Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Si tuve COVID-19 en enero, ¿cuánto debo esperar para vacunarme con la dosis de refuerzo?

El jefe de infectología del Hospital Municipal, Diego Maurizi, dio una serie de recomendaciones para optimizar la respuesta inmune de la inoculación. 

Fotos: Archivo La Nueva.

Valentina Manfrin / vmanfrin@lanueva.com

   El comienzo de año se caracterizó por un sustancial aumento de casos de COVID-19, que en gran parte se debió al impacto de la variante ómicron en Argentina. En este marco, también se incrementó la demanda en los vacunatorios y miles de personas recibieron turnos para darse una tercera dosis o de refuerzo.

   Pero, ¿qué pasa si debo vacunarme y contraigo coronavirus? ¿Cuál sería el intervalo ideal entre la infección y la inoculación? El jefe de infectología del Hospital Municipal, Diego Maurizi, aclaró estas dudas en diálogo con La Nueva.

   Explicó que “si uno tuvo COVID-19 en enero, lo más probable es que sea una infección causada por ómicron. Si además ya tuvo dos dosis previas de vacuna, esta infección actual sirvió como una ‘vacuna’, entre comillas, una vacuna natural”.

   Entonces, “lo ideal, desde el punto de vista de las defensas a producir y de la importancia epidemiológica, sería postergar la tercera dosis, porque ya sabemos que si uno posterga el intervalo de las dosis de la vacuna, la respuesta inmune es mucho más importante y mucho más prolongada”, sostuvo Maurizi.

   También aclaró que “en realidad, no hay ninguna contraindicación médica para darse la aplicación de la vacuna cerca del episodio de COVID-19; lo que pedimos es que pasen por lo menos dos semanas, para que uno vaya a vacunarse sin síntomas, porque después no sabe si los síntomas son por la vacuna o la secuela del coronavirus”.

   Sin embargo, desde el punto de vista epidemiológico, “si yo tengo ómicron hoy y me vacuno dentro de esos 15 días, lo más probable es que mi sistema inmune produzca menos cantidad de anticuerpos o de memoria celular que si me vacuno dentro de tres meses”.

   Explicó que esto se debe a “un fenómeno inmunológico: si yo produzco infecciones repetidas –por el contagio y la vacuna–, el sistema con la respuesta inmune anterior reacciona a lo que le está pasando en el momento”, pero si se espera un intervalo de tres meses, “se reclutan más células, la respuesta de linfocitos es mayor… es como que el sistema inmunológico responde más, para no entrar en términos muy técnicos”.

   Entonces, “si yo tengo ómicron en enero y me vacuno a los 15 días de estar bien, sabemos que los anticuerpos empiezan  a bajar después de 4 o 6 meses”, pero “si me la doy en abril, voy a tener un descenso de anticuerpos en octubre o diciembre, porque si hay mayor cantidad, es más robusta la respuesta”, insistió.

   De esta manera, para el infectólogo, si una persona se contagia con ómicron en enero, “va al vacunatorio en abril y le colocan la dosis sin turno, sin ningún problema”.

   En tanto, Maurizi aclaró que si se vuelve a contraer el virus durante ese intervalo, “si no apareció una variante nueva y vuelvo a tener la misma, lo más probable es que la infección sea asintomática, porque ya tengo una respuesta inmunológica rápida”, por lo que “voy a neutralizar tan rápido al virus que no me voy  a dar cuenta, porque no tengo síntomas”.

   Sin embargo, advirtió que en caso de aparecer una variante nueva, “que evada los anticuerpos que produjo la variante anterior”, como ocurrió con la aparición de la variante ómicron en medio del brote de delta, “ahí sí, en vez de vacunarme en abril como tenía pensado, me vacuno en febrero o marzo”.

   En relación al aumento de casos del último mes, señaló que “el problema que tuvimos fue que apareció una variante nueva, muy transmisible, que evade la respuesta inmunológica producida por dos dosis de la vacuna; por eso la importancia de darse la tercera dosis”, pero además, esta variante “nos agarró en verano, en las fiestas y con un gran deseo de reunirnos con amigos y familiares”.

   En ese marco, manifestó preocupación por el regreso de quienes están de vacaciones: “La mayoría de la gente que vuelva de la costa, va a volver infectada, porque lo que se ve en las fotos es que no han cumplido los protocolos”, dijo.

   Ante ello, recomendó una serie de cuidados al volver a la rutina: “En la medida de lo posible, lo ideal sería aislarse 5 días y ahí volver a trabajar, pero no en todos los trabajos se puede hacer eso”, reconoció. “En ese caso, lo recomendable es que uno regrese usando bien el barbijo y usando barbijos realmente buenos, como los triple capa”, señaló, y concluyó que “además, deberíamos volver a los cuidados de antes, ventilar los lugares y volver a pautar un aforo”.