Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Condenado por pelear y apuñalar a un hombre con un destornillador

Alejo Javier Romero recibió una pena de ocho años y medio de prisión por el homicidio de Roberto Luis González Lagos, ocurrido a principios de 2019 en la ciudad de Carmen de Patagones. La víctima murió tras permanecer internada 21 días.

Fotos: Archivo LN.

   A principios del año pasado una docena de personas se reunieron en una vivienda de Carmen de Patagones. Comieron un asado, bebieron y bailaron, pero el encuentro terminó de la peor manera.

   Alejo Javier Romero, hermano del dueño de la casa, reaccionó contra Roberto Luis González Lagos y lo increpó porque supuestamente había mirado a su novia.

   La disputa continuó fuera del lugar, donde ambos comenzaron a pelear y González Lagos recibió heridas en la cabeza provocadas con un destornillador, las que lo dejaron en coma durante 21 días, hasta que finalmente murió.

   El agresor fue detenido por la policía en las inmediaciones, secuestrando en su poder el elemento con el que atacó a la víctima.

   Incluso, según se informó en ese momento, Romero intentó resistirse al procedimiento y los policías le dispararon una posta de goma para lograr reducirlo.

   En el marco de un debate abreviado, el juez Eugenio Casas, integrante del Tribunal en lo Criminal N° 2, le impuso una pena de 8 años y medio de prisión por el delito de homicidio simple.

   Para el magistrado quedó acreditado que el 2 de marzo de 2019, alrededor de las 6.30, en la vereda de un inmueble ubicado en la primera cuadra de calle Mayor Linares, de la localidad maragata, González Lagos recibió golpes de puño y una herida punzante en el cráneo, la que le provocó una hemorragia interna y la lesión irreversible de centros nerviosos superiores vitales.

   El hombre fue trasladado al Hospital Pedro Ecay, donde permaneció internado en el área de Terapia Intensiva hasta el 23 de ese mismo mes, cuando se produjo su deceso.

Testigos fundamentales

   Varias personas que participaron de la reunión declararon en la causa y describieron la forma en que se produjeron los hechos.

   Una mujer dijo que la novia del imputado estuvo bailando con varias personas y que esa situación lo enojó, reclamándole a la víctima por haberla mirado.

   Mencionó el dueño de la casa sacó del lugar a su hermano y la pareja, y que poco después González Lagos también dejó el sitio, por lo que imaginó que se iban a pelear.

   Siguió diciendo que salió a la vereda y observó el enfrentamiento.

   Explicó que intentó separarlos y que al hacerlo recibió dos heridas en el brazo. También manifestó haber visto a la víctima tendida en el suelo, con sangre en el cuello.

   Otra testigo relató lo ocurrido en término similares, mencionando que Romero tenía un elemento en una de sus manos, aunque no pudo identificar de qué se trataba.

   También indicó que el fallecido solo utilizaba para defenderse el brazo derecho, ya que en el izquierdo tenía la movilidad reducida por una lesión anterior.

   Respecto al elemento utilizado por el imputado para atacar a González Lagos, una mujer describió que, de acuerdo a lo que le indicó el dueño de la casa, el sujeto lo tomó de una mesa antes de ser retirado de la propiedad.

   En tanto, el magistrado también consideró el informe autopsial, en el que se describe las características de la lesión que recibió la víctima en el cráneo, las que resultan coincidentes con el destornillador secuestrado por la policía en la mochila que tenía el acusado al momento de su detención.

Su versión

   Al declarar en la fiscalía, Alejo Romero dijo que tras la discusión en la casa de su hermano la víctima lo invitó a pelear.

   Comentó que González Lagos tenía “algo como un cuchillo o similar” y que en el forcejeó logró arrebatárselo, para luego quedar “como ciego”.

   Indicó que advirtió cuando la víctima se desvaneció y vio mucha sangre, por lo que se asustó y salió corriendo.

   Agregó que lo que tenía en la mano lo tiró mientras iba caminando y que el destornillador que fue hallado en su mochila no lo utilizó en el hecho.

   “Esta versión de los hechos no se corresponde totalmente con la realidad de lo ocurrido”, afirmó el juez Casas en el fallo.

   Describió además que los testimonios de los testigos y el informe de las lesiones no se corresponden con lo relatado por el acusado.

   Manifestó también que las heridas sufridas por una mujer al intentar separarlos “permite señalar que no fue un acto aislado el uso del elemento punzante contundente, tras quitárselo a la víctima, como señala el acusado, sino que lo utilizó reiteradamente”.

   También destacó que ninguna persona dijo haber observado a González Lagos portar un objeto contundente o iniciar la pelea, “dado que, según refirieron, salió a hablar con Romero para aclarar el altercado anterior y fue éste quien comenzó a agredirlo pegándole primero una cachetada”.

   Por todo ello, el juez Casas consideró probado que Romero inició la disputa y que portaba el elemento con el que atacó al fallecido, imponiéndole la pena de prisión efectiva por el crimen.