Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Cumplió 60 años uno de los paseos tradicionales de Bahía Blanca

El 28 de octubre de 1961 fue inaugurada Galerías Plaza, que sigue vigente pese a los vaivenes económicos que sufrió nuestro país a lo largo de todos esos años. Llegó a tener 100 locales comerciales.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Gino Mondino

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   No es habitual, para un paseo comercial, celebrar 60 años de existencia. No es simple en un país como la Argentina, donde la economía ha sabido nutrirse de incertidumbre, crisis financieras, inflación, hiperinflación y escenarios cambiantes. 

   Por eso, que a seis décadas de su habilitación, Galerías Plaza celebre ese acontecimiento en un inédito mundo pospandemia, emergiendo a la nueva normalidad, es algo que no puede pasar desapercibido para los bahienses que caminan sus generosos pasillos en 2021, como varias generaciones lo hicieron desde el 28 de octubre de 1961.

   “Desde su inicio, las Galerías se consolidaron como un gran paseo de compras, por su variedad y diversidad de rubros, por su ubicación, su doble circulación y accesos. Desde su nacimiento se lo reconoció como un centro de compras Premium en pleno centro”.

   Quién realiza esa lectura es Marcelo Mendelberg, al frente de la joyería que abrió su abuelo, Salomón, en 1961, siempre en el mismo local, a pocos metros de la boletería del cine Plaza.

   “Mi abuelo eligió esta ubicación porque el cine era un boom, con varias funciones. Dejaba las vidrieras encendidas y se lucían hasta terminar la trasnoche”, agrega Marcelo.

   Hoy, el paseo muestra todavía algunas marcas y consecuencias de los dos años de pandemia que llevaron a una extensa cuarentena y el aislamiento social.

   Pero, poco a poco, se va recuperando y sus locales vuelven a ocuparse lentamente.

El comienzo

   Casi cien locales tenía la noche de su inauguración, en un acto que contó con la presencia del intendente municipal, Haroldo Casanova, invitados especiales, su gran hacedor, Samuel Scheines, y los autores del proyecto y de la construcción, arquitecto Raúl Costa Varsi y José Sconamiglio. 

   Prueba de la trascendencia del mismo es que fue transmitido en vivo por las tres radios locales, LU2, LU3 y LU7, desde la rotonda, por entonces un espacio diseñado para alojar seis comercios.

   Se dijo entonces que se trataba de “un nuevo centro en el centro de la ciudad, dos cuadras de comercios concentradas en una galería de estético trazado, cómoda circulación y moderna iluminación”. 

   Las galerías eran el primer paso concretado de un mega complejo edilicio iniciado en 1958, que incluía el paseo comercial, un hotel de 15 pisos con 200 habitaciones sobre calle San Martín y un edificio de 120 departamentos sobre Alsina.

   Entre los primeros ocupantes estuvieron la mencionada joyería Mendelberg, la agencia Clarín, Gimeno, Dodero, Centineo y Damiani, Peletería Admunsen, A. y V. Petrosino, Forgia, Saint Pierre, Lucky, Café San Remo, Mon Reve y Los Porteños, entre otros.

El clásico de los clásicos

   En 1965 la rotonda se convirtió en un único café, dejando de funcionar los locales. Incluso el que ocupaba un bar lácteo en una de sus esquinas, lugar de venta de los afamados productos La Vascongada, como yogur y vascolet, dulce de leche y helados Amorosi.

   Pero la rotonda estaba llamada a convertirse en un clásico, en el punto de encuentro por excelencia de los bahienses. Los sábados al mediodía se formaban hasta tres filas de personas alrededor de la barra esperando retirar su café.
Mendelberg fue uno de sus primeros propietarios. 

   “El lugar tuvo su explosión en las décadas del 70 y del 80. Yo era chico y me acuerdo que un sábado a la mañana no podía ni arrimarme al mostrador. Se reunían políticos, deportistas, personalidades, jueces. Era el pulso de la ciudad, lo que se hablaba en la calle”, recuerda Marcelo.

Giros

   Galerías Plaza supo  sobrevivir a todos los cambios, de modalidades, costumbres y tiempos. Con mejores y peores momentos, pero nunca dejó de ser un referente comercial. Ni siquiera la pandemia pudo con el espacio.

   “Nos pegó fuerte, es cierto, y llegamos a tener 40 de los 100 locales desocupados. Hoy, gracias a Dios y al esfuerzo de todos se están volviendo a ocupar. Por su tradición y ubicación la galería siempre se va a mantener. Ni siquiera pensamos en darle otra impronta, porque además su esquema de funcionamiento es a través de un consejo de administración. El espíritu es mantenerla como un lugar clásico e histórico de la ciudad”, señala.

   Pero, además, es de las pocas galerías que funcionan a pleno en la ciudad. 

   “Creo que el secreto es su tamaño, la variedad de sus locales, la doble entrada, los cafés que siempre están y la historia misma del paseo, que hace que todos sigan visitándolo”, finaliza.

   Son 60 años. La memoria colectiva recuerda decenas de locales. Las cabinas de A y V Discos, a Kosmos libros, las curiosidades importadas de Lucky, las boutiques, los cafés al paso, las cigarrerías, las joyerías y bombonerías. 
También vale la pena prestar atención a los toques decorativos de pisos y paredes, los murales, puertas y ascensores. 

   Lo cierto es que Galerías Plaza es un clásico de la ciudad. Y, cómo todo aquello que alcanza esa calidad, nunca termina de decir todo lo que tiene que decir, siempre tiene algo nuevo para ofrecer...

Con el paso de los años

   --En 1958 se anunció un concurso para encontrar un nombre para las galerías. Se impuso la designación de Plaza. Quienes sugirieron ese nombre participaron de un sorteo realizado en los estudios de LU2 Radio Bahía Blanca, en Donado 25.

   --“Nace una metrópoli en pleno centro”. Fue el primer slogan publicitario, dado a conocer en 1959, por Impulsora Edilicia SA.

   --En 1962 la galería se conmocionó al advertir que por sus pasillos se paseaban las mellizas Silvia y Mirtha Legrand, llegadas a la ciudad para la premiere de la película “Bajo un mismo rostro”, dirigida por Daniel Tinayre.

   --En junio de ese año las galerías habilitaron su sistema de calefacción, además de modernas puertas de vidrio en los accesos y una cuidada iluminación.

   --En 1963 inauguró el café Bossa Nova, “un lugar para toda hora, para el café amigo que se busca para la cita eventual, para la reunión amable, para el alto de las tareas diarias”.

   --La idea de construir un hotel sobre calle San Martín, que llevaría el nombre de “Horizonte”, se mantuvo hasta mediados de los 60, ya en manos de Inmobiliaria Río Negro y Neuquén.