Novedosa cautelar: impiden a jóvenes acusadas de violentas ir a una fiesta
Se trata un ataque grave y amenazas de dos chicas hacia otra -todas de entre 17 y 18 años- sucedidos en Claromecó. La Justicia bahiense ratificó la inusual decisión de primera instancia.
Por considerar que la medida, además de ser preventiva, puede tener "un claro fin socioeducativo", la Justicia de Bahía Blanca confirmó una novedosa cautelar: a dos chicas que agredieron y amenazaron a otra no solo les impidió acercarse a la víctima sino que les prohibió la concurrencia a una fiesta por el Día de la Primavera.
Los hechos sucedieron en Claromecó y la novedosa decisión fue dictada por la Justicia de Garantías de Tres Arroyos, a pedido de la fiscalía de esa ciudad, y ratificada en las últimas horas por la Cámara Penal de Bahía Blanca.
Si bien la fiesta ya sucedió, la resolución es extensiva a un plazo de 90 días e incluye el impedimento de las agresoras -de 17 y 18 años- de acercamiento a la denunciante -de 17- a menos de 300 metros, ni tener contacto con su domicilio personal, laboral, lugares de esparcimiento ni por medios tecnológicos.
Y por otro lado es interesante conocer su contenido porque podría ser precedente de casos análogos.
El incidente que motivó la cautelar se produjo el 15 de septiembre pasado, a las 20, en las calles 29 y 34 de Claromecó, cuando la víctima fue increpada por las otras dos jóvenes, quienes tras una discusión la agredieron en la nuca con el golpe de una botella, hecho que le provocó heridas a la denunciante.
Fue la fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Tres Arroyos la que formuló el pedido de rápida resolución, a fin de que las dos agresoras no se aproximaran a la otra chica, no solo en sus domicilios particular y de trabajo, sino también en redes sociales y hasta en lugares de esparcimiento, como una fiesta que estaba próxima a realizarse.
La Justicia confirmó la solicitud y la Cámara Penal de Bahía Blanca la ratificó poco después, en resguardo de la integridad psíquica, física y emocional de la chica afectada.
Se tuvo en cuenta, como pruebas, la denuncia de la madre, el certificado médico y una denuncia anterior hacia estas chicas de parte de otra víctima.
Incluso se supo que en el ámbito escolar, que compartían, también existieron problemas previos.
"No puedo dejar de advertir el temor físico y psicológico manifestado por la víctima con posterioridad al hecho denunciado", expresó la Justicia.
Y consideró "justificado" el temor porque la conducta "excede los límites de un conflicto interpersonal propio de la edad".
"El uso de botellas de vidrio como armas improvisadas constituye una acción de una violencia y peligrosidad extremas, que podría haber derivado en resultados fatales", dijo.
Y agregó la Cámara que ese accionar no solo revela una falta de control de los impulsos sino una "peligrosa normalización" de la violencia como método resolutivo de los conflictos.
Sin festejo
En el mismo marco, la Justicia entendió que, en virtud de las características demográficas de Claromecó y el contexto de la Fiesta de la Primavera, con gran afluencia de jóvenes a lugares comunes, podría existir un nuevo contacto entre ambas partes.
Por esa razón se hizo lugar al pedido de la fiscalía con la medida protectoria.
Se giró un oficio al organizador de la fiesta Vivra Spring (tercera edición), que se realizó entre el 17 y el 20 de septiembre, a fin de impedir la concurrencia de las dos chicas imputadas.
"La medida es pertinente proporcional y con un claro fin socioeducativo por la siguiente razón: el hecho violento se enmarca en un contexto de socialización juvenil", se aclaró en el fallo.
"Los festejos masivos, lamentablemente, suelen ser escenarios donde el consumo de alcohol actúa como un catalizador de la violencia. Impedir la asistencia a dicho evento busca desarticular el nexo entre un entorno de riesgo (multitud, posible consumo de alcohol, alta excitación social) y la conducta violenta ya demostrada por las supuestas sindicadas", agregaron los jueces.
Y remarcaron que no se trata de una medida abstracta, sino que se vincula directamente con "la prevención" de una situación similar a la que ya se vivió.
"La medida tiene un doble efecto. 1) Hacia las adolescentes implicadas les transmite un mensaje claro: 'la participación en los espacios de celebración y privilegio social está condicionada al respeto de las normas básicas de convivencia y a la no agresión'. La violencia tiene consecuencias sociales, no solo penales. 2) Hacia el resto de la comunidad juvenil: establece un precedente de que la violencia no es tolerada y que los actos riesgosos conllevan la pérdida de oportunidades de esparcimiento que valoran", sostuvo.