De carne somos: prevén relevante subas en producción (y consumo) hacia 2033
Las aves y el cerdo comienzan a expandirse en detrimento del bovino y, en menor medida, del ovino.



Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
El crecimiento demográfico y el aumento del ingreso promedio —principalmente consolidado a partir de la demanda del mercado chino—, requerirá de proteínas para una alimentación adecuada a las expectativas de cada población.
Así entonces, se prevé que la producción mundial de carne para los venideros 8 años (hacia 2033) aumente alrededor del 12 %, para alcanzar los 388 millones de toneladas, lo que marca un crecimiento de 41 millones de toneladas con respecto al período 2018-2020.
El dato surge del informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que fue publicado por la Fundación Producir Conservando.
En este desarrollo, el sector aviar ocupará un rol determinante en la producción, toda vez que ya representa a la mitad del total cárnico en el mundo. Las estimaciones consideran que el pollo pasará de las 141,3 millones de toneladas del último año a alrededor de 160 millones para 2033.
Justamente, aquí es donde la producción argentina cobra otra dimensión habida cuenta que, de acuerdo con el informe de la FAO y de la OCDE, que se ratifica con la expansión del mercado local, esta explosión estará basada en la demanda interna en países en desarrollo, donde el bajo costo de producción y la alta eficiencia en la conversión de alimento balanceado en carne contribuyen al desarrollo de la actividad.
El trabajo destaca, de todas maneras, un cambio en las preferencias de los países de altos ingresos, con una inclinación hacia cortes de carne de mayor valor y un incremento en el consumo de aves.
Para el caso de los países de menores ingresos, se prevé que el pollo continúe siendo la opción más accesible y la más consumida por la relación precio-calidad.
En este sentido, en nuestro país este consumo ya ronda los 50 kilos por habitante por año. Es decir, supera a los 45 k/h/a de la carne vacuna.
Aunque a un ritmo inferior respecto de la avicultura —en el mundo, no en la Argentina—, la producción de carne de cerdo seguirá en expansión.
Así entonces, según la FAO y la OCDE se aguarda que alcance los 131,1 millones de toneladas en 2033; esto es, un aumento de 7,3 M/T respecto de las previsiones del año 2024. El incremento estará marcado por el mercado asiático, en razón de la progresiva recuperación luego de la peste porcina africana.
¿La carne vacuna? En un marco de crecimiento moderado, se estima que la producción mundial llegue a las 81,2 millones de toneladas para 2033.
Las razones se encuentran en la mejora de la genética del ganado, en el manejo eficiente y un adecuado bienestar animal, donde la Argentina prevé ser un actor importante, pero detrás de China, India, los Estados Unidos, Brasil y Australia, que son los países considerados como los principales motores del crecimiento.
La producción de carne ovina, mientras tanto, alcanzará 19,3 millones de toneladas dentro de 8 años. Con una mejora sustancial de la tecnificación de su ganadería, China contribuirá con un 16 % de este crecimiento.
Respecto del comercio exterior, el informe proyecta que las exportaciones de carne superarán los 40 millones de toneladas en 2033, para regresar a los niveles observados a principios de la década.
Los Estados Unidos y Brasil dominarán el mercado, sumando el 40 % de las exportaciones mundiales. Ahí nomás aparecen la Argentina, Australia y Tailandia, países que podrían aumentar sus ventas internacionales, en tanto que la Unión Europea perderá cuota de mercado (sólo tendrá el 15 % de las exportaciones globales).