Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

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Superclásico en Bahía: la historia del único Boca-River que se jugó en la ciudad

Los dos equipos más populares del país llegaron en junio de 1974 para disputar la Copa “Liga del Sur”. Quiénes integraban los equipos, cómo fue el desarrollo del partido y quién ganó finalmente el trofeo.

"Es el grande. El número uno. El Superclásico se ha ganado su fama y el primer puesto de esta lista. Es la definición de derby", aseguró en febrero pasado el medio británico Copa 90, al explicar por qué la rivalidad entre Boca Juniors y River Plate representa uno de los mejores espectáculos deportivos del mundo.

"Realmente no hay nada como el Superclásico. Es único en su clase y es necesario verlo para creerlo. Por eso tiene que estar en lo más alto", agregó el informe.

No fue la primera vez que la prensa internacional reconoció su admiración por lo que sucede, tanto dentro como fuera de la cancha, cuando juegan millonarios contra xeneizes.

En los últimos 20 años los diarios The Observer (2004), Four Four Two (2016), The Telegraph (2016), Daily Mirror (2017), The Guardian (2018) y The Sun (2021) no dudaron en calificar al Superclásico argentino como el máximo duelo futbolístico entre equipos de un mismo país, por encima de otros célebres enfrentamientos como Real Madrid-Barcelona, Inter-Milan, Flamengo-Fluminense o Manchester City-Manchester United.

Desde su primer partido en agosto de 1908, Boca y River se cruzaron 385 veces en una cancha, conformando una larguísima antología de hazañas, polémicas, leyendas, héroes, villanos y goles, que divide a la mayor parte de la sociedad en dos bandos claramente diferenciados por los colores de sus camisetas.

Y entre esos 385 superclásicos hubo uno que se jugó en Bahía Blanca.

Fue en la tarde del domingo 23 de junio de 1974 en el estadio de Olimpo, cuando ambos equipos se presentaron en la ciudad para disputar la Copa "Liga del Sur", en medio del receso de las competencias oficiales por el Mundial de Alemania.

Ninguno de los dos clubes pasaba entonces por un buen momento deportivo: en el Campeonato Metropolitano de ese año, ganado por Newell´s Old Boys, Boca había finalizado tercero en el cuadrangular final, mientras que River ni siquiera había logrado clasificar a esa instancia.

Uno de los partidos del Metro '74

Para complicar un poco más el panorama, los boquenses cargaban con el peso de cuatro años sin conseguir un título, mientras que los de Núñez arrastraban nada menos que 17, en lo que ya se había convertido en la racha más adversa de su historia.

Sin embargo, la serie de superclásicos programados para ese mes en diferentes ciudades del interior se había convertido en un verdadero éxito de convocatoria. En las semanas previas al choque en el estadio de Olimpo, se habían enfrentado en Santiago del Estero (4 de junio), San Salvador de Jujuy (15 de junio) y Santa Fe (20 de junio), con dos triunfos para River y uno para Boca, siempre con estadios repletos.

Nadie dudaba de que la respuesta del público bahiense sería igual de entusiasta, en especial considerando las principales figuras que llegarían al estadio de Colón y Ángel Brunel: Pernía, Mouzo, Tarantini, Trobbiani, Potente, García Cambón, Passarella, Merlo, Salinas, Morete y Mastrángelo, entre otros. Sólo faltaban Fillol y Wollf, concentrados en Munich con la Selección, y Alonso, con licencia por la conscripción militar.

En medio de una gran expectativa, los planteles arribaron a la ciudad casi sin descanso: el día anterior River había ganado el trofeo “Ciudad de Santa Fe”, al superar por 2-1 a Unión, y Boca lograba el tercer puesto, con un 3-1 sobre Colón.

Una formación de River en 1974.

Es muy posible que el escaso tiempo de recuperación física con que contaron ambos equipos haya incidido directamente sobre el desarrollo del partido. De hecho, al analizar las formaciones que presentaron en Bahía, llama la atención que los entrenadores decidieran repetir 19 de los 22 futbolistas que habían jugado apenas 24 horas antes, a 950 kilómetros de distancia.

“Fue un primer tiempo lento, sin ritmo, carente de vibración por ausencia de situaciones de riesgo en ambas áreas. El juego se volcó casi con exclusividad al mediocampo, donde hubo permanente intercambio en eso de tener la pelota, pero ni Boca ni River aparecieron dispuestos a arriesgarla con decisión y firmeza en función de ataque”, comienza la crónica de La Nueva Provincia.

Quizá no se trataba sólo del cansancio por la seguidilla de partidos. Los dos equipos también se conocían demasiado bien como para sorprenderse: además de los tres encuentros amistosos disputados durante ese mes, ya se habían enfrentado en otras cuatro oportunidades desde fines de enero, incluyendo dos superclasicos por el Metropolitano.

