Bahía Blanca | Lunes, 27 de octubre

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El día después de una elección que sorprendió a propios y ajenos

La columna del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.

NA

La noche del domingo platense terminó con caras largas y muchas sensaciones enfrentadas en la ciudad capital bonaerense. La soleada jornada electoral terminó con amarga oscuridad dentro de la coalición oficialista conformada por el gobernador Axel Kicillof, el kirchnerismo duro, los renovadores del tigrense Sergio Massa y los intendentes territoriales del PJ, tras la sorpresiva derrota del frente Fuerza Patria en la Provincia.

El clima de facturas internas quedó reflejado en redes sociales por militantes partidarios poniendo en duda, una vez más, la estrategia del desdoblamiento electoral decidido por Kicillof, pese a la
inocultable resistencia de Cristina Kirchner y los dirigentes de La Cámpora.

Mientras las imágenes televisivas mostraban exultantes a la plana mayor del Gobierno nacional por los números electorales obtenidos a nivel nacional, en tierras bonaerenses lamentaban haber subestimado al votante duro de La Libertad Avanza pese al impacto económico y social que provoca el plan económico concebido desde la Casa Rosada sobre la Provincia o la saga de denuncias por casos de corrupción contra la administración libertaria más la frustrada candidatura legislativa del economista José Luis Espert.

Horas antes hubo una extraña elección en la provincia de Buenos Aires, donde sólo se ponían en juego 35 bancas a diputados nacionales, y que además, contó con el auspicioso debut de la Boleta Única de Papel en las urnas de votación.

Ya con el resultado puesto, la primera asignatura pendiente para la denominada “agenda política” debe necesariamente ser la baja participación ciudadana. Votó apenas apenas el 68% del padrón habilitado para sufragar. Una de las más bajas en una elección legislativa desde la recuperación democrática, según consignó la Junta Electoral Nacional.

Una vez más el electorado bonaerense demostró estar más enfocado en la búsqueda de soluciones a diversas problemáticas económicas y sociales que por una votación para ver quién se queda con una porción mayor o menos de poder en el Congreso de la Nación.

Otra de las claves políticas será, justamente, analizar cómo queda el escenario de frágil unidad electoral en el kirchnerismo peronista bonaerense después de la tregua provisoria que se había sellado para lo electoral.

El estrepitoso silencio en el búnker unificado del Frente Patria reflotó las discusiones internas que pueden llegar a darse por aquel desdoblamiento electoral impulsado por Kicillof y que le había
permitido al oficialismo provincial obtener una victoria contundente en los comicios legislativos bonaerenses del 7 de septiembre pasado.

Aquella estrategia electoral había descolocado por completo al gobierno de Javier Milei. Pero ahora, la ola violeta que inundó casi todo el mapa a nivel nacional, le permitió al ahora electo diputado
nacional macrista, Diego Santilli, imponerse ajustadamente sobre el universo PJ y, casi sin querer, posicionarse como candidato a gobernador para 2027.

También queda en evidencia que ningún circunstancial “tirón de orejas electoral” significa que Milei vaya a retroceder en el rumbo económico ni que la militancia libertaria vaya a cambiar de ideas.

Del mismo modo, podría decirse que Kicillof jugó electoralmente aunque haya optado por un perfil austero y territorial.

Está vez, los intendentes jugaron a media máquina, antes y durante el tramo final de la campaña, en favor de la boleta a diputados nacionales que promovió CFK. Eso pudo advertirse, después de aquel despliegue del aparato municipal en septiembre, cuando el electorado bonaerense utilizó el voto para canalizar su enojo contra el ajuste económico de Milei.