Bahía Blanca | Domingo, 14 de septiembre

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La sede de los próximos Jadar, cambios en el programa y una intención que los potenciará

Pablo Javkin, intendente de Rosario, Mario Moccia, presidente del COA, y Gustavo Borro, secretario del COPAR, realizaron un balance de los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento.

Fotos: COA

Terminarán este domingo y todavía hay historia por escribir, pero los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento, esta novel experiencia deportiva nacional, han sido un éxito que superó cualquier tipo de expectativas.

Fue sentir el espíritu olímpico en un evento que tuvo ribetes de internacional, pese a que la competencia se circunscribió a duelos entre los 24 distritos que conforman la República Argentina, y que consolidó un modelo de competencia que combinó disciplinas convencionales y adaptadas.

Lógicamente, habrá que revisar varios detalles que los perfeccionarán más aún, pero "la vara quedó muy alta", tal cual expresó Gustavo Borro, secretario general del Comité Paralímpico Argentino (COPAR), en una conferencia de prensa a manera de balance que se desarrolló en las instalaciones del hipódromo rosarino y a la cual La Nueva., como medio acreditado, tuvo acceso.

Junto a él estuvieron presentes Pablo Javkin, intendente de la ciudad anfitriona, y Mario Moccia, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA).

"Era un sueño tener competencia de alto rendimiento en el primer año del ciclo olímpico. Seguramente, estos Jadar se van a potenciar en la próxima edición. Pudo haber habido algunos errores, son cosas que hay que ajustar. Pero esto es de primer nivel, si nosotros acá en lugar de ser Juegos Argentinos, estaríamos haciendo Juegos Suramericanos o Juegos Panamericanos, sería lo mismo, con un nivel de excelencia", expresó Moccia.

"No se olviden que es la primera edición y que la hicimos con poco tiempo. Algunos temas hay que mejorarlos. Si pensamos en una segunda edición, lanzamos la licitación de la sede dos años antes y trabajamos con los tiempos necesarios, todo va a ser solucionable", acotó con miras a 2029.

Entra las sensaciones amargas quedará el hecho de que algunos deportes no contaron con la cantidad suficiente de atletas o equipos que otorguen jerarquía a la competencia. 

Allí, entonces, podría concretarse una idea que fue bien aceptada en los últimos Panamericanos Junior que también cubrió este medio: que sea clasificatorio (en ese caso, a Lima 2027).

"Por qué no pensar que estos Juegos puedan rankear para los Juegos Suramericanos —respondió Moccia—; que sean clasificatorios para integrar los seleccionados de cada deporte. Hay que seguir soñando, pensando cómo jerarquizarlos aún más".

En ese sentido, recalcó que "la idea era hacer un juego chiquito y terminó siendo un megajuego; con 55 disciplinas deportivas, olímpicas, paralímpicas...".

Y aclaró que va a ser difícil sumar más deportes en próximas ediciones, aunque no lo descartó: "Yo no sé si está la posibilidad para sumar más, tal vez se puedan cambiar deportes, que algunos salgan y otros ingresen. Pero, ¿cuál fue el criterio? Que nadie se quede afuera. Esa era la idea. Arrancamos con un programa y después empezamos a recibir pedidos".

También mencionó casos puntuales de disciplinas que en un principio iban a formar parte del programa de Rosario 2025 y terminaron afuera, como la natación o el pádel.

"Es impresionante en cuanto a cantidad de disciplinas, ningún evento tiene tantos. Siempre se puede optimizar, hay deportistas que faltan, hay algunas disciplinas que no se hicieron por algunos inconvenientes, como natación, porque se sumaban varios torneos, pero tiene que estar porque es uno de los deportes que genera mucha atracción y mucha participación. Tampoco pudimos concretar el pádel, que también tuvo inconveniente, pero después los demás deportes estuvieron todos. No fuimos al fútbol porque tiene otros escenarios donde se compite regularmente y obviamente no tenía la necesidad", detalló.

"Fue más de lo que esperaba. Estamos más que felices y satisfechos por haber planteado este desafío. Es importante que lo sepamos transmitir bien para que otros entusiastas, locos como nosotros, se sigan sumando y que los gobiernos de cada una de las provincias vean que el deporte les va a otorgar muchísimos beneficios", completó el presidente del COA.

El propio Borro agradeció a los organizadores por "terrible torneo" y destacó que "no faltó absolutamente nada".

"Los deportistas quedaron impactados por todo el evento en general y agradecidos por la accesibilidad, todos los escenarios estuvieron a la altura. Con los Jadar comienza otra historia y eso habla del gran trabajo que se hizo. El deporte unifica; hubo diez disciplinas que compartieron el mismo escenario deportivo, eso no es menor", sintetizó.

Finalmente, Pablo Javkin hizo hincapié en el legado y sentenció que "se llenó Rosario, los hoteles, la gastronomía; es muy lindo. Es muy importante que la gente hable de Rosario por estas cosas y venga. Lo hemos logrado".

En este caso, Rosario utilizó a los Jadar como una instancia de preparación hacia un desafío todavía mayor, los Juegos Suramericanos de 2026, lo que explica en parte la magnitud del esfuerzo y el legado inmediato que dejará. Sin embargo, es probable que en las próximas ediciones esa situación no se replique: la ciudad que resulte elegida como sede en 2029 ya no tendrá —a priori— otro gran compromiso internacional a corto plazo y deberá concentrar todos sus recursos y planificación exclusivamente en los Jadar, lo que plantea un escenario distinto en cuanto a su proyección.

"Nos queda como lección que algunos escenarios nos quedaron chicos —advirtió—. Nos quedamos súper cortos de espacio en lugares que incluso nos habían funcionado en 2022 (Juegos Suramericanos de la Juventud). Vamos a tener que repensar algo de cara al año que viene".

Además, chicaneó un par de veces a Moccia con la intención de quedarse con la sede de los Jadar en exclusividad y que no vaya trasladándose por todo el país.

"Mario insiste con eso de licitar los próximos Jadar, yo creo que se equivocó (risas)... Iremos por más. Ya somos la única ciudad en organizar los tres Juegos Suramericanos, los de Playa (2019), los de la Juventud (2022) y ahora los Odesur (2026). Se puede pensar en seguir en esa línea mientras nos va quedando infraestructura y expertise", esgrimió.

"El plan es que cuando alguien piense en un evento deportivo en la Argentina, lo primero que se le ocurra sea Rosario", completó.

Los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento marcaron un antes y un después en la manera de concebir la competencia deportiva nacional. Su organización y el impacto en la ciudad anfitriona dejaron en claro que existe un enorme potencial para consolidar este proyecto como un espacio de crecimiento, encuentro y proyección. Aun con ajustes pendientes, la primera edición cumplió con creces su objetivo: ofrecer a atletas y provincias un "escenario olímpico" de calidad para medirse en igualdad de condiciones.

De cara al futuro, la experiencia deja la certeza de que el deporte argentino cuenta con las herramientas para seguir construyendo grandes hitos, pese a que siempre estemos con los recursos económicos limitados. Rosario demostró estar a la altura de un desafío de magnitud y sentó las bases de un legado que excede lo deportivo, potenciando el turismo, la amistad, el respeto y el sentido de pertenencia.

Los Jadar no terminaron, pero ya invitan a soñar con lo que vendrá.