Bahía Blanca | Miércoles, 15 de octubre

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El vehículo como un arma: se inició el juicio oral a Leguizamo

La acusada deberá responder por la muerte de la motociclista Sandra Romero. Se estableció que había consumido drogas, iba a más de 120 kilómetros por hora y cruzando semáforos en rojo.

Leguizamo, junto a su abogado defensor Pablo Radivoy. Fotos: Andrea Castaño-La Nueva.

Una pena que puede llegar a los 25 años de prisión afronta Ángela Leguizamo, al iniciarse hoy el juicio oral por la violentísima muerte de la motociclista Sandra Romero, el año pasado en la avenida Colón y Drago.

Escenas de profundo dolor vivieron las hijas y otros familiares de la víctima, quien al momento del hecho estaba detenida en un semáforo cuando la camioneta Nissan Frontier que conducía la acusada la embistió desde atrás y a más de 120 kilómetros por hora.

Las pericias determinaron que la mañana del 9 de marzo de 2024, Leguizamo (hasta el momento del hecho figuraba como Ezequiel en su DNI pero luego inició el proceso de cambio de género), había consumido drogas (cocaína y anfetaminas) y atravesado varios semáforos en rojo por la avenida Colón, a muy alta velocidad.

Natalia y Karina, hijas de Sandra, adelantaron que esperan la pena máxima (el delito prevé de 8 a 25 años), porque la imputación principal del fiscal Cristian Aguilar es de homicidio simple (como aquel que mata a otra persona con un arma de fuego), pero con dolo eventual, es decir que debió representarse el resultado a partir de las distintas circunstancias descriptas.

Los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 3 están llevando adelante el juicio, que se inició con prueba testimonial y concluirá mañana con los alegatos de la partes (Leguizamo es asistida por el defensor oficial Pablo Radivoy).

"Pedimos una justicia ejemplar. Si el día de mañana sale (por la imputada) va a volver a consumir, a manejar y seguirá matando gente. Estas personas no se curan. Fue mi mamá, pero ese día podría haber sido una carnicería", había dicho Natalia Pérez, una de las hijas de Sandra.

Karina, su hermana, marcó un dato que revela los designios del destino: "Mi mamá había cambiado el horario de entrada al trabajo (lo había corrido de las 6 a las 7), porque le tenía terror a los que salían de los boliches. Y paradójicamente le pasó esto".