Con las formas del ayer. El correo en Bahía.
Mario Minervino / [email protected]
Hace 90 años, en octubre de 1928, se inauguró el nuevo edificio del 21 distrito de Correos y Telecomunicaciones, ubicado en la primera cuadra de la calle Moreno.
Si bien desde principios de siglo la ciudad reclamaba un espacio acorde para cobijar la trascendente función del correo, no fue sino hasta 1920 que, por gestión del abogado y convecino Valentín Vergara, por entonces diputado nacional, se acordó la construcción del edificio en la llamada “manzana nacional”, propiedad del estaco, donde ya se ubicaban las sedes de la Aduana (1904), el Banco de la Nación (1921) y Tribunales (1928).
La construcción del correo comenzó en enero de 1920 y, de hecho, la obra civil estuvo terminada en 1925, aunque por distintas circunstancias de orden administrativo, político y hasta de falta de mobiliario, se demoró la inauguración hasta 1928.
El edificio, diseñado por profesionales de la Dirección General de Arquitectura del ministerio de Obras Públicas de la Nación, se levantó mediante estructura metálica y cerramiento de ladrillo.
Al momento de su inauguración contaba con servicios acordes a la última tecnología de la época: calefacción a vapor, luz eléctrica, campanillas, pararrayos, central telefónica con internos y una red contra incendios.
En 1997, la oleada de privatización de distintas empresas del Estado alcanzó al correo, cuya adjudicación se definió a favor de Franco Macri. Por entonces, el correo facturaba 480 millones de pesos, daba empleo a 20 mil personas y manejaba 450 millones de piezas, entre cartas, telegramas y encomiendas.
Dos meses después de ser privatizado, el edificio de Moreno y Vicente López fue declarado Monumento Histórico Nacional.
El correo en manos privadas fue un desastre. Declaró su quiebra en 2001 y volvió a manos del estado en 2003.
El estado nunca cobró la deuda de 900 millones de dólares de la concesionaria.