Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Historias de pasillo: René Favaloro y un homenaje a Marcos Benamo

El médico René Favaloro en el homenaje al Marcos Benamo.

Mario Minervino  /mminervino@lanueva.com

"Es indudable que ser honesto en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar. La mayoría del tiempo me siento solo". René Favaloro, su última carta

 

Este año se cumplirán 40 años de una de las tragedias más sentidas en la ciudad. En agosto de 1979 fallecieron los médicos Marcos Benamo, Héctor Urquiola y Jorge Luis De Andrés Varela.

Los profesionales terminaban de participar de un congreso en Jujuy cuando emprendieron el regreso a bordo de una avioneta Piper Alfa 28, propiedad de Benamo, quien a su vez oficiaba como piloto. Minutos después de despegar, la máquina se estrelló contra un árbol y cayó. No hubo sobrevivientes.

La conmoción que vivió la ciudad se mantiene viva en la memoria colectiva. Tanto por el prestigio de los profesionales como por su protagonismo social.

Benamo era jefe del servicio de cirugía del Hospital Penna y vicepresidente del Sanatorio Maternidad del Sur. De Andrés Varela, neumonólogo, había sido médico de IREL. Urquiola, especialista en gastroenterología y cirugía torácica, era vicepresidente de la Asociación Médica.

El homenaje

Al cumplirse el primer año de la tragedia se rindió tributo a sus memorias de una manera singular: organizando en la ciudad un curso sobre Patología Quirúrgica del Tórax, considerando que, de acuerdo al decir de los médicos, Benamo, Urquiola y De Andrés Varela fueron pioneros de la materia.

Entre los asistentes estaba René Favaloro, protagonista de la historia de la medicina del siglo XX.

Favaloro era amigo personal de Benamo. Por eso no tuvo inconvenientes en caminar hasta la Maternidad del Sur (hoy Hospital Privado del Sur), en calle Las Heras al 100, y ser uno de los oradores de la colocación de una placa en uno de los pasillos en memoria de su colega.

“Me hice un poco su hermano mayor en la guardia del viejo hospital Policlínico de La Plata”, detalló.

"Los bahienses sienten el orgullo de haberlo poseído. Su nombre está escrito para siempre en la historia viva de esta ciudad y de la cirugía argentina", dijo, conmovido, Favaloro.

A cuatro décadas de aquel homenaje la placa ocupa otro sitio, a pocos metros del acceso, como testimonio de una vida y de un gesto.

La placa en su actual ubicación y la recreación de la presencia de Favaloro, en 1980.

Un reclamo, un corazón

Aquella presencia de Favaloro en la ciudad no pasó desapercibida porque el profesional estaba involucrado en una gran polémica, luego de asegurar de manera pública que las obras sociales no eran suficientes para atender los requerimientos de la población. “El que hace medicina tiene un problema todos los días. La gente sabe que hay que mejorar las obras sociales”, indicó.

Esta situación del sistema sanitario sería una de las luchas diarias.

A principios de 2000 comentó lo difícil que era “trabajar en las condiciones que imponían las obras sociales”, entre aprietes, corrupción y pagos demorados. “Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida. Me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir”, mencionó.

Sin encontrar respuestas a su reclamos y acosado por la situación puso fin a su vida el 29 de julio de 2000, de un preciso balazo al corazón.