La Estación de trenes sin su jefe
Con la salida del último jefe a cargo, la Estación Sud cierra una historia de 140 años.
Si bien no es novedad, un hecho puntual puso en relieve la realidad del servicio de trenes que desde hace dos años dejó de funcionar entre nuestra ciudad y Plaza Constitución.
Si existía alguna esperanza de que alguno de los actores responsables pusiera manos a la obra para recomponer el mal estado de las vías y adecuar las formaciones para reactivar ese recorrido, las señales indican que esa posibilidad está cada vez más lejos.
Los primeros días de ese mes se jubiló José González, quien durante los últimos diez años ejerció el cargo de Jefe de Estación de avenida Cerri al 700, cerrando una línea sucesoria de 141 años, desde la llegada, en abril de 1884, del ferrocarril.
Su cargo no será ocupado, es decir que la histórica estación ya no tendrá un responsable a cargo, medida que quizá parezca adecuada desde el momento que no hay más trenes que controlar.
No deja de ser penosa esta realidad, que no es exclusiva de Bahía Blanca sino de todo el sistema de transporte de pasajeros del país, cuyo funcionamiento sólo se registra en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, más algún recorrido aislado que todavía sobrevive.
Recorrer la historia de los ferrocarriles en el país es parte de un camino de continua degradación, abandono y desguace. Desde su estatización, en 1948, hasta hoy, ha quedado fuera de operatividad el 62% de sus 47 mil kilómetros de rieles.
Basta simplemente hacer un recorrido por las cientos y cientos de estaciones de paso, galpones e instalaciones adicionales abandonadas en todo el territorio para ratificar esta situación.
Mientras en el resto del mundo es ferrocarril ha seguido un camino de progreso, los trenes de alta velocidad alcanzan velocidad de hasta 350 km/h con un andar similar al de un avión, en nuestro país fue languideciendo hasta dejar de ser una alternativa.
Algo que también es difícil de aceptar para un territorio de mucha extensión, donde claramente pareciera justificarse su funcionamiento.
La despedida de José González, el último jefe de estación, y el vacío que deja su salida, deja fuera de servicio la última de las tres estaciones de trenes que funcionaron en nuestra ciudad.