Bahía Blanca | Sabado, 12 de julio

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Una fantástica escalera es la protagonista del nuevo teatro de la ópera de Shanghai

Un edificio blanco envuelto en una gran escalera que gira hasta la terraza es la propuesta para este teatro que se construye en Shanghai.

No es simple encontrar nuevos teatros en nuestro país. La mayoría de los grandes coliseos han sido construidos a principios del siglo XX con estilos históricos, siguiendo cánones propios de la época. Sin embargo, en el mundo, al menos en el primer mundo, se sigue construyendo este tipo de edificios, atento a la importancia que se les da a las actividades culturales. Por eso es interesante atender que tipo de diseño tienen hoy estas salas.

Una de las obras llamativas es la ópera de Shanghai, en China, en construcción y proyectada por Snøhetta, prestigioso estudio con oficinas en Oslo, NY, Hong Kong, París, San Francisco y Noruega.

El plan urbano de Shanghái busca colocar a la ciudad a la vanguardia y que se convierta en uno de los principales hitos culturales de China, ofreciendo ópera, música clásica y representaciones más experimentales.

La silueta de la Ópera está inspirada en el concepto de movimiento y evoca un abanico que se despliega, capturando el dinamismo de la danza.

Incluye tres salas, para 2.000, 1.200 y 1.000 personas, y su rasgo destacado es su escalera-cubierta escalonada dispuesta en espiral, resolviendo de manera escenográfica el edificio y su conexión con el suelo.

Puro movimiento

Las imágenes muestran un exterior prácticamente concluido, con fachadas vidriadas y una escultural escalera de hormigón serpenteando sobre un techo inclinado hasta su punto más alto.

El techo escalonado se manifiesta en el interior, donde estará revestido de roble teñido de rojo para contrastar con el exterior blanco.

El exterior blanco de la Ópera contrasta con la seda del revestimiento interior. La madera de roble conforma los suelos principales de las galerías y el interior de la sala, lo que garantiza unas buenas propiedades acústicas.

Amplios paneles de vidrio abren la sala principal a la luz natural, lo que transforma la experiencia del edificio a lo largo del día. Por la noche, las luces transforman la apariencia de las torres del escenario, transformándolas en faroles brillantes.