Las escuelas en peligro
El mantenimiento de los edificios escolares exige inversiones importantes que no admiten más demoras.
Cuando se habla de educación no sólo hay que analizar la calidad de los contenidos, las formas de enseñanza, la jerarquización de los docentes o la cantidad de horas de clases. Es también clave considerar el estado de los edificios donde se desarrolla esta actividad, la infraestructura.
Si bien se puede constatar que se están realizando intervenciones en varios edificios educacionales de la ciudad, es evidente que lejos están los mismos de abarcar la totalidad de las necesidades.
La situación es preocupante porque la falta de mantenimiento en el tiempo ha derivado en edificios que se convierten en lugares de riesgo para quienes cada día concurren y se desempeñan en el lugar.
Hace unos días este diario tituló uno de esos hechos de manera alarmante: “Se cayó otra ventana en una escuela de Bahía y de milagro no terminó en un drama”.
Se refería a la caída de una ventana en la biblioteca de la Escuela Nº 4, de calle Lamadrid 154, donde cuatro niños de segundo grado terminaron con lesiones menores.
Unas semanas antes había ocurrido un hecho similar en la escuela Nº 5, de calle Darregueira al 400, también con la caída de una ventana.
Algunos padres, preocupados por la situación, aseguraron que en el caso de la Escuela 4 una de las bisagras estaba rota desde hace tiempo y que nadie la arregló ni tampoco se ocuparon de clausurar preventivamente el área.
Si no hubo heridos o víctimas que lamentar fue porque unos pocos centímetros se encargaron de evitarlo, pero es claro que ha sido una cuota de suerte y no es descabellado pensar que podría haber resultados mucho más preocupantes.