Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Medicamentos genéricos: ¿ganar espacio a igual calidad y menor precio?

La inquietud es tener la certeza de que un genérico equipara a otro de marca. Es decir, tener la tranquilidad de que si un medicamento vale la mitad que otro no sea porque resigna calidad.

Medicamentos y genéricos, en el debate. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Hace 21 años se sancionó la ley que establece que “toda receta médica debe efectuarse expresando el nombre genérico del medicamento”. Podía, además, llevar escrita una marca, aunque el consumidor podía solicitar al farmacéutico otra con la misma droga, pero de menor precio.

El reciente paquete de medidas dado a conocer por el presidente de la Nación, Javier Milei, refuerza esa modalidad pero, ahora, los médicos deberán incluir únicamente el nombre genérico del fármaco, evitando colocar una marca en particular.

La modificación apunta a disminuir el costo de los medicamentos, facilitando su uso y acceso, según se indicó, teniendo en cuenta que estos cuadruplicaron su precio a lo largo del año que termina.

Más allá de que determinados medicamentos tengan la misma composición, se reconoce como “de marca” o “referentes” al elaborado por un laboratorio que se encargó de su investigación y realizó los estudios de eficiencia sobre el organismo.

Ese laboratorio tiene la patente durante determinada cantidad de años y, luego, cualquier otro puede producirlo. Si la fórmula es idéntica, y está debidamente verificada, se tiene un genérico con la misma composición que el original.

Es idéntico a uno de marca, tanto en dosis como en seguridad, potencia, calidad, características de rendimiento y uso.

Sin embargo, puede contener distintos ingredientes inactivos (excipientes) que generen una diferencia.

Lo esperable es que un fármaco genérico sea más barato, porque su fabricante no tiene una inversión que recuperar y por la competencia con los de marca.

Qué dicen los médicos

La inquietud habitual es tener la certeza de que realmente un genérico equipara a uno de marca; es decir, tener la tranquilidad de que si un medicamento vale la mitad que otro no sea porque resigna calidad.

Profesionales de la medicina y de la farmacia coinciden en la importancia de esta implementación para bajar los costos y comparten su experiencia con los mismos.

Alfonso Medori, especialista jerarquizado en Cirugía General, explica que los médicos siempre se manejan con genéricos.

Alfonso Medori.

“En la universidad no estudiamos marcas”, indica.

“Los medicamentos de marca son más caros porque los laboratorios amortizan sus costos de investigación y desarrollo”, añadió.

“Mi experiencia con los genéricos es que con algunos antibióticos por ahí no lográs buenos resultados a las 72 horas y entonces los cambio por uno de marca y se tienen las primeras mejorías. Esto sugiere que, en algunos casos, hay diferencias en los efectos”, aseguró Medori.

Oscar Mocchi es pediatra. Desde su óptica, el tema de los genéricos “es toda una cuestión”.

“Si bien en teoría cumplen la misma función, no todos lo hacen o tienen el resultado que uno espera. Por eso a veces los médicos nos escudamos en los laboratorios más conocidos, porque suponemos o certificamos que tendrán el efecto esperado”, expresó.

Oscar Mocchi.

Su experiencia con los genéricos es que algunos más, otros menos, cumplen su función pero, en lo personal, se queda más tranquilo y seguro con determinadas marcas.

“Pero la medicina es amplísima y en otras especialidades los médicos pueden tener otra visión. Desde lo pediátrico entiendo que, pese a tener todos la misma composición, no todos generan la misma respuesta”, aseveró Mocchi.

Corazón y ansiedad

Walter Zukerman es médico consultor en cardiología y ex residente de la Fundación Favaloro. Menciona que dar más lugar a los genéricos “está perfecto” para bajar costos, siempre que se realicen los estudios farmacológicos correspondientes para certificar su equivalencia con los originales y atender las diferencias con algunos componentes adicionales.

“Hay elementos que varían en su elaboración y algunos medicamentos pueden tener mejor absorción o hacerlo en determinado lugar del organismo”, dijo.

Walter Zukerman.

“Para esto se aplica la farmacocinética, que estudia esas diferencias”, explicó.

Reconoció Zukerman que hay laboratorios que elaboran medicamentos caros por una cuestión de marketing y publicidad, sin que tengan una diferencia real con uno genérico.

Martín Florio es médico psiquiatra. “Nosotros estamos obligados a recetar genéricos. En mi caso a veces indico marcas porque tienen el denominado Bono Pap (NdR: Programa de Asistencia al Paciente), con el cual por cada caja que compra el paciente el laboratorio le da una sin cargo”, comentó.

