Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Un vecino que aparece, y de la peor manera

Charlas con el sobreviviente Nilo Navas.

Por Walter Gullaci

   Era hora de soltar amarras. Y sería por última vez… Y desde Ushuaia. El Belgrano se encontraría con informaciones erróneas, de distracción. Agazapado, ya estaba el submarino nuclear Conqueror. Con datos precisos entregados por el comando naval… ¡Chileno!

   "Estando amarrados en Ushuaia no hubo posibilidad de franco alguno, seguimos preparando el buque, cargando víveres, comestibles. Se cargó munición en recambio de alguna que habíamos detectado fallada, hasta que el 24 de abril llegó una orden de zarpar rápidamente y, obviamente, nosotros no conocíamos bien los motivos. Por lo que aquel día, por última vez, el Belgrano soltó amarras desde un puerto, en este caso desde Ushuaia. Ya estando en el CIC, en la Central de Información en Combate, nos cruzamos con cierta información de inteligencia que tenía que ver con la presencia de tres buques ingleses, uno logístico, que habrían cruzado por el Canal de Panamá cuando venían navegando por el Atlántico Sur hacia Malvinas. O sea, incursionado por el Pacífico, apoyándose por las costas de Chile y entrando por el Cabo de Hornos. A raíz de eso nos posicionamos entre el 24 y el 26 de abril al sur del Cabo de Hornos".

   "Finalmente nada de eso sucedió. En guerra hay informaciones que surgen erróneas, porque uno de los objetivos es justamente generar distracciones, con lo cual se logró la forma de distraernos al esperar a alguien que nunca llegaría. Mientras tanto, por otro lado, el submarino nuclear Conqueror estaba llegando a la zona de las Islas Georgias. Es decir que toda la flota británica venía por el Atlántico Sur mientras nosotros esperábamos a una parte de ella por el Pacífico".

   "Con Chile veníamos de un momento muy crítico que pasaba por el diferendo austral por el Canal de Beagle, por tres islas que deberían ser nuestras y hoy pertenecen a Chile. Estábamos en un conflicto permanentemente con Chile por aquellos tiempos. De hecho, nuestros soldados apostados en Río Grande tenían que estar con la vista en el mar pero también en la montaña, porque estábamos con un doble frente. Los mismos chilenos han admitido esta situación. No es ningún secreto. Argentina combatía contra Gran Bretaña, contra la OTAN, contra los Estados Unidos y atrás nuestro teníamos a Chile que les daba una manito muy importante a los británicos. Y esto le representó al propio ciudadano chileno, que nada tenía que ver con aquella decisión de Augusto Pinochet, una sensación de vergüenza ante nosotros".

   "Fijate que la información de la presencia del Crucero General Belgrano en la zona de Tierra del Fuego fue proporcionada por el comando naval chileno al comando británico. Y bueno, luego pasó lo que pasó. No fue casualidad que el submarino Conqueror se nos viniera encima. El 24 de abril estaba en la zona de las Islas Georgias y de pronto, cuatro, cinco días después, apareció en la zona del Canal de Beagle porque recibió información precisa de Chile. Nos convertimos en un blanco más que atractivo para un submarino nuclear, que a partir de allí empezó un seguimiento de más de treinta horas antes de efectuar el ataque".