Una propiedad histórica de Bahía fue puesta en alquiler
Se trata del edificio donde funcionó el Patronato de la Infancia.
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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com
El cartel de "Se alquila" parece poner punto final a parte de la historia edilicia de una de las instituciones emblemáticas de la historia local, como es el Patronato de la Infancia.
Se trata del edificio de calle Zapiola 855 que desde hace más de una década ha resignado su uso original, desde la reconversión de la institución en un hogar de día.
La idea de alquilar el inmueble de 1.200 metros cuadrados se relaciona con la falta de uso que hoy tiene, a la vez la necesidad de la entidad de generar ingresos para solventar su funcionamiento.
El edificio resulta atractivo por ubicación y estética, con un llamativo color rosa, aunque por superficie y distribución --era originalmente el pabellón de niños y niñas-- la inmobiliaria que tiene a cargo su administración sugiere que es ideal para la instalación de un establecimiento educacional o de una clínica médica, por citar posibles destinos.
Desde la modificación de la ley que rige a estas instituciones, el patronato dejó de tener internados, manteniendo su funcionamiento en horario diurno.
La institución se ha ido descapitalizando y contando con menos personal, al tiempo de tener que sortear gran variedad de dificultades.
¿Qué es?
El patronato de la Infancia atiende las necesidades de más de 70 niños y jóvenes, a los que se les ofrece, de lunes a viernes de 7 a 18, educación, alimentación y recreación, apoyando no solo a la niñez sino a todas las personas necesitadas.
El primer artículo fundacional señala la función de "Proteger a los niños contra el abandono, la ignorancia, la miseria, las enfermedades, la orfandad, la incuria, los malos tratamientos y los ejemplos inmorales a que pueden estar
expuestos por sus padres, parientes o encargados".
Hoy se define como una organización benéfica sin ánimo de lucro, y su existencia se explica, según señalan desde la entidad, por "la diferencia que hay entre el mundo como es y como tendría que ser".
Es un espacio, se agrega, que desde su nacimiento parece destinada a prolongarse en el tiempo, cumpliendo con el objetivo que impulsó su creación.
El patronato fue fundado en 1906, por un grupo de damas bahienses. En 1911 comenzó a ocupar parte de la que fue luego conocida como "la manzana del patronato".
Los edificios principales fueron inaugurados en 1931, diseñados por el ingeniero Domingo Pronsato y merced al aportes estatales, de vecinos, empresarios y comerciantes.