Mencionó que, en su especialidad, es importante que esté verificada la bioequivalencia, que compara de manera precisa la composición de cada medicamento.

“No se puede estar jugando con la salud de nadie. Hay que tener certeza de que una pastilla de 500 mg de determinada droga está presente tanto en el de marca como en el genérico; esto es, que eso se haya verificado”, indicó.

Martín Florio.

Otra situación que suele darse es que los pacientes piden determinadas marcas, porque sienten que les hacen mejor efecto que otras.
“Como en general nuestra medicación tiene efecto a largo plazo, nos fijamos más en el resultado terapéutico”, señaló.

“A veces la diferencia entre los de marca y un genérico es el tipo de cobertura de las pastillas o la forma de liberación de la droga”, dijo Florio.

Entender la receta

Marina Etcheun, farmacéutica e integrante de la comisión del Colegio de Farmacéuticos local, explicó que la ley establece que la prescripción debe hacerse por el nombre genérico para, de este modo, facilitar la elección de la marca que más convenga, siempre teniendo en cuenta el costo.

“El principio activo de un genérico es idéntico a uno de marca. Está sometido a controles y tiene un precio considerablemente menor porque los costos de producción son menores”, indicó.

Marina Etcheun.

También existe la producción pública de medicamentos de formulaciones huérfanas —para enfermedades poco frecuentes— o inexistentes en el mercado.

“El DNU del presidente Milei vulnera la accesibilidad a ese tipo de medicamentos”, añadió Etcheun.

Juan Eduardo Perlotti, farmacéutico y presidente del Colegio de Farmacéuticos, expresó que un medicamento genérico tiene garantizada su composición y concentración.

“Pueden cambiar los excipientes, que modifiquen la velocidad de disolución o el efecto. Pero la composición es la misma”, dijo.

Señaló, incluso, el caso de laboratorios que preparan el mismo producto con dos nombres diferentes, donde el que tiene más marketing puede costar hasta cuatro veces más que el segundo.

La modificación apunta a disminuir el costo de los medicamentos teniendo en cuenta que los precios se cuadruplicaron en el año que concluyó.

“La ley de genéricos fue un privilegio desde el punto de vista económico”, aseguró.

“Algo muy beneficioso para el paciente que debe intensificarse. Es lo único positivo que veo del DNU del presidente de la Nación”, sostuvo Perlotti.

Carlos Deguer, médico neonatólogo y secretario general de la Asociación Médica de Bahía Blanca, manifestó su apoyo a la modalidad de recetar genéricos.

Carlos Deguer.

Si bien señaló que hay marcas que tienen más calidad que otras, como sucede en todos los ámbitos, también se cuenta con la intervención de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).

“Son medicamentos aprobados por tener la misma condición que uno de marca. Reforzar esta práctica es muy bueno desde el punto de vista sanitario y de ahorro a los usuarios”, aseguró Deguer.

Un protagonista clave

En nuestro país no existe el genérico sin marca. Se los llama de esa manera, pero todos tienen una marca puesta por el laboratorio respectivo y su disponibilidad puede variar.

Por eso cuando un usuario pide un medicamento por el nombre de la droga, es clave la respuesta del farmacéutico al ofrecer todas las alternativas disponibles, tanto productos de primera marca como de genéricos.

Juan Eduardo Perlotti, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Bahía Blanca.

“Muchas veces hay diferencias importantes de precio, incluso entre medicamentos de primera marca, porque cada laboratorio tiene su política”, dijo Perlotti.

“Hace un tiempo, una marca de primera línea congeló sus precios y era el más económico. Luego los ajustó y pasó a ser el más caro. Por eso es importante consultar al momento de la compra y confiar en el profesional farmacéutico”, señaló.

Muestra gratis

La diferencia de precio entre primeras marcas y genéricos existe y, a veces, es muy importante.

Algunos ejemplos, a modo de referencia (con valores de fines de este diciembre), son los siguientes:

—Ibuprofeno: Marca Ibupirac 600 x 10 a $ 2.407. Un blíster de una marca alternativa cuesta $ 1.500.

—Omeprazol: Ulcozol 20 mg x 15 cápsulas, $ 8.013. Marcas alternativas en el orden de los $ 1.300.

—Losartan: Losacor 50 mg x 30 $ 12.240. Marca alternativa, en el orden de los $ 4.500.

—En los casos de paracetamol y levotiroxina no hay mucha diferencia de precios.