Cuál sería el móvil del crimen en el barrio Mariano Moreno
Jonathan Arroyo, de 43 años, está aprehendido por el homicidio de Máximo Boccio (75), dueño de la casa que alquilaba. Deudas y el dato de un dinero.
Las cámaras de seguridad del CEUM y la rápida investigación policial fueron la clave para capturar a Jonathan Arroyo (43), el domingo a la madrugada, cuando procuraba escapar de la ciudad hacia la Patagonia.
En un colectivo que se movilizaba hacia Caleta Olivia lo detuvieron sobre las 2.30, a la altura del Fitosanitario, como presunto autor del crimen de Máximo Jorge Boccio (75), dueño de la vivienda que él alquilaba en Emilio Rosas al 200.
El homicidio del jubilado se descubrió el sábado a la madrugada, cuando fue encontrado sin vida en su vivienda de Mendoza 1.292 -esquina Bolivia-, frente a la plaza Mariano Moreno, mientras que su mujer, Elsa Elena Benedetti (76) fue hospitalizada por una descompensación y en principio no recordaba nada de lo sucedido.
Sin observar signos de violencia en aberturas ni desorden en la vivienda, se especuló que podría ser alguien conocido.
Las primeras imágenes habrían establecido, en la tarde/noche del viernes, la presencia de Arroyo en la casa, a la cual llegó en una rural Ford Escort de un medio hermano suyo.
La UFIJ N° 5, a cargo del fiscal Jorge Viego, pidió dos allanamientos, en la vivienda del sospechoso de la calle Emilio Rosas, y en la de su hermano, ubicada en 9 de Julio al 2.900, con el fin de secuestrar los celulares y requisar el auto, en cuyo interior encontraron manchas de sangre.
Para ese entonces Arroyo ya no estaba en su domicilio. Creen que su esposa mintió: dijo que no sabía dónde estaba pero pudieron localizar a un remisero que había llevado a ambos hasta la terminal de ómnibus. Ahí se supo que su destino era Santa Cruz.
Con el dato de la sangre compatible a la de la casa, su presencia previa en la vivienda de la víctima y su partida repentina de la ciudad (sacó el pasaje, por internet, a las 16.30 del sábado, cuando el caso comenzó a hacerse público), se autorizó su aprehensión.
También se estableció, a través de las imágenes, que tenía dos tatuajes en su brazo izquierdo, otro dato importante para relacionarlo.
Se pudo determinar que Arroyo estaba desempleado y que reunía unos meses de deuda del alquiler.
No descartan que hayan discutido por esa situación.
Compra de un departamento
También existe otra posibilidad: el robo.
"Familiares de la víctima informaron que Boccio había vendido un departamento y tenía pensado comprar otro en Mar del Plata", dijo un investigador.
Hacía más de un año y medio que Arroyo le alquilaba y no se descarta que, a partir de esa relación de confianza, tuviera conocimiento de esta posible transacción.
"En la casa había plata, pero no sabemos si falta dinero. Se espera a que la mujer mejores como para tratar de saber algo más", agregó el mismo informante.
Al ser detenido en la ruta 3 sur, en el micro, el acusado no tenía dinero encima, aunque tampoco llevaba la ropa que vestía la noche del hecho, que tampoco fue encontrada en el bolso que cargaba en el transporte ni tampoco en su casa.
"Tampoco descartamos que haya existido una discusión, lo haya golpeado y se haya ido sin saber que lo había matado y, al enterarse del homicidio, trató de irse de la ciudad", sostuvo otro investigador.
Arroyo no contaría con antecedentes delictivos computables y, como último trabajo formal, se le conocería uno en una minera del sur, posiblemente en la zona a la que pretendía fugar.
También será importante para la investigación, que recién se inicia, determinar el contenido de los celulares secuestrados.