Plaza Pellegrini: el renacer de un lugar histórico en Bahía
La empresa entregó la obra. Hay un conjunto de tareas pendientes, las cuales está llevando a cabo la comuna con personal propio y a través de cooperativas de trabajo.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
A un año del inicio de obra y con un plazo de ejecución que duplicó el establecido en el contrato --era de 180 días y demandó 360--, la empresa adjudicataria completó la puesta en valor de la plaza Pellegrini.
El espacio, ubicado en las calles Moreno y Tucumán, está abierto y habilitado al uso desde hace varios meses, incluso con las tareas en marcha, ya que los vecinos comenzaron a utilizarlo de manera espontánea.
Las demoras en completar la intervención se relacionan con los vaivenes económicos registrados en los últimos meses de 2023 y el cambio de gestión municipal, que exigió a las autoridades entrantes verificar el estado de situación y resolver el atraso de varios meses en el pago de los certificados.
Hoy el lugar luce su nuevo aspecto, completamente diferente del preexistente, con lo cual se puede hablar de una nueva plaza, con otro diseño, un equipamiento renovado y una estética completamente diferente.
En el centro del paseo, donde existía una pileta-fuente en desuso desde hacía décadas, aparece ahora un grupo de pérgolas metálicas blancas, las cuales de alguna manera evocan a las históricas de mampostería demolidas a fines de 2018, luego de detectarse problemas constructivos menores.
Uno de los cambios radicales fue la demolición del muro perimetral, con lo cual hoy los bordes del terreno tienen una pequeña pendiente que lo lleva al mismo nivel de las veredas, las cuales fueron completamente reconstruidas.
Se han sumado varios grupos de sillones, mesas y bancos, juegos infantiles, bicicleteros, cestos, aparatos para ejercicios físicos y un área donde se ha colocado un aro de básquet.
Por otra parte se han delineado varios caminos interiores y se han eliminado algunas escaleras, de manera de darle mayor accesibilidad al lugar. En ese sentido se verifica lo planteado por el municipio de generar un “mejoramiento en términos de accesibilidad, seguridad y prioridad al peatón, con un desarrollo que posibilite actividades de esparcimiento, ocio y deportivas”.
Lo que sigue
Si bien la obra contratada con la firma Micser SRL está terminada, hay un conjunto de tareas pendientes, las cuales está llevando a cabo la comuna con personal propio y a través de cooperativas de trabajo.
Una de esas intervenciones es el riego, clave ya que el paseo tendrá una importante forestación sobre todo con la conformación de varios canteros.
La segunda cuestión es precisamente la forestación. La plaza Pellegrini ha tenido severos problemas con su arbolado, situación que obligó al retiro de varios ejemplares añosos en muy mal estado. A eso se sumó el temporal del pasado 16 de diciembre, que terminó por afectar a otros cuantos ejemplares.
Por ese desde la subsecretaría de Espacios Públicos se procederá a la colocación de 40 árboles, entre crespones, cercis y fresnos, además de reforzar el arbolado de vereda. A esto se sumarán agapanthus (107 ejemplares) y salvias leucantha (124). Por una cuestión estacional esta tarea comenzará a realizarse en septiembre.
Si bien no está definido si habrá una inauguración oficial del paseo, ese acto será considerado con la terminación de todas estas tareas y será un gesto formal ya que, como mencionamos, el lugar ya está abierto y cuenta con una importante concurrencia diaria.
Una plaza por demás especial
Como hemos comentado en notas anteriores, la plaza Pellegrini es parte del que fuera el último cementerio que funcionó en la ciudad antes de su traslado a su actual ubicación. Durante casi 25 años, entre 1862 y 1885, fue el lugar donde se realizaban las inhumaciones, siendo la calle Moreno la utilizada por los cortejos fúnebres, el camino al cementerio. Prestigiosos vecinos, como el médico Sixto Laspiur, el ingeniero Felipe Caronti y la primera partera de la ciudad Ana María López, fueron sepultados en ese lugar.
Con el traslado de los ataúdes a la nueva necrópolis, el lugar pasó a servir como corralón municipal, hasta que en 1911 el intendente municipal Valentín Vergara atendió el pedido de los vecinos de reconvertirlo en una plaza pública, ordenando "el desalojo de los carros" y la demolición de las construcciones existentes, incluido el muro de dos metros de alto que rodeaba el lugar.
El agrónomo municipal, Carlos Arizmendi se hizo cargo del diseño del paseo y Vergara respetó la decisión de su antecesor, Jorge Moore, de designarlo con el nombre de Carlos Pellegrini. Más allá de aquel primer trazado, no fue hasta la década del 40 que se construyó el murete perimetral, los caminos interiores, la fuente central y los varios grupos de pérgolas.
La plaza fue también el lugar elegido para la colocación de varios monumentos, por caso un homenaje al alpinista Mario Serrano, el monumento al forjador, donado por la Unión Industrial de Bahía Blanca, y una obra dedicada a la madre. Todos y cada uno de ellos resultaron vandalizados, dañados y destruidos.