El matrimonio cae a mínimos históricos en el mundo
Nuevos modelos de convivencia y cambios legales están redefiniendo la vida familiar: crecen las uniones informales y las familias monoparentales, según datos de Our World in Data.
En las últimas décadas, el matrimonio ha ido perdiendo relevancia en muchos países del mundo, dando paso a nuevos formatos de convivencia, familias diversas y mayores tasas de uniones informales. Datos recopilados por Our World in Data revelan que el matrimonio está en mínimos históricos, mientras se reconfiguran las dinámicas de pareja y hogar.
Las estadísticas muestran una caída sostenida en las tasas de matrimonio formales. Por ejemplo, en Estados Unidos, la tasa de matrimonios por cada 1.000 habitantes alcanzó su pico histórico (16,4) en 1946; desde 1972 comenzó un descenso constante hasta situarse hoy en valores mínimos.
En Inglaterra y Gales, se observa un cambio generacional profundo: entre las mujeres nacidas en 1940, más del 90 % estaba casada a los 30 años; pero entre las nacidas en 1990, esa tasa se ubica en torno al 29 %. En los hombres, el descenso también es marcado.
Además, las personas que sí deciden casarse tienden a hacerlo más tarde. En varios países desarrollados la edad promedio al primer matrimonio se aproxima a los 30 años, cuando antes era habitual entre los 20 y 25 años.
Nuevos modelos de convivencia y estructuras familiares
El matrimonio como forma exclusiva de unión ya no domina el panorama familiar. El aumento de convivencias sin formalización legal es notorio. En Estados Unidos, el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que vivían con una pareja sin estar casados pasó del 0,1 % en 1968 al 9,4 % en 2018.
Los nacimientos fuera del matrimonio también han crecido. En los países de la OCDE, mientras en 1970 menos del 10 % de los niños nacía fuera de un vínculo formal, para 2020 ese promedio supera el 30 % en muchos países, y en algunos llega al 50 %. México y Costa Rica, por ejemplo, ya reportan que la mayoría de los nacimientos ocurren fuera del matrimonio.
También es cada vez más frecuente la existencia de familias monoparentales, muchas veces encabezadas por mujeres. En los menores de 5 años en la OCDE, aproximadamente 10 % de los niños viven únicamente con su madre, una cifra muy superior al porcentaje que vive solo con su padre.
Matrimonio igualitario y reconfiguración legal
Uno de los cambios más profundos en las últimas décadas ha sido la expansión del matrimonio igualitario. Países pioneros como Dinamarca introdujeron uniones civiles entre personas del mismo sexo en 1989, pero fue en 2000 cuando los Países Bajos legalizaron plenamente el matrimonio igualitario. Desde entonces, muchas naciones europeas, norteamericanas y latinoamericanas han adoptado leyes similares, contribuyendo a redefinir el concepto de matrimonio.
No obstante, su reconocimiento legal no ha eliminado por completo desigualdades o discriminación, y las condiciones jurídicas aún varían significativamente entre países.
Divorcios, rupturas y nuevas lógicas
La evolución de las tasas de divorcio es heterogénea: en algunos países se han multiplicado desde los años setenta, mientras en otros se reporta una leve disminución o estabilización. En Reino Unido, Noruega y Corea del Sur, por ejemplo, la tasa de divorcio se triplicó entre las décadas de los setenta y noventa. En EE. UU., tras un pico, las tasas han tendido a reducirse.
En muchos contextos, quienes deciden casarse lo hacen con un mayor nivel de deliberación, lo que en algunos casos ha llevado a relaciones más estables o duraderas.
Detrás de estas transformaciones —según los datos de Our World in Data— hay múltiples elementos interrelacionados:
• La mayor autonomía y participación de la mujer en el mercado laboral.
• Acceso más amplio a métodos anticonceptivos.
• Legislaciones que reconocen derechos para parejas no casadas.
• Cambios culturales que cuestionan la obligatoriedad del matrimonio como única vía legítima de formar familia.
• Redefiniciones del compromiso afectivo y del proyecto de vida en pareja.
Los datos sugieren que incluso institutos sociales tan antiguos como el matrimonio están en plena transformación. Las sociedades muestran capacidad de reinventar sus estructuras familiares frente a cambios demográficos, económicos y culturales. En otras palabras: el matrimonio no desaparecerá necesariamente, pero puede mutar en su forma, función y significado.
El desafío para las instituciones (gubernamentales, legales, culturales) será adaptarse de forma proactiva para reconocer y proteger la diversidad de modelos de relación y familia que ya hoy son realidad. (Infobae)