Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Darregueira: al final hubo consenso y el hospital ya no corre riesgo de cierre

La Sociedad de Beneficencia había amenazado con cerrar el centro de salud y el hogar geriátrico si no llegaba a un acuerdo por el alquiler con el Ejecutivo de Puan. Finalmente primó la cordura.

La comunidad de Darregueira volvió a sufrir una semana muy angustiante debido a las desavenencias entre el Ejecutivo y la Sociedad de Beneficencia. Foto: Archivo La Nueva. 

Juan Ignacio Schwerdt / jschwerdt@lanueva.com

   Tras un nuevo conflicto en el que se llegó a amenazar con cerrar por completo el hospital municipal de Darregueira, el municipio de Puan y la Sociedad de Beneficencia -dueña del edificio del centro de salud- llegaron a un principio de acuerdo por el alquiler de las instalaciones.

   “Hemos acordado hacer un pago a cuenta de 1.275.000 pesos por abril, mayo y junio, por el alquiler del hospital, hasta definir la cifra definitiva que regirá a partir del 1 de abril. Para ello en los próximos días un equipo técnico del municipio empezará a trabajar con la Sociedad de Beneficencia”, dijo a La Nueva. el intendente puanense Facundo Castelli.

   “Ha costado mucho, pero poco a poco vamos avanzando para llegar a una solución”, añadió.

Facundo Castelli, intendente de Puan.

 

   El municipio y la Sociedad de Beneficencia (SB) vienen litigando entre sí desde hace casi un año. Todo comenzó en agosto del año pasado, cuando la entidad intimó a la comuna a saldar una deuda de casi 10 millones de pesos.

   En aquel entonces la SB tenía a los trabajadores del hospital a su cargo y la comuna se hacía cargo de pagar todos los meses los sueldos, cargas sociales y el pago de distintos servicios que la entidad siguió brindando por su cuenta cuando el hospital fue municipalizado en 2018 (como el de comedor)

   “De los casi 10 millones que deben, el 60% es con la AFIP y, el resto, con la Sociedad de Beneficencia”, había denunciado la entidad. Es decir, lo que se debían eran cargas sociales y servicios.

   La respuesta de un molesto Facundo Castelli no tardó en llegar. Tras reconocer que la deuda era real, el intendente recordó que entre enero de 2018 y junio de 2020 la comuna había aportado “casi 80 millones de pesos” para sostener al hospital.

   “El hospital es deficitario -remarcó Castelli-. El déficit mensual actual ronda los 3,5 millones de pesos, y así y todo el municipio sigue haciendo su aporte para sostenerlo. Pero ahora es tiempo de decir basta. Hemos decidido intimarlos a que definan si quieren que sea totalmente municipal o si optan por que sea privado”.

   “Si es municipal, nos haremos cargo de todos los gastos y sueldos, pero si eligen esto último rescindiremos el comodato en agosto y se tendrán que hacer cargo de todos los gastos de ahora en más”, añadió en aquel momento.

   En octubre del año pasado la comuna volvió a contraatacar. Esa vez denunció a la Sociedad de Beneficencia por la presunta inclusión, en la nómina de empleados del hospital (cuyos sueldos pagaba el municipio), de trabajadores que en realidad se desempeñaban en el Hogar Geriátrico de la SB, contiguo al centro de salud.

   El reclamo fue de 12 millones de pesos.

   Al mismo tiempo, la comuna le dio un ultimátum a la entidad sobre  la municipalización definitiva del centro de salud, lo que en la práctica incluiría tomar a su cargo a los 43 empleados que cumplían funciones en el lugar y hacerse cargo de todos los servicios que allí se brindaban. 

   De otra forma, dejarían el hospital completamente en manos de la SB.

   Conscientes de la imposibilidad de soportar un déficit mensual millonario, finalmente los integrantes de la Sociedad de Beneficencia accedieron a fines del año pasado a que la comuna se hiciera cargo por completo del hospital, sus servicios y trabajadores.

   El contrato de comodato aún estaba vigente -vence en 2027-, por lo cual no resultaba necesaria otra cosa que definir el monto del alquiler de las instalaciones. Este fue el tema que desató el conflicto de esta semana.

   “Lo primero que le dije a los  integrantes de la SB era que pidieran un valor razonable por el alquiler, pero de inmediato empezaron a solicitar cifras muy elevadas. Entonces claro, la negociación se fue complicando”, refirió Castelli.

   Durante los encuentros los referentes de la Sociedad de Beneficencia terminaron reconociendo que por el alquiler pretendían obtener una cifra equivalente al déficit mensual del Hogar Geriátrico.

   “Nos sorprendió este planteo porque, de negociar un alquiler, pasamos a un reclamo por el déficit de un hogar de ancianos privado”, señaló el jefe comunal.

   En los primeros días de este mes Castelli hizo una oferta final por el alquiler del edificio del hospital: 1.275.000 pesos mensuales. La SB no sólo la rechazó en forma tajante, sino que además amenazó con cerrar el geriátrico y el hospital.

   “No viendo ningún tipo de arreglo económico que pueda compensar los costos de la institución, estamos ante la necesidad de cerrar el Hogar de Ancianos e informar al personal, al PAMI, a los familiares (de los internos), a la comunidad de Darregueira, a los organismos provinciales, al gobernador de la Provincia, ministro de Salud, ministro de Justicia, Región Sanitaria I, etc. el triste e incomprendido intento por zanjar las diferencias”, señalaron en la carta que enviaron al jefe comunal.

   Advirtieron que la entidad se vería obligada a dejar a 52 empleados en la calle, lo que de inmediato puso en alerta a la comunidad de Darregueira y a todo el municipio de Puan.

   “Solicitamos a su vez desalojen las instalaciones de nuestro hospital dado que, en estas condiciones, no se alquila bajo ningún punto de vista. Por tal motivo, saben perfectamente que están en carácter de usurpadores y se iniciarán las acciones legales pertinentes”, advirtieron.

   “Como usurpadores deberán saber que el precio lo pone el propietario, no el mero y simple ocupa (sic)”, añadieron.

   Pese al tenor de estas expresiones, el martes de esta semana Castelli le volvió a enviar una carta a la entidad recordándole que tenía “soluciones” para explorar y para “garantizar la continuidad laboral de todos los empleados, como también la residencia de los abuelos”, por lo que sólo hacía falta “buena voluntad para alcanzar un consenso”.

   “Sin embargo, las opciones que nos ofrecen distan de la realidad e imponen la dicotomía 'o me das lo que quiero o cierro'”, se quejó el intendente.
Tras este nuevo cruce de acusaciones, el último jueves volvió a efectuarse una nueva reunión. No eran pocos los que esperaban un quiebre total de las relaciones entre las partes, pero esta vez primó la cordura y se llegó a un preacuerdo.

   “Con el dinero que les adelantaremos podrán hacer frente a los sueldos y ganaremos tiempo para definir el monto final del alquiler, que podrá ser mayor o no que los 1.275.000 que comprometimos ahora”, señaló Castelli.

   “Más allá de todo, creo que estamos cada vez más cerca de llegar a un acuerdo que nos permita dejar toda esta discusión atrás”, cerró.