Bahía Blanca | Lunes, 20 de mayo

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Las luchas medievales llegaron a la ciudad y tienen un Castillo como fondo 

Los torneos medievales eran el gran espectáculo de la Edad Media, una exhibición de valor y un hecho socio-político. Hoy se practican en Bahía.

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Audionota: Mariano Muñoz

Pocas veces el diseño medieval de la ex usina eléctrica de Ingeniero White –popularmente conocida como El Castillo— resultó tan adecuado para servir como escenografía a los miembros del club Guardia Blanca Medieval, ataviados con el clásico equipo de combate –armaduras y espadas-- de los luchadores de la edad media. 

No estaban disfrazados: era la vestimenta adecuada para la práctica de un deporte que desde hace pocos años tiene su primer club en la ciudad. 

Sus integrantes participan de luchas medievales, un deporte de contacto –como el boxeo o las artes marciales— caracterizado por utilizar armas y armaduras que son adaptaciones deportivas que imitan la estética de las usadas en los siglos XIV y XV.  

Es decir que los jugadores salen a la cancha con sus 30 kilos de armadura y sus armas de acero y escudo para llevar adelante un combate “a capa y espada” que suma acción, colorido y singularidad.  

Foto gentileza Gustavo Lobos

Las competencias tienen alcance nacional e internacional, con organizaciones que las regulan, por caso la International Medieval Combat Federation, con sede en los Estados Unidos, y la Buhurt International con base en Europa. Hoy se está gestando la Alianza Latinoamericana de Combate Medieval que reúne clubes y proyectos de Chile, Brasil, Argentina y México. En el ámbito nacional funciona Combate Argentina Federal (CAF). 

A capa y espada 

Desde su creación, el club local ha ido sumando cada vez más interesados.

“La motivación suele ser algo bastante personal, aunque la idea de pelear con armas y armaduras medievales ya es suficientemente atractivo. Normalmente conquista tanto a las personas que les gusta el aspecto deportivo y de combate, como a aquellas que son fanáticas de la historia medieval”, señala Julio Jorge, integrante del club y entrenador técnico. 

Las competencias tienen varias categorías, siendo las primeras las de duelo, combates uno contra uno, variables según el tipo de armamento de los peleadores.  

“Tenemos el Duelo heráldico (con el escudo en forma de gota) y de Espada larga (a mano y media) que se definen por un sistema de puntos por golpe durante un minuto y medio de combate. También existe la categoría de Espada y rodela (escudo circular pequeño) en donde se compite por ser el primero en obtener 5 golpes válidos”, detalla Jorge.  

Existen otras categorías, como el Profight, que permite golpes con las armas, puños, escudos, patadas, proyecciones y golpear en el piso y Duelo de Astas, con hachas largas y alabardas que requiere un tipo de armadura del siglo XV muy costosa. 

El segundo conjunto de categorías es la competición grupal,  siendo el 5 contra 5 el más normal, aunque también existen de 3 contra 3 y batallas masivas con más 20 peleadores por equipo.  

“En el último Mundial, disputado en Serbia, en 2019, se reunieron 150 peleadores por bando. En estas batallas el objetivo es dejar fuera de combate al contrario, lográndose al abatir a un peleador, sea por un derribo, empujón o golpes”. 

Claro que no todos los que se unen a este deporte lo hacen para pelear. Existen otras labores de las que pueden participar. Está el grupo de Marshall que son los árbitros, quienes se dedican a la Historicidad verificando que armas y armaduras estén correctas desde el punto de vista histórico y reglamentario, está el armoreo, que es la confección de las armaduras, y una tarea más humilde que es ser escudero de los peleadores.  

“El escudero- como en la época medieval- es encargado de asistir a los peleadores durante el torneo. Lo ayuda a colocarse la armadura, se encarga de sus armas y realiza reparaciones de emergencia entre combates. Detrás de un peleador hay un gran grupo de personas trabajando para que él solo deba enfocarse en pelear”. 

Caballeros en el bosque 

Quienes concurran un martes o jueves a la tardecita a la sede social del club Barracas Central, en Thompson 661, se sorprenderán ver que junto a quienes practican básquet o al vóley aparecen caballeros de armadura y espada en un duro y exigente entrenamiento. 

“La práctica consta de entrenamiento físico, necesario para acondicionar el cuerpo a los rigores de los combates, y de una parte técnica, donde se aprenden las formas específicas para el desempeño”, detalla Jorge. 

Foto gentileza Gustavo Lobos

En la actualidad hay unas seis competencias al año en el país y todavía no se realizan en la ciudad, pues para eso se necesita disponer de un gran número de peleadores –el club reúne hoy cerca de 30 luchadores-- con armaduras y capacidad logística para un evento de tal tamaño, por caso montar la liza donde se realizan los combates.  

El que a hierro mata 

“Ir de punta en blanco”: cuando un caballero se preparaba para la batalla se aseguraba de tener armadura completa y armas afiladas, armas blancas. 

Las espadas que utilizan los luchadores en el combate son de acero templado, siguiendo la morfología de las históricas, aunque sin filo ni punta. Hay espadas de mano, de mano y media, falchion (de un solo filo), maza, hacha, hacha larga y alabarda.  

“Si bien respetan la estética medieval, todas están estandarizadas por reglamento, marcando forma, tamaño y peso, permitiendo así su producción y control en los torneos”. 

El vestuario de peleadores y escuderos sigue también la estética y materiales de la época medieval. Las armaduras pueden ser de hierro, hierro inoxidable o titanio. Este último material no se recomienda para los cascos porque un golpe contundente lo puede quebrar. 

 “Las armaduras siguen los reglamentos de Historicidad, que verifica que las piezas tengan coherencia entre sí, respeten las normas, estén acordes a la estética y funcionalidad medieval y se correspondan con a un lugar, región y tiempo específicos”, detalla Jorge. 

En la Argentina existen cerca de 30 clubes para esta práctica y si bien Guardia Blanca es una entidad de pocos años y peleadores, ha logrado entrar en podios en algunos de los torneos más importantes del país, por caso obtuvo el Segundo y Tercer puesto en su debut de duelos en el Torneo Argentina medieval 2021. 

El lugar 

“Estar entre la espada y la pared”: alude a la confrontación con espadas. Aquel que conseguía llevar a su oponente contra una pared, definía el pleito a su favor. 

Si bien hoy el club no dispone de un espacio donde organizar un torneo, sin dudas que el área que ocupa el castillo de Ingeniero White aparece como ideal, con una ambientación como no existe en otro lugar del país. 

“Nos resultó una gratificante experiencia sacarnos fotos en ese edificio y estamos muy agradecidos con las personas del museo y al estudio1, que se acercó al club con esta propuesta. Es un espacio que podemos seguir aprovechando, no solo por la estética sino también para interactuar entre su valor histórico y este tipo de actividades que lo resignifique”, señala Jorge.  

El desafío está planteado. Sólo queda ponerse la armadura.