Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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¿La mujer tiene menos deseo sexual que el varón? 

   La falta de deseo o desincronía sexual suele ser uno de los temas más consultados a los especialistas, dado que los niveles de deseo sexual pueden ser muy diferentes dentro de la pareja. Pero, ¿es cierto que la mujer tiene menos deseo sexual que el varón?

   La pregunta se corresponde con otro de los grandes mitos y creencias erróneas sobre la sexualidad. Hay que tener en cuenta que en largos períodos de la historia la sexualidad femenina fue reducida exclusivamente a la reproducción. Y el placer en ellas quedaba excluido. 

   Por lo tanto, durante mucho tiempo, se consideraba que la mujer tenía menos deseos que el varón, sin investigar si esto era realmente cierto. 

   Está visión fue trasformándose. En la actualidad, las mujeres viven y expresan su sexualidad con más libertad. Al mismo tiempo está cambiando la perspectiva de quienes estudian la sexualidad humana. 

   Las investigaciones sostienen que no se trata de tener más o menos deseo. Los niveles de impulso sexual son diferentes no sólo entre mujeres y hombres (tanto en funcionamiento como en su vulnerabilidad), sino entre las personas. Cada individuo tiene su propia forma de sentir y experimentar el erotismo y la sexualidad. 

   Se sabe que los varones llegan al encuentro sexual con su nivel de deseo alto, debido a que este se produce espontáneamente, antes de la masturbación o antes del encuentro con la pareja. 

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   En cambio, el funcionamiento del deseo sexual femenino aparece y va aumentando según los estímulos que recibe. Estos pueden ser internos; como pensamientos eróticos y  fantasías; o externos,  por medio de caricias, roces, susurros, besos o estimulación genital. La mujer responde al estímulo erótico con la misma velocidad que el varón.

   Entonces, para que se produzca el deseo sexual y este vaya en aumento, es muy importante que la mujer se encuentre receptiva y motivada. 

   Si  hay cansancio, estrés, preocupaciones u otros factores emocionales o físicos, el deseo se verá afectado. Debemos saber que el deseo sexual suele ser más vulnerable en las mujeres que en los varones.  

   También influyen otros factores como el estado de ánimo, la autoestima, complejos físicos o inseguridades. 

   Polly Young-Eisendrath, investigadora y analista junguiana, lo aclara en su libro La Mujer y el Deseo. “Entrar en la pasión y mantenerla exige algo más que el deseo de estar con el otro. Requiere al menos un mínimo de comodidad con el propio ser físico y emocional, gustarse suficientemente una misma para quererse compartir íntimamente con el otro”

   Esta afirmación puede ser de mucha utilidad a la hora de cuestionar, o cuestionarse, el deseo sexual femenino. Si no nos sentimos bien con nuestro cuerpo o con nuestras emociones, es muy difícil lograr la intimidad con otra persona. 

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   Los cambios físicos, las cirugías por razones de salud, los ciclos menstruales o el climaterio producen un descenso del deseo. 

   Por el contrario, si se busca crear un ambiente amoroso, afectivo, íntimo de erotismo y complicidad, el efecto sobre la activación del deseo sexual será el esperado. Este puede despertarse con un roce suave o una palabra dulce. Un gesto que invite a la mujer a relajarse, a sentirse mimada, comprendida o aceptada. 

   A modo de conclusión, podemos decir que no se trata de desear más o menos. La diferencia está en el funcionamiento y la vulnerabilidad. La manera en que se expresa el deseo siempre es diferente ya que somos seres únicos e irrepetibles, más allá del género.