Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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¿Cuántas veces es normal tener relaciones sexuales en la pareja?

   Una de las preguntas más habituales entre amigas, amigos o en las consultas es: ¿cuántas veces es normal tener relaciones sexuales?

   Bajo este interrogante se intenta encontrar una respuesta que encaje dentro de lo que se espera o se estima como “normal”. Y, en realidad, no hay una respuesta taxativa a ello, porque el deseo sexual es íntimo, personal y varía según cada persona. 

   Sin embargo, la desincronía sexual o las diferencias en el deseo es una gran preocupación para muchas parejas, que ocasiona discusiones, acusaciones y también peleas.

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   Cuando el deseo sexual no coincide entre los miembros de la pareja, surgen  cuestionamientos o reproches como:

   - Si yo no te busco, no me buscas.

    - Con suerte tenemos sexo una vez al mes.

   - Llego a la cama y ya te dormiste.

   Estos son sólo algunos y, a veces, se llega a grandes discusiones o peleas. Sin embargo, no hay un número o una regla que diga cuantas veces hay que hacerlo. El número de encuentros sexuales no debería ser una obligación para nadie. 

   El criterio con el que se determinaría la frecuencia “normal” o “anormal” está basada en mitos, creencias o comentarios que se escuchan en los medios, en reuniones, o en alguna encuesta cuyos resultados suelen estar sesgados o no son representativos de una población. Por eso, ninguno de estos datos puede tomarse con seriedad.

   Ajustarse a una cifra de lo que sería una frecuencia normal de relaciones sexuales no suma nada positivo a la pareja, puesto que cada una tiene su propio ritmo. 

   En el caso que ese ritmo se vea alterado lo más recomendable es hablarlo de manera amigable para encontrar una solución. Los reproches y las peleas no suelen solucionar nada.  

   La desincronía sexual puede tener varias causas. En primer lugar es recomendable consultar si se trata de un desorden del deseo sexual hipoactivo, tema del cual ya hemos abordados en otras columnas. 

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   En caso de que se descarte un desorden del deseo, será cuestión de revisar qué asuntos podrían estar ocasionando estas diferencias en el deseo sexual de la pareja. 

   La frecuencia varía con el tiempo y es cíclica. A veces, el exceso de trabajo, el estrés, las preocupaciones o las responsabilidades alteran el ritmo de los encuentros sexuales de la pareja. Por tal motivo, la desincronía sexual no siempre es un indicador de que algo anda mal en la pareja. 

   Los encuentros sexuales no se miden por la cantidad, sino por la calidad. No hay que encajar en un número de veces considerados normales sólo por algunos. 

   Recuperar el erotismo de los primeros tiempos y el ritmo propio de la pareja es posible, si se suman nuevas propuestas y complicidades.

   Buscar mayor conexión y ser más creativos es u  primer paso. Poner el foco en la calidad de los encuentros puede resultar muy favorable a la hora de sincronizar los deseos eróticos de la pareja.

   Tal vez es cuestión de salir del lugar de la queja y el reclamo, para abrirse al diálogo amigable y dejar de compararse con lo que, para otros, es normal.