Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Villa Mitre chocó con un iluminado Deportivo Viedma

El tricolor perdió como local, por 90 a 78. Llegó a estar 19 abajo, ante un rival superior en casi todo el trámite.

Harina empuja hacia adentro. Fotos: Tomás Bernabé-La Nueva.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

Villa Mitre cortó su racha como local en este 2023, perdiendo frente a Deportivo Viedma, por 90 a 78, en partido correspondiente a la Conferencia Sur de la Liga Argentina.

El tricolor se topó con un rival que lo dominó en la mayor parte del juego, sin encontrarle la vuelta a la propuesta por el equipo rionegrino, que mostró recursos defensivos y ofensivos.

Desde el inicio el tricolor permitió que la visita se sintiera como en casa. Con una defensa replegada llegaron los tiros cómodos (con dos triples y un doble de Thygesen), para estampar el 8-0.

Dos faltas de Jano Martínez en el local y tres de Eidintas en la visita en apenas 3m45 condicionaron a ambos, aunque más lo sintió la Villa.

Porque los rionegrinos mostraron su repertorio, a partir de lo que generó Thygesen repartiendo juego y siendo una pesadilla para Jano.

El tresarroyense sumó 14 puntos (2-3 en t3 y 4-4 en t2) en el primer cuarto, que engrosaron el porcentaje de equipo en ese período: 3-8 en t3, 7-8 en t2 y 7-7 en t1.

Viedma siguió a cada uno que corrió por la línea de tres y supo desarticular el pick and roll, limitando el juego y llevando a que el tricolor terminara forzando el 1x1, para cerrar 30-19 el cuarto inicial, después de sacar 13 de máxima.

Sin resentirse con los recambios, la visita mantuvo la línea, con una firme y clara defensa que obligó al tricolor a modificar los tiros cada vez que fue hacia adentro y, por lo general, terminó chocando.

Promediando el segundo cuarto Viedma escapó 43 a 28, lastimando desde el perímetro, con jugadores como Tabieres y Luciano González, que rindieron en diferentes posiciones.

Definitivamente, se tornaba un rival por demás difícil para la Villa, que sacó un decoroso 48-37 al cabo del primer tiempo, período que anotó 7-14 en libres, contra 9-9 de la visita.

Al regreso de vestuarios Jano se adueñó de la pelota y corrió de cancha en varias oportunidades desafiando a cada uno que intentaba frenarlo. A eso jugaba Villa Mitre adelante. Claro que no le alcanzaba, porque la visita, con más juego, también respondía.

El tricolor confundió velocidad con apresuramiento y juego físico con choque, propio de la impotencia, ante un rival que lo incomodó muchísimo a partir de una sólida y conceptual defensa, sumado a un ataque en el que supo leer dónde estaba la ventaja: 69-50, en 7 minutos del complemento.

Y nuevamente, como en el último partido de local, Villa Mitre, nervioso a esta altura, tuvo un jugador descalificado con dos faltas técnicas, esta vez fue Germán Andrés, tras convertir una bandeja y protestar, por lo que debió dejar la cancha.

Esto sintetizaba la carga del equipo, ante la falta de respuestas en el juego.

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Jugando contra su propia impotencia, ante un equipo que no perdonaba y el reloj que apremiaba, la Villa entró al último cuarto 15 abajo.

El público se reavivó con un triple y falta de Harina y un volcadón de Duvanced tras rebote ofensivo, para descontar a 9, con 8m30 por delante. Creció la ilusión.

Inclusive, un error de los árbitros -se habían completado los 24 y no lo advirtieron- lo reclamó De Tomasi y se lo convalidaron, lo que generó, posteriormente, falta técnica al banco visitante.

Era otro el escenario, al margen de los 8 de diferencia. Y ahí fue Viedma el que se corrió de eje, apresurándose y olvidando todo lo bueno que había hecho.

Encima, Federico Harina logró salir bien armado y metió dos triples demoledores, para recortar a 3 (75-72), algo impensado poco antes.

La Villa volvía a tener vida. De todos modos, Mariano Marina apareció como un recurso más en la visita, aprovechando su soledad para tirar (y anotar 13 puntos, con 3-3 en triples) y nuevamente Viedma sacó 14, con 1m32 por delante.

A esta altura, Villa Mitre ya había hecho un desgaste físico y emocional demasiado intenso para poder responder, en este corto tiempo, ante un rival que merecidamente se llevó de Bahía lo que vino a buscar.