Bahía Blanca | Domingo, 28 de diciembre

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Deseos Vitales

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Termina el 2025 y estoy acá, como lo hago desde hace 12 años, escribiendo los Deseos Vitales.

Es curioso, porque, aunque suelo resistirme a los rituales y a lo que se repite, reservar cada año un momento para pensar en los deseos me produce tanto placer como incomodidad. La incomodidad aparece cuando reviso los deseos que escribí en años anteriores, especialmente aquellos que nos involucran como sociedad y que podrían ayudarnos a avanzar como colectivo, y veo que hemos retrocedido.

Hoy me cuestiono, y te invito a que también lo hagas: ¿ya pensaste cuáles son tus deseos? 

Te animo a que, hoy, mañana o en los primeros días del año, dediques un tiempo a formularlos.

La pregunta esencial es: ¿Qué deseo? Todos deberíamos planteárnosla, porque según la Psicología, responderla nos impulsa a actuar y nos abre caminos para recorrer y concretar.

Para mí fue un año especial, despedí a una persona de gran importancia en mi vida y de gran importancia para la humanidad. Así que, con tu permiso, en esta ocasión, “mis deseos vitales” son las ideas más relevantes del argentino, tal vez más importante de la historia: Francisco.

“El verdadero poder es el servicio”. Con esta idea iniciaba su pontificado en 2013, redefiniendo el concepto de poder.

“Los pobres no pueden esperar”. En 2015, cuando visitaba Bolivia, convocaba a los líderes del mundo a actuar con urgencia frente a la pobreza y mientras los sistemas abonan la desigualdad.

“La revolución de la ternura es la que necesitamos hoy”. Este concepto lo repitió mucho; mencionaba la necesidad de un mundo más humano. Para Él, la ternura era el modelo de relación para contrarrestar la indiferencia y la violencia.

“La indiferencia es el mayor pecado contra los pobres”. Profundizando años más tarde en el concepto anterior, en un discurso en 2016, afirmaba que la indiferencia es más nociva que la pobreza misma, pidiendo a comprometerse activamente con los más necesitados y velando por ellos.

“Construyan puentes, no muros”. Desde que comenzó su papado abogó por acoger a los migrantes, pero en 2017, ante las políticas migratorias de Donald Trump, construir puentes en lugar de muros se convirtió en estandarte de inclusión y de defensa de este grupo.

“Una economía que mata no puede ser el centro de nuestra vida”. Una de las frases que más resonaron. En 2013, recién comenzando su pontificado, marcaba su lucha contra la desigualdad. En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, criticaba el sistema económico global, señalando que lo lucrativo no puede estar por encima de la dignidad humana.

“No tengan miedo de soñar cosas grandes”. Fue en su primer viaje, en 2013, en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, cuando inspiraba a los jóvenes a soñar, a perseguir metas e ideales, pero especialmente a no conformarse con una vida mediocre.

Y porque no dejo de soñar traje para esta lista de deseos las ideas de Francisco, ya que, en medio de despidos, de cifras que revelan que mueren más jubilados actualmente que durante la pandemia y sabiendo que tantos/as la están pasando muy mal, tal vez sea una forma de inspirar deseos de justicia social y empatía. ¡Feliz 2026!