Las palomas, una plaga con riesgo sanitario

Redacción de La Nueva.

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   No hay números oficiales, pero algunos estudiosos señalan que al menos 120 mil palomas anidan, viven y se reproducen en el casco urbano de nuestra ciudad.

   Es simple verificar esa presencia. Basta caminar por el centro para observarlas por cientos en el aire y por miles en los recovecos de los edificios, lugares ideales donde ubicarse.

   Pese a que se trata de un ave que tiene mucha prensa favorable en el sentido de ser universalmente reconocida como símbolo de la paz, amigable en plazas y paseos, lo cierto es que se trata de un animal de riesgo para la salud humana además de generar severos daños a los inmuebles.

   Esa simple encontrar información acreditada donde se enumeran decenas de enfermedades que pueden trasmitir estas aves al humano, muchas veces sin siquiera tener un contacto directo.

   Lo mismo sucede con sus desechos, altamente agresivos para las viviendas, dañando sus aislaciones y ornamentos, como también desagües o cubiertas a través de sus nidos.

   A pesar de una creencia establecida de que la paloma es un animal protegido, esa circunstancia no es cierta. Lo fue durante mucho tiempo en sus especies útiles para operar como mensajeras, en tiempos que la tecnología no era la actual.

   Pero una ley provincial no sólo habilita la posibilidad de cazarlas sino que además las declaró “plaga”, es decir que su número se ha convertido en un verdadero problema para las ciudades. Bahía Blanca es ideal para estos animales por la cantidad de granos dispersos en muchos de sus caminos de acceso a l puerto.

   No es una situación simple de resolver, hay métodos más efectivos, otros más caros y quizás algunos menos atractivos. Pero sin dudas hay que actuar con seriedad y entender que se trata de una cuestión delicada y que pone en riesgo la salud de miles de vecinos.