Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Disfunción sexual. Cuando los varones no tienen ganas

   Hace un tiempo publicamos sobre el desorden del deseo hipoactivo o inhibido, en las mujeres. Aclaramos también que no se trata de un tipo de disfunción sexual exclusiva del sexo femenino. 

   El bajo deseo sexual es una disfunción que afecta también a los hombres y, a pesar de que se hable muy poco del tema, se sigue escuchando que los varones están siempre dispuestos o que siempre tienen ganas. Lo cierto es que se trata de viejos mitos y creencias que, a medida que las investigaciones avanzan, se van desplomando. 

   Según algunos estudios, dicha disfunción se da en mayor porcentaje en mujeres. Sin embargo en los varones, el bajo deseo sexual está aumentando.

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   Una investigación publicada en 2013 en la revista científica “The Journal Sexual of Medicine” encontró que el estrés, el cansancio y los conflictos de pareja parecen ser las causas más frecuentes del bajo deseo sexual masculino. 

   Esta pérdida del deseo puede ser continua o episódica y, en general, se presenta en la vida adulta luego de un período de deseo sexual normal. También cuando el varón se siente abrumado por las presiones laborales, compromisos, responsabilidades, ansiedad o ante situaciones de cambio y crisis personales. 

   Los especialistas indican lo importante que es consultar ante la falta de deseo. Se debe evaluar si su causa radica en la depresión o si se debe al consumo de medicación indicada para un determinado tratamiento. También puede atribuirse al abuso de sustancias o del alcohol. 

   La persona con deseo sexual hipoactivo (o inhibido) refiere desinterés por mantener relaciones, fantasías sexuales o actividad autoerótica. 

   Alrededor de los 50 años, la falta de deseo sexual masculino puede darse con mayor frecuencia debido a la disminución de testosterona. En algunos casos, además está acompañada por una disfunción eréctil. Entonces, el temor a “fallar” incrementa la falta del deseo según refieren algunas de las personas consultadas.

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   El psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin asegura que cuando existe una baja en el deseo sexual es importante revisar las causas orgánicas, farmacológicas, las relaciones de pareja, los mitos o las creencias.

    Además, según el profesional, se debe considerar el deseo de la pareja ya que, a veces, puede resultar mayor al deseo del consultante. Esto suele traducirse en un sentimiento de desventaja que lleva a pensar que se tiene un problema con su sexualidad.

   El deseo sexual inhibido se convierte en una verdadera preocupación para el varón, quien siente la presión social de los mitos. A ello se suma la opinión de muchas mujeres que, basándose en los mismos mitos, ejercen una presión adicional. 

   Lo primero que ellas piensan ante la falta de deseo del varón es que algo está pasando en la relación de pareja, teniendo en cuenta que ellos “siempre tienen ganas”. Y esta visión puede desencadenar un verdadero conflicto en la pareja. 

   Los reclamos femeninos suelen estar acompañados de cuestionamientos, tanto sobre una posible infidelidad, como por un desenamoramiento o porque sienten que ya no  resultan atractivas. 

   Sin embargo, en la mayoría de los casos nada de eso sucede. De ahí la gran importancia de la comunicación. Esa es la única manera de comenzar a derribar los mitos que ponen al varón en el lugar de estar siempre dispuesto o de tener siempre ganas.

   La realidad no es así. Al varón también le pesa esta carga social impuesta, la del macho que siempre tiene que poder. Por eso es importante saber que la disfunción puede ser tratada. El primer paso es hablar  la pareja y solicitar la ayuda de un especialista.