Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Los guardavidas rosaleños y un verano con pocos sobresaltos

El jefe del cuerpo, Agustín Jaime, contó que casi no tuvieron que hacer rescates. También destacó que la gente respetó las normas de prevención y distanciamiento.

   Más allá de las restricciones que impuso la pandemia de COVID-19, Agustín Jaime, jefe del cuerpo de guardavidas de Pehuen-Co, destacó que la temporada en el balneario rosaleño fue “muy tranquila”, por lo que el saldo general en materia de seguridad es positivo.

   “Afortunadamente no hemos tenido que hacer rescates persona a persona esta temporada. El incidente más importante fue el del kayak que se metió al mar con viento norte, en enero, y fuera de nuestro horario tuvimos que ir a auxiliar a la persona porque no podía salir. Trabajamos con Prefectura para sacarla, porque estaba unos 2 mil metros mar adentro”, recordó.

   Más allá de esto -aclaró- fue un verano sin sobresaltos. Ni siquiera aparecieron aguavivas, más allá de que hubo en enero varios días seguidos se viento norte.

   “La pandemia fue lo único que hizo que la temporada tuviera algo distinto a todo lo que hemos visto en Pehuen Co”, reconoció.

   “Tener que usar el barbijo en la playa es algo que nadie imaginaba, pero en general la gente lo respeta. No cuando están debajo de la sombrilla, por supuesto, pero les pedimos que cuando circulan o se acerquen a los puestos de los guardavidas sí lo hagan. Es una forma de cuidarnos entre todos”, contó.

   El cuerpo está conformado por 28 personas, quienes cubren el espacio que va desde Rosales hasta Punta Mingo (unos 3 kilómetros de playa).

   “Nos organizamos en dos turnos, que van desde las 10 hasta las 19 de cada jornada”, señaló.

Un atractivo natural

   El ingeniero agrónomo Cristian Sebeca, encargado del Vivero Municipal Pablo Gunther Lorentz, de Pehuen Co, señaló que el lugar “trabajó muy bien” durante el verano, e invitó a los turistas a recorrerlo.

   “Pueden venir a comprar y también a hablar con nosotros o a apreciar las distintas combinaciones de especies que tenemos aquí, para que después las repliquen aquí. Estamos a 3 kilómetros de la rotonda de acceso, hacia la derecha, y estamos abiertos de mañana, todos los días, de 9 a 12, mientras que por la tarde abrimos de lunes a sábados, de 17 a 20”, indicó.

   El vivero se creó en 1940 para forestar la localidad y fijar dunas, pero con el tiempo la demanda fue aumentando por parte de vecinos y turistas.

   “Por eso hemos ido incrementando la producción de especies año tras año. Apuntamos a la producción de especies rústicas, que soporten el clima duro de una localidad ubicada frente al mar, como lavanda, fornios, agapantus, laureles de jardín y demás”, describió.

   En la villa turística -agregó- lo que más buscan los vecinos son hortensias, jazmines, lavandas y alegría del hogar.

   "Si hablamos de árboles, los más requeridos son los fresnos y pinos. Lo que nosotros recomendamos siempre son las coníferas, a fin de mantener la imagen urbana que tiene Pehuen Co", cerró el encargado del vivero municipal del balneario. El incidente más importante del verano fue el rescate de un kayakista que no podía salir del mar.