado en un concurso literario a nivel nacional por su originalidad, conoció Nueva York y buena parte de su cultura.

Dicen que el primer paso suele ser el más importante. El Puerto de Bahía Blanca fue anoche una fiesta que promete continuar hasta el domingo, inclusive. La jornada inicial de la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino fue un éxito que intentaremos desglosar.

El tradicional encuentro whitense cumple con varias características que, en conjunto, lo hacen de consumo súper atractivo para un tercio de la población de Bahía Blanca. Es que anoche tarareaban temas de La K’onga más de 100 mil personas (llegaron colectivos desde Neuquén, Olavarría, Tandil y ciudades de la zona), algo comparable solamente con los grandes festivales de Buenos Aires. Un hormiguero humano ávido de entretenimiento.

Esas virtudes las podemos enumerar. Ninguna de ellas sería muy importante si no existiera la otra:

1) El gran momento que viven las bandas nacionales que coronan el cartel del escenario Camarón: Ángela Leiva, por ejemplo, no para de llenar teatros en nuestro país (recordemos su última y explotada visita al Gran Plaza). Además, aún está candente su hit “Amiga traidora” y su exitosa participación en el programa de Tinelli. Qué podemos decir de La Kónga. Es “la” banda de cuarteto que supo y pudo trascender las fronteras de Córdoba para conquistar la popularidad casi al mismo nivel que Ulises Bueno. Atraviesa un presente óptimo y anoche lo demostró.

2) No es un festival que sólo se apoya en el marketing, los diseños coloridos y las frases hechas. Todo lo contrario: su sostén son los 32 años de trayectoria, la historia anclada al mar que los propios whitenses, a través de la Sociedad de Fomento y otras instituciones fueron revalorizando, sosteniendo y festejando a lo largo de los años. También es innegable el impulso que durante las últimas dos temporadas le dio el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, a través de su presidente Federico Susbielles. La vara está cada vez más alta.

3) La posibilidad de vivir una experiencia íntegra, que no sólo tiene que ver con el gusto por los artistas que suben a los dos escenarios. Ayer hubo más de 100 feriantes (desafío a alguien que los haya visto y se acuerde de todos), más de 30 Food Trucks, un patio cervecero, un galpón con gastronomía marítima (paella y frutos de mar) a cargo del club Huracán y bebida de Comercial, estatuas vivientes, seis bandas de Bahía Blanca con grandes perfomances y más entretenimientos para toda la familia.

4) La organización y la producción. Que una jornada de un festival de estas características salga bien es porque hay un equipo muy bien organizado. Es algo que pocos pueden imaginar y que hasta a los propios protagonistas les cuesta detallar. Este aspecto es fundamental para que tanta gente pueda disfrutar. Desde el armado de los escenarios, el sonido y la técnica hasta la correcta diagramación del espacio, los baños químicos, la seguridad, el vallado, los estacionamientos fuera del predio, la prevención, la atención médica, los comunicados por parlantes y tantos aspectos más que involucran a casi un millar de trabajadores.

5) La entrada es libre y gratuita.

6) El clima. Todo el tiempo nublado hizo que la tarde sea muy agradable sin la presión constante del sol en la cara y que a la noche alcance con un buzo y no mucho más. ¿Viento? Suavecito, casi imperceptible. Y eso, al lado del mar, es arrancar con buena suerte.

Hermoso e histórico es lo que está pasando en el Puerto de Bahía Blanca. Los bahienses nos merecemos un fin de semana así. Y empezó con el pie derecho.

Una gran sorpresa

Entre las bandas de Bahía Blanca que tocaron ayer estuvo Marco Tres que terminó haciendo bailar hasta a los containers. El combinado orquestal, de vestuario algo caótico, logró un repertorio acertadísimo. La gente le lo reconoció la entrega y energía con aplausos.

Encabezados por Quique Muhlleman le agregaron condimentos llamativos como la participación del grupo de baile de Sergio y Adriana o el ingreso de un bailarín disfrazado de “El Superman” para recrear el tema de Los Cartageneros.

Pero lo más emocionante fue la participación de Nora Roca como cantante invitada. La chica nacida en el barrio Obrero de Ingeniero White que dedicó su vida y su arte al tango, esta vez se acercó a los ritmos tropicales para hacer dos canciones que llegaron a lo más profundo de los corazones cumbieros. Su interpretación en “Cómo te voy a olvidar” (Los Ángeles Azules) y “Paisaje” (Gilda), fue inolvidable.

Temas propios vieron la luz

Data en Viaje fue la banda que rompió el hielo de esta edición en el escenario Langostino. La banda integrada por tres hombres y tres mujeres no abandonó los covers de Spinetta, Daft Punk y Zoe Gotusso, entre otros, pero a eso le agregó por primera vez tres temas propios que tuvieron un buen recibimiento en los que se acercaron temprano.

Covers para moverse

La primera jornada estuvo cargada de bandas de cumbia que repasaron un amplio repertorio de covers bailables. Estamos hablando de Chula Cumbia, Ni Chicha ni Limonada (banda que surgió e un casamiento) La Chancha y Bomba Cumbia.