El otro lado de la tormenta de granizo: rescataron una hembra de halcón peregrino

Laura Gregorietti

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Desde muy joven, Ezequiel mostró una fascinación por estas majestuosas aves. Comenzó a practicar la cetrería hace más de diez años, y con el tiempo, su dedicación y conocimientos lo llevaron a convertirse en un referente en nuestra ciudad. Muchos residentes saben que pueden contar con él cuando encuentran un ave rapaz herida, confiando en que les proporcionará el cuidado y la atención necesarios para su recuperación.

Originario de Santiago del Estero, llegó a Bahía Blanca en 2009, donde logró combinar su profesión de entrenador personal con su pasión por las aves rapaces, lo que lo ha convertido en una figura conocida y respetada en la comunidad.

"La importancia de las aves rapaces en el ecosistema urbano de Bahía Blanca no puede subestimarse. Estas aves, que se alimentan principalmente de palomas, también cazan otras aves y roedores, actuando como un medio de control de plagas natural y efectivo. Su presencia en áreas céntricas, donde la población de palomas es mayor, ayuda a mantener el equilibrio ecológico y a reducir la proliferación de plagas. Sin embargo, eventos meteorológicos extremos, como tormentas, pueden causarles graves daños, como ocurrió recientemente con esta hembra de halcón peregrino", contó Ezequiel.

Durante la tormenta del domingo 2 de febrero, el granizo causó estragos no solo en los autos, cartelería o viviendas de la ciudad. También la fauna local salió muy perjudicada: aparecieron cientos de pichones de diversas aves muertos en las veredas y una de esas víctimas, una halcón peregrino fue encontrada en la Asociación Bahiense de Cultura Inglesa, incapaz de volar y en condiciones críticas tras varios días sin alimentarse.

"El mismo domingo me avisaron de un ejemplar de gavilán mixto que se encontraba herido debajo de un edificio en la calle Belgrano al 300, pero cuando llegué ya había volado hacia un árbol pudiendo observar que se encontraba en perfecto estado de salud, por lo que decidimos dejarlo tranquilo y que continuara con su vuelo", aseguró.

Pero el halcón peregrino hembra que apareció en la Zelarrayán al 200, no tuvo la misma suerte. Desde la institución dedicada a la enseñanza del idioma inglés, llamaron a varios lugares municipales con poco éxito hasta que apareció Ezequiel, con su vasta experiencia y amor por estas aves, a recogerla y actualmente se encuentra trabajando arduamente en su rehabilitación. Su esperanza es poder liberarla de nuevo en su hábitat natural, una vez que se recupere por completo.

"Uno de los mayores desafíos que enfrentamos en esta ciudad para rehabilitar aves rapaces es la falta de equipamiento adecuado y espacio para tratarlas. Idealmente, estas tareas deberían ser gestionadas por entidades como Zoonosis, que cuentan con los recursos y la infraestructura necesaria para proporcionarles la atención adecuada".

Ezequiel está alimentando a "Tormenta" (así fue bautizada) con codornices y carne de conejo que se consigue más fácilmente y es de muy buena calidad para el halcón.

"No le doy carne de vaca ya que la misma resulta perjudicial para las aves en general. Ella se encuentra en observación constante dentro de mi casa en un patio de luz para evitar algún contratiempo con algún perro o gato del barrio. Lo ideal es llevarla a un veterinario especializado en aves para poder realizarle una placa y determinar el grado de la lesión que tiene en su ala, algo que haré en estos días. Pero, a simple vista no tiene ninguna clase de fractura o golpe de gravedad".

Para quienes no lo conocen, el halcón peregrino (Falco peregrinus) destaca entre las aves rapaces por su impresionante velocidad y habilidades de caza. Conocido como el animal más rápido del mundo, este halcón puede alcanzar velocidades de más de 320 km/h durante sus descensos en picada, ganándose un lugar privilegiado entre los depredadores aéreos más eficientes. Sus características únicas simbolizan poder y agilidad, y su capacidad para adaptarse a diferentes entornos lo convierte en una especie muy admirada.

El halcón peregrino se caracteriza por su cuerpo aerodinámico y robusto, diseñado para alcanzar altas velocidades. Los adultos miden entre 34 y 58 centímetros de longitud y pueden tener una envergadura de hasta 1,2 metros. Las hembras son notablemente más grandes que los machos, una característica común entre las aves rapaces.

Las aves, en la práctica de cetrería, son colocadas en distintos posaderos adaptados para que no se golpeen ni estropeen las plumas y hoy en día, adiestradas están siendo muy utilizadas en distintas ciudades y aeropuertos para un control biológico de plagas. 

A pesar de no practicar cetrería activamente en la actualidad, debido a responsabilidades laborales y familiares, Ezequiel permanece comprometido con la causa de proteger y rehabilitar aves rapaces. Su amor por estas criaturas y su deseo de ayudarlas siguen siendo una parte fundamental de su vida.

"Mi recomendación para las personas que se encuentran con estas aves es que no traten de agarrarlas por sus medios ya que son muy peligrosas si no se tiene conocimientos sobre su manejo, por eso es mejor siempre llamar a alguien con experiencia. Tienen garras y picos muy grandes y fuertes los cuales usan para cazar", cerró.