Bahía Blanca | Lunes, 23 de junio

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Argentina y una fuerte apuesta al mercado energético

Actualmente, la energía renovable que más uso tiene en la Argentina es la eólica que representa el 71%, seguida de la solar (17%), los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (6%) y la biomasa.

El despliegue de las energías renovables en la Argentina se asienta sobre un marco jurídico y regulatorio que lo vuelve una verdadera política de Estado que se materializa a ritmo creciente.

La sanción de la Ley N° 27.191 del Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica, en octubre de 2015, conforma la normativa principal del sector y contribuye a la consecución de las metas obligatorias establecidas.

Para ilustrar el progreso en la adopción de las energías renovables, nos detendremos en el análisis de distintos datos. Comenzaremos por estudiar, en primer lugar, la evolutiva proporción de la demanda total de energía abastecida por fuentes renovables, para luego, detallar el porcentaje de participación de cada una de las fuentes de energía renovable.

En los últimos años, se ha observado un aumento notable en la proporción de la demanda total de energía eléctrica abastecida por fuentes renovables. De hecho, en 2017 dichas fuentes representaban tan solo el 2% del sistema eléctrico, pero para el año 2021, habían alcanzado un 13%. Luego, en el año 2022, el porcentaje de la demanda total abastecida por fuentes renovables aumentó a un 13,9%, y en abril de 2023, llegó al 14,8%.

El mayor crecimiento ha sido impulsado por la energía eólica.

Según los datos de Cammesa, un 23% de la energía renovable provenía de esa fuente en 2017, mientras que ese porcentaje se triplicó en 5 años y alcanzó un 74% en 2021.

Al día de hoy (año 2023), la energía renovable que más uso tiene en la Argentina es la eólica que representa el 71%, seguida de la solar (17%), los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (6%) y la biomasa.

En cuanto a la distribución de la potencia instalada por regiones, la Patagonia se destaca como el principal contribuyente de energía renovable al Sistema Argentino de Interconexión Eléctrica (SADI), principalmente a través de proyectos de generación eólica.

A continuación, le sigue la región de Buenos Aires + Gran Buenos Aires, donde la energía eólica también desempeña un papel destacado.

Luego, se encuentra el NOA, que se caracteriza principalmente por la generación solar, seguido de Cuyo, donde también predomina la solar.

Posteriormente, se encuentra la región del Centro, con una presencia significativa de la generación eólica, como en el Comahue que le precede. La siguiente región es el NEA, donde la principal fuente es la biomasa, tal como en el caso de la última región, es decir, el Litoral.

Perspectivas

En un futuro cercano, Argentina debe superar los desafíos para mantener el crecimiento constante en la producción de energía renovable. Estos desafíos incluyen la capacidad limitada de transporte eléctrico y financiación, así como la intermitencia inherente a las fuentes de energía renovable.

Esta última, se refiere a la incapacidad de ciertas generadoras de electricidad de poder controlar cuándo operar, ya que dependen de la disponibilidad del recurso. Las tecnologías solares y eólicas son las más críticas, dado a que su variabilidad oscila mucho durante el día.

En el largo plazo, se presentan diferentes escenarios relacionados con las energías renovables. Uno de ellos es el REN30 (RenovAr 3.0), un programa establecido por el Gobierno lanzado en 2016, con el objetivo de aumentar la participación de las energías renovables en el sector energético del país.

Dicho programa, busca actualmente que, para el año 2030, el 30% de la generación eléctrica provenga de fuentes renovables.

Las energías renovables en Argentina han experimentado un crecimiento notable en los últimos años y presentan un gran potencial para transformar el sector energético del país.

No obstante, es necesario seguir impulsando su desarrollo y superar los desafíos pendientes para alcanzar una transición energética aún más sostenible.