Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Inflación: bahienses pobres la sufrieron más

Según el CREEBBA, la inflación alimentaria fue de un 1.284% (2002 a 2014), 444 puntos arriba de la general.
Los alimentos básicos aumentaron sobre el promedio de los precios minoristas, algo nocivo para los más carenciados.

Desde 2002 a la fecha, los precios de los alimentos que insumen una mayor fracción de los ingresos de las capas más desfavorecidas de la sociedad bahiense subieron por encima de todos los bienes minoristas que forman parte del Indice de Precios al Consumidor (IPC), otro dato que confirma el carácter regresivo de la inflación, en una ciudad donde casi tres de cada diez personas era pobre a finales del año pasado.

Así, de acuerdo con un análisis del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA), si se toma como referencia el año posterior a la Convertibilidad (2002) a agosto del corriente, la inflación general que estima el organismo local sumó un 840%, mientras que los bienes alimenticios aumentaron, en el mismo período, 1.284%.

“Aunque el proceso inflacionario es perjudicial en términos generales, afecta mayormente a los sectores de ingresos bajos, lo que queda de manifiesto en el hecho que los bienes que absorben la mayor parte de los ingresos familiares –los alimentos-- son los que más han incrementado su precio en la última década”, explicaron los técnicos del CREEBBA.

Si se compara lo ocurrido en los últimos doce años, diciembre a diciembre, con las variaciones de los precios minoristas, se comprueba que el alza mayor en los precios de los alimentos y los niveles generales del IPC ocurrió en el año 2002 (42% en términos generales y 64% en alimentos), en lo que constituyó un verdadero y fuerte reacomodamiento de precios con que se despidió el “uno a uno” de los noventa.

“Asimismo, luego de este importante shock post-devaluación, el 2003 resultó el período con subas más leves, del orden del 3% y 1%, respectivamente. Pasado ese momento, los aumentos de precios volvieron a acelerarse”, agrega el informe.

Ante el indisimulable deterioro en el poder de compra que aqueja desde hace años a los hogares argentinos el gobierno optó por un plan que privilegió los acuerdos con los formadores de precios a fin de contener su escalada alcista, en lugar de políticas macroeconómicas consistentes con una inflación baja.

Sin embargo, el organismo local señala que tales acciones son "paños fríos" insuficientes para paliar una inflación "sostenida y galopante".