Pringles: escala la violencia en un barrio y vecinos exigen presencia del Estado
Un grupo de jóvenes, algunos menores, tiene aterrado a los habitantes del Ricardo Balbín. A los reiterados conflictos y delitos, en las últimas noches se agregaron disparos a las ventanas de una casa.
No es nueva la situación de violencia que padecen los vecinos del barrio Ricardo Balbín, en Coronel Pringles, aunque los hechos son cada vez más graves, porque en las últimas noches hubo disparos hacia el frente de una casa.
Sin dar nombres, por temor a represalias, los pobladores del asentamiento ubicado en la zona de las calles 16 y 57, creado a través del Plan Federal de Viviendas, se comunicaron con La Nueva. y manifestaron que sienten temor y desprotección.
Los conflictos, en general, son causados por un grupo de jóvenes, algunos de ellos menores, que también viven en el barrio y prácticamente no tienen control de sus familias.
"Son los mismos que siempre salen en los partes policiales. Consumos problemáticos, infancias vulneradas, pleitos entre vecinos, apuñalamientos, casas apedreadas y ahora tenemos la presencia de armas de fuego", comentó una mujer.
"Puede pagar cualquier inocente"
"Ya se terminó esto de que si no nos metemos no nos va a pasar nada porque ahora es indiscriminado, puede pagar cualquier inocente", agregó.
Otra vecina reclamó presencia policial permanente.
"Tiene que haber una garita fija en la plaza del barrio. No damos más. Y sabemos que en los veranos se pone más bravo, porque llevamos dos años así, aunque la violencia se incrementó en los últimos meses", dijo.
La Policía ya tomó cartas en el asunto en varias ocasiones. De hecho, en octubre se envió una dotación de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), entrenada para situaciones de alta demanda operativa y en contextos complejos.
"Pasa que les toman el tiempo, saben que la UTOI está por unos días y después vuelve a ser tierra de nadie", relató una pobladora.
La misma vecina fue más allá y exigió respuestas de organismos municipales.
"Pedimos audiencia con la Municipalidad y no nos reciben. Tampoco se están acercando al barrio. Hay instituciones que se deben encargar de estos abordajes y no lo hacen. Si algo grave sucede va a ser culpa de esas instituciones", advirtió.
Problema de fondo
Y la vecina fue más allá de la problemática coyuntural.
"El problema de fondo es cómo están creciendo los chicos, los de esas familias y los que no son de esas familias. Están todos rodeados de violencia frecuente, que un chico de 4 años te diga 'se están cagando a tiros' habla de cómo atraviesa a todos esta situación", sostuvo.
Los trabajadores del Balbín aseguran que "ya nadie quiere caminar por las calles" y que tampoco reciben visitas, por el peligro latente.
A tal punto llega la situación que, según confesaron, algunos matrimonios decidieron mandar a sus hijos a las casas de sus abuelos, en otros sectores de Pringles, para que no corran riesgos, porque no pueden estar ni en la plaza.