Bahía Blanca | Domingo, 28 de septiembre

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Alertan sobre el avance del dengue en Bahía con la llegada de la primavera

Con más de 500.000 casos notificados y 290 muertes registradas, el brote de esta enfermedad ocurrido en 2024 en Argentina fue el más grande de la historia. 

Archivo La Nueva.

Con la llegada de la primavera y los primeros días cálidos a Bahía Blanca, se encienden las alertas en el sistema sanitario frente a enfermedades transmitidas por mosquitos.

Una de las más preocupantes es el dengue, cuyo impacto se ha intensificado en los últimos años como consecuencia directa del cambio climático.

Atrás quedaron los tiempos en los que era una enfermedad limitada a regiones tropicales: hoy es un problema de salud pública que se extiende a lo largo y ancho del continente, incluso en zonas donde antes no existía riesgo.

El martes pasado se conmemoró el Día Internacional contra el Dengue, una fecha clave para reforzar la prevención y alertar sobre el avance de esta enfermedad en un contexto marcado por el cambio climático y el aumento de las temperaturas.

El mosquito transmisor no solo se ha adaptado a nuevas zonas, sino que ha extendido su período de actividad: ya no se trata de una amenaza estacional, sino de una presencia constante en muchas regiones del país.

Según la Organización Panamericana de la Salud, en el 2024 se reportaron más de 12,6 millones de casos de dengue en América Latina, casi el triple que en 2023. De ese total, más de 21.000 fueron considerados graves y más de 7.700 personas perdieron la vida.

Solo cuatro países concentran la mayoría de los contagios y muertes: Brasil, Argentina, Colombia y México, con Brasil encabezando las cifras.

Con más de 500.000 casos notificados y 290 muertes registradas, el brote de dengue ocurrido en 2024 en Argentina fue el más grande de la historia. 

“El Aedes aegypti necesita muy poco para reproducirse: apenas unas gotas de agua estancada y algo de calor. El cambio climático le da cada vez más margen para proliferar y mantenerse activo durante todo el año. Por eso, no podemos bajar la guardia”, alertó el infectólogo Rodolfo Luján.

El dengue es una enfermedad viral que puede afectar varias veces a la misma persona, ya que existen cuatro serotipos diferentes del virus.

Se transmite exclusivamente a través de la picadura del mosquito infectado, que suele criarse en recipientes con agua estancada —tanques, macetas, bebederos de mascotas, canaletas tapadas— y prolifera especialmente en ambientes cálidos y húmedos.

“El virus se transmite cuando un mosquito pica a una persona infectada y, tras hacerlo, puede contagiar a otras personas al volver a picar. No se contagia por contacto entre personas, aunque existen otras formas poco frecuentes de transmisión, como transfusiones, trasplantes o durante el embarazo. La actividad del Aedes aegypti es principalmente diurna, con picos de alimentación por la mañana y al atardecer, por lo que se recomienda aplicar repelente antes de salir y mantener los ambientes protegidos, incluso durante el día”, explicó la doctora Valeria El Haj.

La combinación entre aumento de las temperaturas, lluvias más intensas, y periodos de calor prolongado está generando el escenario ideal para que el mosquito se expanda más allá de los meses estivales. Así, el dengue deja de ser una preocupación estacional para transformarse en un desafío sanitario permanente.

En este contexto, la prevención se vuelve más urgente que nunca. La vigilancia del entorno, la eliminación de posibles criaderos y la adopción de hábitos protectores (como el uso de repelente y ropa adecuada) son acciones simples pero cruciales para evitar que el mosquito se instale cerca nuestro. 

La clave está en anticiparse: actuar antes de que aparezcan los primeros casos, y sostener esas medidas a lo largo del año.

“No se trata solo de una cuestión individual. Cada criadero que se elimina es una barrera más contra el dengue en la comunidad. Por eso, la prevención debe ser una responsabilidad compartida entre ciudadanos, autoridades sanitarias e instituciones. Solo así podremos hacer frente a una enfermedad que, en un contexto de crisis climática, llegó para quedarse”, opinó Luján.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su incidencia se ha multiplicado en las últimas décadas debido al cambio climático, la urbanización acelerada y la expansión del vector.

“En Argentina, el dengue dejó de ser un problema estacional para transformarse en un desafío sanitario permanente, con brotes que se repiten año tras año y alcanzan cada vez a más provincias. En este contexto, el invierno se vuelve una oportunidad clave para anticiparse al verano y cortar el ciclo del mosquito”, manifestó, por su parte, la infectóloga Silvina Ivalo.

Y añadió: “Durante los meses fríos, si bien hay pocos mosquitos adultos, sus huevos permanecen viables y pueden eclosionar con la llegada del calor. Por eso es fundamental aprovechar este período para eliminar los posibles criaderos”.

Prevención

Las campañas llevadas a cabo por el municipio de nuestra ciudad apuntan a controlar aquellos lugares en los que el mosquito puede proliferar, por eso es clave el limpiar bien los contenedores de agua de cualquier tipo y controlar que no haya lugares con agua estancada. 

El dengue es una enfermedad viral que puede afectar varias veces a la misma persona, ya que existen cuatro serotipos del virus.

Se transmite exclusivamente a través de la picadura del mosquito infectado, que se cría en recipientes con agua estancada —tanques, macetas, bebederos de mascotas o canaletas tapadas— y se multiplica en climas cálidos y húmedos.

