Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Para no ser pobre, una familia bahiense tuvo que ganar $ 46.168 en junio

Es lo que tuvo que reunir en el sexto mes una pareja con una niña de 8 años y un niño de 6.

Crédito: Google Imágenes

A pesar de que los precios de los alimentos se encuentran encorsetados por los acuerdos del Gobierno, las canastas de referencia para medir la pobreza y la indigencia se incrementaron entre un 45 y un 50 por ciento en junio contra igual mes de 2019, de acuerdo con el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA).

Así, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide el límite de la indigencia, subió un 50,4 por ciento interanual, totalizando 19.646 pesos, de forma que una familia bahiense de cuatro integrantes tuvo que reunir ingresos por ese monto para no ser considerada pobre-indigente.

En tanto, la Canasta Básica Total (CBT), se incrementó un 45,4% entre el sexto mes del corriente año y junio de 2019. Sumó $ 46.168, la cifra necesaria para que una familia de cuatro integrantes sea considerada no pobre.

De acuerdo con  la metodología de elaboración de ambas Canastas, la familia de referencia está compuesta por un varón de 35 años, su cónyuge cuatro años menor y una hija de 8 años y un hijo de 6 años (familia tipo).

Con respecto a mayo, tanto la CBA como la CBT subieron razón del 1,5%, según los cálculos del CREEBBA.

Lo llamativo del caso es que el 45% de los precios de los alimentos no mostraron variaciones, producto de que las empresas que los fabrican adhirieron, en el marco de la pandemia, a un acuerdo de precios con el Gobierno nacional.

Pese a ello, los aumentos de frutas, verduras y carnes fueron suficientes para apuntalar las subas del mes pasado.

Regresivo

El hecho de que la suba interanual en la CBA, compuesta exclusivamente por alimentos básicos, sea superior a la CBT, compuesta, además, por bienes no alimentarios, explica porque el proceso inflacionario afecta con mayor virulencia a los segmentos menos acomodados de la sociedad, que gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos básicos.