Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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Andrés González Ríos: la partida de un hacedor

Tenía 89 años y no hubo actividad local en la que no aportara su esfuerzo y dedicación.

Falleció ayer en nuestra ciudad el contador Andrés González Ríos, un verdadero hacedor local, un referente a nivel provincial dentro de su profesión y declarado hace unos años ciudadano ilustre de Bahía Blanca.

No es simple llegar al tramo final de la vida y sentirse satisfecho, orgulloso y feliz por todo lo vivido y hecho. Eso sentía González Ríos cuando repasaba sus 90 años llenos de logros, de trabajo, de haber formado una familia maravillosa, de seguir teniendo proyectos.

Docente, referente dirigencial de Ciencias Económicas, miembro de distintas ONG y entidades civiles, algunas de ellas ligadas a la comunidad vasca e hincha reconocido del club San Lorenzo de Almagro.

Nacido en Bahía Blanca, siempre sintió un gran vínculo con el país Vasco a partir del nacimiento de su padre en el pueblo de Caseda, a 30 kilómetros de Pamplona, lugar que pudo visitar junto a sus cuatro hijos.

Cursó sus estudios en el Colegio Cervantes y en la Escuela Nº 2, completando los secundarios en la Escuela de Comercio y la carrera de Contador en el mítico Instituto Tecnológico del Sur.

Recibiendo el título de manos de Haroldo Casanova

Presidió la Asociación de Graduados en Ciencias Económicas de Bahía Blanca y fui Vicepresidente de la Federación Argentina de dicha cartera. También co-fundador y Presidente de la agrupación Beti-Aurrera de danzas vascas, presidente de la Unión Vasca, y del Rotary Club. Estuvo en la comisión que creó la Escuela Nº 39 de La Falda y Kennedy, fue directivo en los clubes Argentino, Estudiantes y Sociedad Sportiva y fue el responsable del busto del Papa Francisco ubicado en calle Cerrito.

Fanático de San Lorenzo, en 2014 pudo viajar al Vaticano y tener una audiencia con el Papa Francisco, a quien le regaló un barrilete con los colores de ese club.

Un barrilete para Francisco.

Orgulloso de su familia, de sus cuatro hijos, “son mis soles”, dijo alguna vez, y de sus nietos, la ciudad ha perdido a uno de sus hijos destacados. Lo sobrevive su obra, su familia y el recuerdo de todos quienes tuvieron la dicha de tratarlo.