Bahienses diseñaron un prototipo de respirador artificial

Redacción de La Nueva.

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Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com
Audionota: Mariano Muñoz (LU2)

   Un grupo de egresados de las universidades bahienses, profesores y estudiantes de años avanzados unieron voluntades para contribuir en un sistema sanitario que puede entrar en crisis en caso de que el coronavirus avance en nuestra ciudad.

   Uno de los objetivos que se fijaron estas personas, alrededor de 100 conectadas en línea, fue solucionar una de las problemáticas mayores: la falta de respiradores.

    Según contó Luis Maenza (docente de Ingeniería Mecánica de la UNS), apenas 5 días después de unirse vía redes sociales, ya construyeron un equipo, de muy bajo costo, que permite mecanizar el apretar y soltar un AMBU (respirador artificial manual) sin necesidad de una persona para que lo haga funcionar. 

   “Ya tenemos el prototipo 1 (ver foto), pero a su vez hay gente trabajando en mejorarlo, e incluso ya lo rediseñaron, pensando otras mecanizaciones”, contó Maenza.

   Y agregó: “Esto es un gran trabajo colaborativo. Varias de las 100 personas nos conocíamos, pero se unieron muchas otras, incluso de otros puntos del país, para aportar ideas. Lo hicimos en 5 días cumpliendo los requerimientos de aislamiento, sin pedir dinero al Estado, sin solicitar insumos de prueba al hospital. Principalmente sintiéndonos útiles desde el hogar, una forma también de ayudar ya que nos mantiene la moral y las defensas altas”.

   --¿Qué desarrollaron?

   --Un equipo que permite insuflar aire enriquecido, o no, con O2 a pacientes de forma mecánica y a su vez regula la frecuencia de insuflado y cantidad de aire por envío; programa la “rampa” de insuflado.

   “Puede funcionar con una batería de auto, ya sea para trasladar o si se corta la luz. Está pensado para tener en hospitales de campaña, donde las condiciones ya de por sí son precarias. O para ser usado por pacientes que por otras intervenciones también requieran de respiración asistida”.

   --¿Qué buscaron?

   --Está (menos el motor) pensado para ser realizado en materiales lavables, que sea imple y que se pueda hacer principalmente con una impresora 3D o cortes de placas planas y pocos insumos y mecanizados extra. Permite la incorporación de un filtro HMES, requerido en el protocolo si se usa un AMBU, lo que a su vez restringe el ventilar el virus en el ambiente protegiendo a médicos y enfermeros.

   “En esto hay que aclarar que no estamos haciendo un respirador de quirófano tradicional, ya que el que aspire a eso se condena a un tortuoso camino de homologación que lo hace inviable en el corto plazo. Con este trabajo estamos mecanizando, mejorando y regulando un AMBU”.

   --¿En qué ayudaría al personal médico?

   --Mi suegra, que era jefa de guardia en el Hospital Municipal, me contaba que cada vez que se cortaba la luz y el generador no arrancaba o tardaba en arrancar tenían que “bolsear” (la forma coloquial de hacer funcionar un AMBU) a las personas. Y contaba que a los 10 minutos el antebrazo se te contracturaba y se necesitaba otra persona para seguir haciéndolo, sino la persona se quedaba sin oxigeno y moría. 

   “Con este equipo, el personal médico evita ese trabajo físico y puede seguir cumpliendo sus funciones”.

   --¿Cuál es el paso que sigue?

   --Este ya está a disposición del hospital que lo requiera. Mientras tanto, lo seguimos mejorando y haciendo otras variantes, tanto de diseño como de su cinemática y control.

   Pero la ayuda de este grupo no se detiene en el respirador.

   “Hicimos máscaras protectoras para los hospitales y también desarrollamos soluciones de protección personal, principalmente ropa impermeable para poner sobre los camisolines descartables”.

   “Todo esto puso en evidencia que hay muchísima gente valiosa y colaborativa en nuestra ciudad. Y que si nos lo proponemos en muy poco tiempo, podemos lograr grandes cosas. Solo es cuestión juntarse (hoy virtualmente) y organizarse un poco”, cerró Maenza.