Claribel Medina desembarca en el Cervantes con "Tango Turco"

Redacción de La Nueva.

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 BUENOS AIRES (Télam) -- La actriz y cantante Claribel Medina protagoniza en el Teatro Nacional Cervantes Tango turco, de Rafael Bruza, junto a Víctor Laplace y el autor, con dirección de Lorenzo Quinteros, una evocación tanguera con destellos de sainete.

 "Esta es una oportunidad de ver en el Cervantes una comedia moderna escrita por un autor moderno, cuando esa sala se ha caracterizado por mostrar obras más clásicas", dice la actriz nacida en Puerto Rico y con una considerable carrera en la Argentina.

 Agrega que el público típico del Cervantes se lleva una sorpresa al escuchar dos o tres malas palabras.

 "Esas expresiones, que no son muchas, tienen que ver con la decadencia en la que caen los personajes, quienes comienzan tratándose de usted, pasan luego al voceo y, finalmente, a la falta de respeto".

 Ello sucede cuando entre la pareja central, compuesta por ella y Laplace, ya no hay nada, ya que lo que los unía eran la pasión y el amor.

 "Es una comedia surrealista con algún toque mágico aportado por el director Quinteros. Lorenzo eligió una estética de los años 40, algo de cómic, como en el maquillaje, que es un acierto de Gabriela Fernández, también escenógrafa y vestuarista", continúa.

 Para Claribel Medina, lo difícil es significar la palabra amor y saber de qué se trata cuando desaparece o se degenera, todo eso con muchísimo humor.

 "Esta comedia no es la típica, en la que cada frase busca la risa, sino que la risa aparece en cosas que son realmente absurdas", agrega.

 La pareja central de Tango turco es asumida por dos fugitivos, entre ellos ella, por la muerte de su propio marido, "y que van por el mundo en una gira artística y mentirosa, aunque en realidad están huyendo de la policía; el personaje del Turco (Rafael Bruza) es clave en la acción", comentó la ex Margarita de Por amor a vos.

 "Yo venía de hacer tele de corrido durante tres años, además de un espectáculo musical, Envenenados de amor, que unía teatro y música, pero no era teatro-teatro. Tenía muchas ganas de que cayera en mis manos un texto que me entusiasmara y cuando me entregaron esta obra me di cuenta de que era la que estaba esperando. Tiene un texto diferente, extraño, pero después de ver las 11 escenas en que se divide la pieza se nota que en ellas no sólo se habla del amor sino de la Argentina que entra y sale de sus crisis", apunta

 Los nombres de ficción de los personajes son "Argentinita" (Claribel) y "Argentinito" (Laplace), cuando antes de su fuga eran Rodolfo y Amelia, "esta cosa de andar en la vida siempre de gira, tratando de levantarse de las piedras, un poco comparándolos con los argentinos", compara.

 "La obra tiene música. Cantamos, pero no es comedia musical, sino que tiene pedazos de canciones referentes a los sentimientos que los personajes están viviendo en cada momento. Son canciones elegidas por el autor, en tanto una sola es improvisada por mí, porque sentí que entraba perfecto para definir el amor degenerado", añade.

 También describe el placer que le otorga el canto: "Lo adoro y en esta obra cantamos a capella todos los temas, menos cuando nos acompaña el "Turco", en guitarra. El Cervantes tiene un secreto que pocos saben: cuando cantás sin micrófono la sala te devuelve la voz, sin necesidad de retorno".

 La actriz destaca el trabajo de Bruza, actor rosarino corresponsable de El clásico binomio, elogiada el año pasado cuando se estrenó. Dice que en un personaje bajado directamente del sainete, el "Turco" aprende a cantar tangos por fonética".