“Al principio del complemento no surgieron variaciones. Boca siguió arrancando desde el fondo, (,,,) pero claudicando allá arriba, cuando llegó el instante de jugarse en el área. La pelota, entonces, quedó para River. Salida no tan clara y mucho más lenta (…) Después sí, al promediar la etapa, el partido se alejó bastante de sus imprecisiones, de su frialdad, para entrar en otro clima”, continúa la cobertura del diario.

Boca, en una de las alineaciones de ese año.

Y sigue: “Fue Boca el que se ordenó mas coherentemente (...) River Plate retrocedió para juntarse en el fondo (…) A los de Núñez les quedó el contragolpe, esperanzado siempre en algún pique de Morete o en alguna llegada clara de Mastrángelo”.

“Con todo y cuando los xeneizes (...) buscaban el quiebre en el marcador, fue Mastrángelo el que desperdició magnífica oportunidad al disparar alto, sólo frente a Sánchez (…) Realmente hubiese resultado injusto porque Boca había demostrado que, de los dos, era el que había jugado mejor”, remarca el cronista.

Cuando el árbitro Teodoro Nitti marcó el final del partido, con un pálido saldo de empate en cero, los equipos acordaron definir quién se quedaría con la copa donada por la Liga del Sur, a través de una definición por penales.

Luego de siete remates convertidos, y con la serie 4-3 a favor de Boca Juniors, llegó el turno del cuarto penal para River, a cargo de Reinaldo Merlo.

El volante central acomodó la pelota, tomó carrera y pateó a la derecha de Rubén Sánchez, quien lo contuvo sin mayores inconvenientes. Pero Nitti consideró que se había adelantado, por lo que hizo repetir el lanzamiento. Una vez más el arquero xeneize logró atajarlo, facilitando que en el siguiente remate su compañero Enzo Ferrero estableciera el 5-3 final.

Rubén Sánchez ataja el penal de Merlo

La ceremonia de premiación fue breve: los últimos destellos de la tarde invernal encontraron a los jugadores del equipo ganador levantando el trofeo ante los aplausos de una multitud que comenzaba a percibir el rápido descenso de la temperatura.

“Un encuentro con un primer tiempo que bien estuvo para los silbidos, que alcanzó a superarse en imagen en su segundo capítulo y que, finalmente los auriazules, en los penales, hallaron el premio para esa superior gestión en el real concepto equipista”, concluye el artículo que analizó el primer -y hasta ahora único- superclásico disputado en la ciudad.

A pesar de la “recaudación récord para nuestro medio” -estimada en unos US$ 17 mil de la época- , el Boca-River bahiense pasó casi inadvertido fuera del ámbito local.

Las versiones sobre la posibilidad del pago de un aguinaldo completo para amortiguar el impacto inflacionario, la suspensión de las medidas de fuerza anunciadas por los docentes, y la visita de la vicepresidenta Isabel Perón al dictador Francisco Franco en Madrid, sumado a la goleada 4-1 de Argentina sobre Haití, que le posibilitó pasar a la siguiente fase del Mundial, ocuparon al día siguiente la portada de todos los medios nacionales.

Los escudos de ambos equipos en esa época

Síntesis

Boca Juniors 0 (5) - River Plate 0 (3)

Domingo 23 de Junio de 1974 / Amistoso - Copa "Liga del Sur"

Boca Juniors: Rubén Sánchez, Vicente Pernía, Roberto Mouzo, Roberto Rogel, Alberto Tarantini; Jorge José Benítez, Marcelo Trobbiani, Osvaldo Potente; Ramon Ponce, Carlos María García Cambón y Enzo Ferrero. DT: Rogelio Domínguez.

River Plate: José Alberto Pérez; Pablo Zuccarini, Hugo Pena, Daniel Passarella, Héctor López; Víctor Marchetti, Reinaldo Merlo, Edgardo Di Meola; Carlos Salinas, Carlos Morete y Adolfo Mecca. DT: Federico Vairo.

Cambios: 30' PT Roberto Iglesias x Rogel (BJ) y Nicolás Novello x Potente (BJ); 45' PT Marcelo Carregado x García Cambón (BJ); 11' ST Ernesto Mastrángelo x Salinas (RP); 18' ST Alfredo Letanú x Trobbiani (BJ); y 23' ST Carlos Avanzi x Di Meola (RP).

Definición por penales: Mouzo (BJ), gol; Passarella (RP), gol; Carregado (BJ), gol; Pena (RP), gol; Letanú (BJ), gol; Avanzi (RP), gol; Ponce (BJ), gol; Merlo (RP), atajado; Ferrero (BJ), gol.

Árbitro: Teodoro Nitti

Estadio: Club Olimpo de Bahía Blanca

Recaudación: 27.156.500 m$n