"Fui el '4' más aguerrido y mal intencionado de la historia"

Redacción de La Nueva.

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 "Con el Diego fuimos parecidos, pero él no podía jugar de `4' y yo sí de `10'", textual.

 "¿La nota apunta a Eber o tengo que hablar como Luis Rubio?"

 Esta vez, la primera pregunta no partió de "La Nueva Provincia". La formuló Rubio, creador de Eber Ludueña, el personaje cómico más seductor del momento, que apareció en el programa Código F y "explotó" en Mar de Fondo, bajo la conducción de Alejandro Fantino.

 La cita fue en el Rossini Teatro Bar, después del show de una hora y quince minutos que ofreció para 350 espectadores.

 Antes del final, las imágenes --en pantalla gigante-- de las genialidades de Diego Armando Maradona se mezclaron con las cualidades futbolísticas de Eber.

 "Fuimos parecidos, aunque con una particularidad: él no podía jugar de 4 y yo sí de 10", bromeó el humorista rosarino mientras se sacaba la peluca y el bigote rubio que distinguen al singular marcador lateral, autodefinido como el más aguerrido y mal intencionado de la historia.

 Fue difícil separar la ficción de la realidad, por eso las preguntas tuvieron mucho de verdad, aunque también un poco de fantasía.

 --¿Quién es Eber Ludueña?

 --El Diego Díaz de otra época. El estaba en Platense y se hizo popular en televisión cuando lo gastaban porque nunca era titular. Y encima jugaba mal.

 "Tienen muchas cosas en común dentro de la cancha, y afuera también, porque a Eber lo siguen las mujeres, tiene pinta y mucha parla (risas)".

 --¿Ahí surgió la idea?

 --Más o menos. Fue el inicio para hacer el micro en Código F, un programa que se emitía por TyC en el año 2000. Después, por pedidos de la gente, le fui incorporando más cosas y fue ocupando más espacio hasta convertirse en un fenómeno social.

 --Es cierto, porque ya no lo miran sólo aquellos amantes del fútbol.

 --Pasamos fronteras inimaginables, sobre todo viniendo de un tema tan ligado a los hombres. Tiene aristas distintas: es el antihéroe, el revisionista de las décadas del '70 y del '80 y el ídolo que nunca fue.

 --¿Surgió pensando en el humor o en los puntos del rating?

 --Hace trece años que hago humor y siempre intento imponer algo novedoso que haga reir. Me gusta jugar con el absurdo y exagerar las cosas. Son historias normales, aunque hacen reir porque el personaje no es normal (risas).

 --¿Hay algo de cierto en las anécdotas de Eber?

 --No. Uno inventa y después el circuito lo cierra la gente. Se construyó así. Eber pega patadas porque la gente quiere, antes no era un "4" violento (risas).

 --¿Por qué de "4"?

 --Para jugar en esa posición no necesitás ninguna condición, ni siquiera ser derecho. El que no juega a nada, va de "4". Es el peor puesto del fútbol. Lo que más me llama la atención es que antes los pibes compraban la camiseta "9" o "10". Ahora piden la "4".

 --¿Por qué involucraste a Olimpo en tu trayectoria deportiva?

 --Porque hace cinco años visité Bahía Blanca y conocí al arquero que, por entonces, atajaba en Olimpo: Diego Fernández. Me regaló el buzo y, al momento de nombrar a los clubes por donde pasé, lo puse a Olimpo porque me acordé de ese momento.

 --¿Cómo puede ser que los botines Sacachispas estén nuevos?

 --Me los regaló un amigo (Ricardo Camino) que tenía una zapatería en Colón (Buenos Aires) y tuvo que cerrarla. Le quedaron dos pares y me los regaló.

 --¿Con Fantino tenés una relación especial?

 --Sí, pero se dio con el tiempo. Es un tipo difícil de acceder, aunque ahora tenemos buena onda porque estamos mucho tiempo juntos y compartimos las mismas cosas.

 --Las preguntas sobre Eber, ¿son siempre las mismas?

 --Por lo general, sí. ¿En qué porcentaje está físicamente? es la más común, y él responde en un 35 por ciento (risas). Después ¿cómo está el hijo Eber Vicente (pupilo en Pergamino)? y ¿qué pasa con Silvia Peyrou?, a quien ve asiduamente y con la que le metió los "cuernos" a su mujer.

 --¿Dónde vive Eber?

 --En Tapiales, en una casa que compró la madre y que la usa él.

 --¿A qué atribuís el éxito del personaje?

 --A hacer reir, y nada más. En el mundo del fútbol hay muchos aspectos por explorar y no todo es dramático y sensacionalista. Es un guiño para los que no llegaron o no pudieron triunfar en esta actividad.

Eber, ya con otra ropa, se puso serio

 --Luis, ¿te cuesta no mezclar los personajes en tu vida real?

 --No, porque no tengo tantos como para que me hagan salir de la realidad. En ESPN represento a Evaristo, un
tipo que labura por los negocios y no piensa nunca en los televidentes.

 --¿Se puede vivir de esto?

 --Sí. Lo más difícil es ingresar al circuito y ganarse un lugar, sobre todo porque al argentino le cuesta abrirse o probar cosas nuevas.

 --¿Te vas a reir del próximo presidente?

 --Seguro, es al que más fácil le podemos apuntar. Aunque es algo lamentable que los argentinos nos burlemos del que nos representa.

 --¿Quién llega?

 --Néstor Kirchner.

La trayectoria de "El Eber"

Partidos jugados: 138 en primera.
Amarillas: 74.
Rojas: 39 directas.
Tiros al arco: "uno a 22 centímetros del travesaño de "Tenaza" Rodríguez, cuando atajaba en Boca.
En el palo: "uno, pero al banderín del córner".
Jugada preferida: "tres `pavotas' bien hechas (una especie de intento de pisada que termina en agresión a un delantero contrario). Todas en partidos oficiales".

Personal de Luis Rubio

 -- Nació el 19 de noviembre de 1965 en Rosario.

 -- Está casado con Romina --también rosarina-- y es padre de Manuel (10 años), Juliana (8) y Valentina (6).

 --Estudió teatro, pero nunca se recibió de actor.

 -- Actualmente trabaja en el programa radial de la "Rock and Pop" y en los televisivos de TyC (Mar de Fondo) y Canal 13 (Humor una vez por mes).

El mejor "4"

 "Jorge González, quien jugó muchos años en Central durante la década del `70. Todos hablaban de Poy y Bóveda, pero el `Negrito' era un fenómeno. Corría, metía y robaba, casi como un Ibarra actual".

El peor "4"

 "Si te gusta el fútbol no te pueden gustar los `4'. Darío Marra es un `picapiedras'. Lo sufrí en Central. Es torpe, áspero, llega tarde y tiene muchos elementos `Eberianos'. Cuando era jugador, muchos creían que era mi apodo, porque en los relatos de la época decían: `marra' Ludueña, `marra'...".