El aumento de las temperaturas, las lluvias intensas y los períodos prolongados de calor crean el escenario perfecto para que el mosquito se expanda durante todo el año, transformando al dengue en un desafío sanitario permanente.

La prevención es clave: vigilar el entorno, eliminar posibles criaderos y usar repelente o ropa adecuada son acciones simples y fundamentales para anticiparse a la enfermedad.

Entre las principales medidas que recomienda se encuentran:

--Limpiar recipientes que puedan acumular agua (floreros, botellas, cubiertas, macetas), usar cepillo y agua caliente.

--Cambiar el agua de floreros cada 2 o 3 días, o reemplazarla por arena o tierra en macetas.

--Mantener patios y jardines sin malezas, y guardar bajo techo objetos que puedan acumular agua de lluvia.

--Verter agua caliente en desagües, rejillas y canaletas, y colocarles tela mosquitera para evitar que ingresen mosquitos.

--Instalar mosquiteros en ventanas y aberturas para evitar el ingreso de insectos al hogar.

--Mantener el entorno libre de agua estancada, incluyendo tanques y cisternas tapadas.

-Actuar durante todo el año, no solo durante el calor, porque los huevos pueden sobrevivir hasta más de un año en condiciones adversas (resisten hasta los 0°C).

La vacuna

Desde hace algunos días, se inició la vacunación contra el dengue a las personas que ya se habían anotado en la campaña y no fueron citados porque nunca habían tenido la enfermedad.

Las dosis estarán disponibles para todas las personas de entre 15 y 59 años. 

“La vacuna estará disponible para quienes no se acercaron a vacunar en las primeras dos, o se dieron una sola dosis, hayan o no tenido dengue. La aplicación es gratuita y sin orden médica”, señaló Maximiliano Núñez Fariña, director de Región Sanitaria I.

Y añadió: “Son dos dosis, una ahora y la otra a los tres meses. La idea es evitar una patología mayor; evitar que una infección traiga consigo todos los daños que suceden cuando no hay vacunación”.

Para poder acceder a la inoculación, la persona debe inscribirse en Mi Salud Digital.

“La confirmación llega únicamente por mail. Y los lugares de vacunación los determina el sistema una vez inscriptos”.

Desde 2023, Argentina dispone de la vacuna tetravalente Qdenga®, elaborada para tener actividad contra los 4 tipos de virus de dengue: DENV 1, DENV 2, DEN 3 y DEN 4.

Se trata de una vacuna a virus vivo atenuado y su aplicación no es generalizada, sino focalizada en zonas donde existen condiciones que favorecen la transmisión, como alta densidad poblacional o dificultades en el control vectorial.

“En Argentina la vacuna fue aprobada a partir de los 4 años de edad, sin límite máximo en adultos, aunque se prioriza su uso entre los 15 y 45 años. Se jerarquiza la situación de inmunizar a personas que ya hayan tenido dengue, ante la posibilidad de desarrollar una segunda infección de curso más grave”, explicó Ivalo.

La profesional agregó que, dada las características de la vacuna, se recomienda una consulta médica antes de su administración, debido a que existen contraindicaciones con el embarazo, la lactancia, un sistema inmunológico debilitado por enfermedad o tratamiento inmunosupresor, y/o antecedentes de reacciones alérgicas graves a alguno de sus componentes o inmediatamente posterior a la primera dosis de la vacuna.

Ante la presencia del mosquito en la vivienda consultar al 291-5357708. Por síntomas, ingresar a www.bahia.gob.ar, comunicarse con el bot Tera y seguir los pasos que indique.

Los síntomas más comunes son: fiebre alta, dolor de cabeza y detrás de los ojos, dolores articulares y musculares sin la presencia de síntomas respiratorios (tos, resfrío o dolor de garganta).

Los especialistas recomiendan no automedicarse, no tomar aspirina o ibuprofeno y consultar rápidamente al Centro de Salud más próximo o a su médico de cabecera.

Preocupación

Maximiliano Núñez Fariña, director de la Región Sanitaria I, explicó que esta fase de la campaña de vacunación amplía el alcance de la estrategia provincial.

La iniciativa busca anticiparse a un posible aumento en la circulación del virus con la llegada de las temperaturas más cálidas y las lluvias, factores que favorecen la proliferación del mosquito transmisor.

“En realidad, esto es la continuación de la campaña anterior. En la primera etapa se trabajó en el conurbano, con refuerzos para quienes ya habían tenido dengue. Después se abrió a toda la provincia con las mismas características y ahora se amplía a toda la población, hayan tenido o no la enfermedad”, detalló Núñez Fariña.

A pesar de la importancia de la inmunización, la adhesión en Bahía Blanca durante las etapas previas no fue masiva. Precisamente, Núñez Fariña expresó su preocupación al respecto.

“De la gente que tuvo dengue y podía vacunarse, solo el 50% se acercó en la segunda etapa. Y muchos no completaron la segunda dosis, que es la que garantiza la protección total”.

Para esta nueva fase, la logística se centrará en puntos estratégicos para optimizar la distribución de las dosis.

Los vacunatorios se establecerán en hospitales y algunos centros de salud municipales, aunque no en todos.

“Es más lógico concentrar en 10 o 15 puntos, no en 53, para asegurar el abastecimiento”, indicó el director de la Región Sanitaria I.