Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El Museo del Puerto celebra 35 años de trabajo con la comunidad

Se trata de un museo municipal que, desde su inicio, trabaja con prácticas comunitarias, motorizando propuestas dinámicas para abordar la historia y el presente. 

   Hace 35 años, se inauguraba el Museo del Puerto de Ingeniero White. Por eso, hoy por la tarde, esta institución pública festeja de un modo particular: una fiesta de cumpleaños con música interpretada por “La 500” (una banda de la localidad), una torta confeccionada por la Asociación Amigas del Museo y el feliz cumpleaños cantado por Las Serenatas de la Muni.

   Es que se trata de un museo municipal que, desde su inicio, trabaja con prácticas comunitarias, motorizando propuestas dinámicas para abordar la historia y el presente.

   Nacido en épocas de recuperación democrática, el Museo del Puerto articula las acciones de su equipo de trabajo desde los archivos, eventos, publicaciones, talleres y muestras con el territorio inmediato en el que está emplazado.

   Por eso es fundamental en cada una de sus actividades la presencia concreta de cocineras, estibadores, bordadoras, pescadores, adolescentes de distintos barrios, docentes, chicas y chicos de escuelas.

   A diferencia de cierta concepción tradicional de “museo”, la intención de este en particular tiene presente la pregunta de “¿qué es un museo?”, en lugar de enunciarse a partir de la afirmación de cierta verdad o narrativa conclusiva.

   En sus salas, que albergan objetos que forman parte del pasado de la vida cotidiana de quienes viven en Ingeniero White, irrumpen también objetos del presente.

   Y entre sus actividades se incluyen acciones colectivas, como un taller en el que más de 30 personas bordan un mapa de White (y del mundo) puntada a puntada.

   Este año, después de atravesar pandemias, distanciamientos y marejadas, volvió a activar el Ciclo Cocina del Museo, que hace décadas se lleva adelante junto con la Asociación Amigas del Museo, un grupo de vecinas de la localidad que colaboran con la institución.

   Este ciclo tiene lugar cada domingo, con una propuesta siempre diversa y particular: a veces preparan la mesa las Amigas, con tortas, tartas y masitas caseras que ya forman parte de la identidad local, otras veces ofrecen sus platos cocineras barriales, colectividades inmigrantes, instituciones o agrupaciones vecinales.

   Se trata de un evento cada vez más buscado como experiencia única, ya que pone a la vista un aspecto de la vida cotidiana que no siempre se advierten: que la comida es la base fundamental de la historia. Por eso este museo otorga un lugar central a las trasmisiones culinarias que circulan entre vecinas y vecinos en un puerto.  

   Por otro lado, quien pase por el frente del Museo del Puerto, podrá observar otro tipo de movimiento: desde 2019, se lleva adelante un proyecto de recuperación del patio delantero de esa institución gracias a la articulación del Municipio y el Consorcio de Gestión del Puerto.

   Parte de esa iniciativa incluyó la construcción de una rampa de acceso en 2020 y proyecta el emplazamiento de una lancha de pesca artesanal en el mismo predio. Será una presencia fundamental, como lo fue durante años la presencia de la lancha “Águila Blanca”, no sólo para el museo sino también para toda la localidad portuaria de Ingeniero White y la ciudad de Bahía Blanca.

   Y, lo más interesante, es que su emplazamiento será posible gracias al trabajo mancomunado de instituciones y la presencia continua de vecinas y vecinos de la comunidad en cada paso de ese proyecto.

   Se trata de la lancha “La Nueva Lucía”, que perteneció a la familia Espósito y luego a la familia Caserma. Construida en esta localidad portuaria en 1934 por el carpintero de rivera Rómulo Cerri, está ligada a la inmigración italiana y el culto a San Silverio.

   En el patio delantero del museo ya puede observarse la estructura que servirá como base para su emplazamiento. Luego de los últimos pasos de reparación de la lancha y pintura, estará lista para ser ubicarse allí.

   Sin olvidar que fue donada por familias de pescadores y en cada paso de este proyecto se contó con la participación de carpinteros, pescadores, constructores navales, vecinas, vecinos e integrantes de instituciones intermedias que fueron quienes acercaron la iniciativa y acompañaron cada momento.

   Son quienes anhelan que forme parte del espacio público una lancha que contenga en sus maderas parte de la historia colectiva.