Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

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La ola de calor en Europa, ¿se puede sentir también en el verano bahiense?

El licenciado Carlos Zotelo, climatólogo del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (Cerzos) del Conicet, anticipó cómo serán climáticamente los próximos meses.

Un invierno que se va prácticamente sin olas de frío, una primavera que asoma lluviosa y un verano que promete temperaturas más altas de las habituales.

Ese es, a groso modo, el pronóstico climático extendido para Bahía Blanca.

Aunque en varios países de Europa se soportaron casi 50 grados durante la mayor parte de la época estival, el licenciado Carlos Zotelo, climatólogo del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (Cerzos) del Conicet, señaló que ello no tiene paralelismo con lo que sucederá en nuestra ciudad en los próximos meses.

“No hay una relación directa entre lo que pasa en el Hemisferio Norte y el nuestro, al menos en una escala de tiempo tan corta. Sí puede darse en décadas o centurias, pero no tan inmediato. De igual manera, todo parece indicar que tendremos un verano bastante caluroso”.

Zotelo esgrimió que esa viene siendo la tendencia en nuestra región y que es altamente probable que se repita o se agrave.

“Hace 4 años atrás tuvimos una sola ola de calor, al siguiente sufrimos 3, en 2022 fueron 5 y el verano pasada crecimos a 9, por lo que la tendencia va subiendo, independientemente de lo que pasa en el otro hemisferio”.

Se define ola de calor a cuando, durante más de tres días consecutivos, la temperatura máxima diaria excede en alrededor de 5ºC a la temperatura máxima media.

“Para cada lugar tenés la distribución de temperaturas para un mes determinado, tomado durante 100 años. Es distinto para enero, febrero y marzo. Por ejemplo, en marzo no necesariamente tiene que hacer 40 grados para que haya una ola de calor, sino que capaz que con 32º alcanza, porque el promedio de ese mes es menor a enero o febrero. Para enero, quizás el límite sea 35º”, explicó Zotelo.

El notorio incremento de temperaturas en ambos hemisferios se debe, en gran parte, al exceso de energía que soporta la atmósfera.

“La atmósfera está con exceso de energía. Y la tiene que distribuir en todas sus escalas. El resultado son granizajes más intensos, tornados más severos en zonas que no suelen ocurrir, tormentas tropicales más fuertes, mayor intensidad de vientos y militrajes más grandes de lluvia en poco tiempo. Es lo que se está viendo en distintos lugares del mundo, con inclemencias climáticas más fuertes o exageradas a lo normal”.

--¿Porque tiene exceso de energía la atmósfera?

--Por varios motivos. Uno es la dinámica del sol, que provee el 95% de energía que le llega a la Tierra; y el otro 5% proviene del núcleo de la tierra, de lo que tanto se habló hace un tiempo porque supuestamente se detuvo y hoy está girando en sentido contrario. Esas dos cosas influirán más a largo plazo.

“Otro factor es el hombre, que ha influido en el cambio climático a partir de la revolución industrial. Hace 150 años que se vienen tirando químicos a la atmósfera indiscriminadamente y hoy se están viendo los resultados”.
Zotelo señaló que es alarmante cómo se han acortado los ciclos naturales.

“Se daban en tiempos más largos y hoy se han acortado notablemente. Por ejemplo, en el año 400 arrancó el calentamiento, que terminó en el año 1.200; por lo que fueron 800 años de calentamiento; ahí se inició el enfriamiento, que se prolongó hasta 1.850. Ahora se calentó todo de golpe, en menos de 100 años. Esa es la acción de hombre, que aceleró un proceso que era natural”.

--¿Cómo termina esto?

--Nadie lo sabe. Porque la naturaleza tiende a equilibrar, pero hay cosas que no las puede manejar: en este caso, la acción del hombre. Por eso es positivo que el hombre haya empezado a cambiar sus costumbres y haya empezado a cuidar el medio ambiente.

--En Bahía, ¿puede haber un verano más asfixiante que los anteriores?

--No debería asustarnos que haya más olas de calor que las habituales para cada mes veraniego. Lo que sí está claro es que el verano se adelantará bastante y arrancará en octubre con temperaturas altas. Pero es probable que en intensidad sea un poco más suave que el anterior.

--¿Las lluvias?

--Hay que desmitificar que el Sudoeste Bonaerense tenga que ver con El Niño o La Niña. Pese a lo que cree la gente, no tiene relación alguna aquí. Pero desde la segunda quincena de septiembre en adelante, habrá una recuperación de milimetrajes. Será un final de año bastante interesante, luego de un período bastante seco en lo general. Este cuatrimestre estará cerca de un 20% superior a lo normal. Por ese motivo, el año va a terminar en los números promedios.

--¿Qué análisis hace del invierno?
--Fue un invierno bastante caliente, como lo habíamos pronosticado. Numéricamente hubo una o dos olas de frío solamente. Prácticamente no hubo tres días fríos consecutivos. Los fríos extremos fueron puntuales. Sí fue más seco que lo normal.      

La fuerte alerta de la ONU

Olas de calor que durarán más y serán más intensas fue la fuerte advertencia la ONU.

Las olas de calor, como la que sofoca actualmente a Europa y otras regiones del planeta, aumentan su intensidad y su duración y en ciertas zonas podrían convertirse en un fenómeno permanente debido al cambio climático, alertó un especialista de la ONU.

La “cúpula de calor” -un fenómeno que, por el estancamiento de las masas de aire, recalienta la atmósfera- que recubre gran parte de Europa, los incendios forestales provocados por el calor que devastan Grecia, España, Portugal, Canadá y Hawai, o las altísimas temperaturas en pleno invierno sudamericano acapararon los titulares de las últimas semanas.

“Las olas de calor se volverán cada vez más intensas y frecuentes”, declaró John Nairn, experto en calor extremo de la Organización meteorológica mundial (OMM), con sede en Ginebra.

“Es la consecuencia del calentamiento global que vemos aparecer muy rápidamente en los sistemas meteorológicos”, añadió, subrayando que los científicos avisaron de ello.

“La ciencia advirtió de que esto llegaría. Y no se detiene aquí. Será más intenso y más frecuente”.

Temperaturas nocturnas elevadas y repetidas son especialmente peligrosas para la salud humana porque el cuerpo es incapaz de reponerse del calor que sufre durante el día.

Mínimas nocturnas más elevadas significan además que la energía acumulada durante el día no tiene ningún lugar donde pueda ser evacuada, aumentando aún más las temperaturas del día siguiente.

En un futuro “veremos más olas de calor en un periodo del año mucho más largo”.