Bahía Blanca | Domingo, 16 de noviembre

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Roblox: la escuela no prohíbe, educa

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Partiendo de que el hombre repite conductas era obvio que en algún momento iba a suceder otra vez. 

La experiencia me dice que, en líneas generales, las personas o niegan el problema (por años me decían “acá no hay bullying”) o, tal como sucede en otros casos, encuentran que la mejor solución es “PROHIBIR”. 

Días pasados el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, decidió bloquear el acceso a Roblox en todas las escuelas públicas, de todos los niveles educativos. Una familia advirtió un presunto caso de grooming fuera del horario escolar, pero que involucraba a alumnos/as de una escuela. El objetivo de la prohibición es proteger a niños/as y adolescentes ante la exposición a contenidos inapropiados y conductas “virtuales” riesgosas.

Muchos/as se estarán preguntando qué es Roblox.  

Es un videojuego con casi 400 millones de usuarios activos al mes. Es considerada la plataforma más utilizada por chicos/as entre 6 y 16 años en todo el mundo. La idea es que puedan crear sus propios juegos con algo similar a los “Legos”. 

Hasta acá podemos decir que es una “herramienta lúdica y social”, pero el tema es que hay compensación económica lo que origina pequeños casinos, y especialmente es muy cuestionada por la exposición constante a contenidos problemáticos y la libertad para chatear con desconocidos.

Una vez más cabe preguntarse: ¿Cuál es la función de la escuela hoy? ¿Cómo convertir el aprendizaje en un encuentro con sentido y con significados?

En pleno siglo XXI no concibo una escuela que prohíbe ante esta amenaza, una vez más es una respuesta espasmódica, se pasa del uso de la tecnología con fines pedagógicos a la prohibición. 

Considero que la escuela debe generar espacios de diálogo, habilitar líneas de pensamiento y de acción. Pantallas, inteligencia artificial, son los desafíos a los que se debe hacer frente, no en vano los países europeos, desde hace años, trabajan en el desarrollo y adquisición de competencias digitales, donde usar las herramienta es un pequeña parte, lo importante es poder vivir en un mundo digital.

Prohibir es como meter la basura debajo de la alfombra: en la escuela se bloquea la aplicación, pero ¿de qué sirve si luego niños/as y adolescentes siguen utilizando dispositivos en otros ambientes? 

Cuando hace 20 años abordaba la temática del bullying proponía la “gestión de cuidados” en un espacio que incluía a todos. Esta es la vía. Lo virtual, lo digital, es parte de lo cotidiano, es la realidad de millones de personas. No se trata de prohibir, el eje es aprender qué hacer ante el acoso, qué hacer con un troll, qué hacer ante el ciberbullying… Se trata de cuidar y de ayudarlos/as a cuidarse, pero ¿cómo la escuela puede gestionar cuidados?

Una vez más surge la imperiosa necesidad de establecer vínculos sólidos y mensajes comunes con las familias. De poco sirven los filtros y las herramientas para bloquear contenidos cuando la presencia del/la docente, de la familia no se suplanta con un “firewall”. Urge que la educación, tanto en la familia como en la escuela, esté basada en guiar, orientar, acompañar, contener, fijar límites, desde el afecto. 

Adultos presentes, que sostengan, que posibiliten ponerse de pie y ser brújula para poder transitar, garantizando que hay lugar para todos, y si no lo hubiera  “trabajando” para que eso suceda.

 Adultos siendo adultos, disponibles y dispuestos, con experiencias y saberes al servicio del otro más vulnerable. Cuando se educa desde la gestión del cuidado o como dice Graciela Frigerio, cuando se pone en juego la “Pedagogía de la cercanía” se puede construir lo venidero a partir de lo pasado.

La educación es una construcción política y colectiva, donde sin dudas lo planificado puede ser interrumpido por lo inesperado, pero cuando la misión está clara y el sentido definido, si bien puede haber tambaleos y dificultades, es sabido que cuando hay espacios habitados por palabras, cuando cuidar al otro es lo imprescindible, y cuando lo que acontece se resignifica, hay verdadera posibilidad de aprendizaje. De lo contrario, lo que se expulsa, lo que se niega y lo que se prohíbe volverá una y otra vez en forma de conflicto.