Omar Morán y el trío más "mentao"

Redacción de La Nueva.

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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com / Twitter: @mrminervino1

   Hace 53 años, en julio de 1968, el recientemente desaparecido fotógrafo Omar Morán, obtuvo una de las más emblemáticas fotografías que reflejan la pasión que despierta el básquet en la ciudad.

Omar Morán

   Aquel mes se presentó en el estadio del club Estudiantes, ante el equipo albo reforzado, el poderoso equipo norteamericano Gulf Oil, una suerte de selección de ese país, que desarrollaba un juego moderno, con varios jugadores de más de dos metros.

   Considerado "uno de los conjuntos más calificados de los Estados Unidos", el Gulf Oil venía de ganar 228 de los 248 partidos jugados en Europa y América en los últimos años, lo cual le valió ser considerado un All Stars Basketball Team.

   Además de su juego efectivo y vistoso, la escuadra visitante tenía jugadores que impactaban por su altura: Niemann (2,12), Grey (2,04), Stoll (2,02) y Deydon (2,03). "¡Qué lungos son!", dijo Atilio Fruet, el jugador local más alto (1,87), cuando los vio pisar la cancha. Así planteadas las cosas, parecía que el equipo albo, que en rigor sólo puso en cancha a su jugador estrella, Alberto Cabrera, y estaba reforzado con Fruet, De Lizaso, Ojunián y Cortondo (todos de Olimpo), poco podía hacer frente a semejante contrincante.

    Aquella noche, Cabrera jugó mal (muy marcado, aportó 5 puntos), pero las actuaciones de Fruet (36) y De Lizaso (22) fueron suficientes para estampar un histórico 79 a 72. Fue la noche en que Cabrera le dio una asistencia histórica a Fruet (desde media cancha, de espaldas, cuando Lito hacía la diagonal al aro) y que Morán logró la imagen del trío más talentoso -- Fruet, Cabrera y De Lizaso-- en un conmovedor abrazo, cuando aún al partido le quedaban algunos minutos. El periodista Enrique Nocent, de este diario, tituló la foto: "El trío más mentado...". Una historia que seguirá viva mientras perdure en la memoria.