Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“La Biblioteca Rivadavia debe convertirse en un centro cultural”

No es simple anticipar el futuro de la entidad, aunque es clara la necesidad de repensar su funcionamiento y activar la participación de la sociedad.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   El próximo jueves, a las 19, en el subsuelo de la biblioteca Rivadavia, María de las Nieves Agesta y Juliana López Pascual, doctoras en Historia e investigadoras del CONICET, darán una charla en la que analizarán la compleja historia de la biblioteca Rivadavia, institución emblemática local que ha recorrido un camino de 140 años sorteando y superando, hasta el presente, repetidas dificultades financieras y económicas. 

   La misma lleva el nombre de “La biblioteca desde una perspectiva histórica” y busca analizar las causas más recurrentes que han colocado a la institución en situaciones comprometidas para su funcionamiento, así como un diagnóstico que las anima a proponer la reconversión del lugar como mucho más que un sitio de lectura.

Ventajas y desventajas

   Las profesionales analizarán los problemas que ha tenido que enfrentar la biblioteca prácticamente desde su fundación, a partir de su carácter de Popular que supone y exige una importante participación de la sociedad civil.

   “Hacemos esta presentación pensando en que significa una biblioteca popular, concepto que se fue modificando con el tiempo, y cuáles son los vínculos que este tipo de institución establece con el estado y con la sociedad. A partir de eso detectamos las tensiones que se fueron produciendo con un modelo que se sostiene por la sociedad y reserva al Estado un rol de fomento a partir de colaboraciones económicas. Estos 140 años han sido siempre de acciones para solucionar coyunturalmente los problemas generados a partir de esas relaciones”, señaló Agesta. 

   Ese carácter popular de la biblioteca tiene, al decir de las expositoras, puntos a favor y en contra.

   “Tiene desventajas en el sentido que somete a la biblioteca a los recursos que aportan los socios y a los subsidios, muy discrecionales, que aporta el Estado y que dependen de las políticas nacionales e internacionales. Por otro lado, tiene la ventaja de ser consecuencia de una intervención de la ciudadanía en su creación. Por eso, más que hablar de un buen o mal diseño de esta política, debemos atender las ventajas y desventajas que supone este modelo”, mencionó López Pascual.

Sobrevivir, siempre

   El histórico modelo de biblioteca popular ha sabido adaptarse a los momentos difíciles que debió enfrentar, con experiencias exitosas para superarlos. 

   “Cada coyuntura crítica supuso la activación y la participación de la sociedad y una convocatoria de los directivos para encontrar soluciones, estrategias de adaptación a cada situación concreta”, resumieron. 

   Entre los caminos encontrados en el tiempo se cuenta, por ejemplo, la articulación con escuelas y universidades, además de una ocupación constante en la actualización y ampliación de sus catálogos, la profundización de su organización y de su estructura de trabajo.

   “La biblioteca, a pesar de sus repetidas crisis nunca dejó de crecer, nunca vio comprometido su patrimonio e incluso es una de las más exitosa, dentro del modelo popular, del país”, apuntaron. 

El futuro

   No es simple anticipar el futuro de la biblioteca, aunque es clara la necesidad de repensar su funcionamiento y activar la participación de la sociedad.

   “Como historiadoras sabemos cómo ha sido la supervivencia de la biblioteca hasta ahora, pero no tenemos certeza de su futuro. Podemos hacer una suerte de diagnóstico y reconocer problemas que son constantes, pero no tenemos recetas para lo que viene. Si sabemos que hay una necesidad de debate y de poner en valor la participación de la sociedad”, explicaron.

   Y añadieron: “Sería también importante reunirse con entidades similares del país para potenciar un reclamo de políticas públicas y repensar el rol de un estado que se ha ido retirando en su apoyo a la cultura. Pedir que haya políticas continuas de estimulo y apoyo, que no sean cuestiones coyunturales, que varíen de acuerdo a las disponibilidades presupuestarias o a criterios discrecionales del gobierno de turno”. 

   La otra cuestión a plantear es si la biblioteca Rivadavia debe modernizarse, considerando los cambios que ha tenido el mundo en las últimas décadas.

   “Primero habría que plantear que significa modernizarse. Porque si va de la mano de los catálogos, la biblioteca ha tenido una política sostenida de actualización. Creo que lo más beneficioso sería recuperar el sentido originario de la Asociación, que era tener una biblioteca que funcione como centro de un programa más amplio, que se transforme en un espacio donde se articulen diversas actividades culturales, algo más amplio que la lectura o la incorporación de tecnología. Una actualización sería convertirla en un verdadero centro cultural”, finalizaron.

Textual

   “Estamos de mejor ánimo. Hemos hechos nuevos socios aunque siempre tenemos altibajos en ese tema. Por otro lado seguimos con deudas previsionales que estamos resolviendo con varias moratorias, aunque también sufrimos cierta falta de consideración en cuanto a condonarnos algunas deudas. Pero tenemos un mejor panorama que el año pasado y esperamos revertir la situación sumando nuevos usos y proyectos, presentando espectáculos y charlas. La seguimos peleando, porque es claro que hay que salvar a esta biblioteca”, señaló Diego Rozas Dennis, tesorero de la Asociación.