Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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"No hay ningún proyecto cajoneado", dijo Compagnoni sobre Tolerancia Cero

La iniciativa fue presentada en marzo de 2020 por el Municipio. "Los 24 concejales no llegan a un acuerdo", aseguran fuentes del CD.

Fotos: Pablo Presti - La Nueva. y Archivo

 

   En los últimos días, el no tratamiento del proyecto de ordenanza de Tolerancia Cero de alcohol para automovilistas, puso nuevamente una vieja discusión sobre el tapete. Entre el oficialismo y la oposición se tiran la pelota unos a otros, pero desde hace poco más de un año la iniciativa se encuentra en el recinto sin más novedades que las que puedan surgir desde ámbitos externos.

   Desde el Concejo Deliberante, fueron más que claros al respecto: de ninguna manera el proyecto fue cajoneado, sino que se encuentra en tratamiento.

   “En la oficina de la presidencia del CD no hay ningún expediente parado, para evitar tratamiento alguno. Todos están en las comisiones correspondientes”, aseguró a “La Nueva.” el titular del cuerpo legislativo bahiense, Fernando Compagnoni.

   La iniciativa, que a nivel nacional impulsaba el exdiputado Facundo Moyano y que después de su renuncia parece haber desaparecido de la agenda política, plantea dejar de lado el actual regimen de tolerancia de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre a automovilistas y de 0,2g/l para motociclistas, y que directamente se exija que no beban antes de conducir.

   Sin embargo, desde la presentación que hizo el Municipio -días antes de que se decretara el aislamiento obligatorio por pandemia- hasta el día de hoy, poco ha avanzado en el recinto. De hecho, desde el CD aclaran que es falso que no se esté tratando, ya que cuenta con estado parlamentario.

   “El problema es que no se llega a un acuerdo entre los 24 concejales respecto de qué es más útil para la sociedad respecto de los accidentes que ocurren debido al alcohol”, indicó una fuente del oficialismo.

 

Un proyecto que sigue dormido en el Concejo Deliberante

 

   El punto que esgrimen quienes no están de acuerdo con el proyecto es que la estadística en la ciudad demuestra que los accidentes con alcoholemias positivas, nunca se dieron con personas que contasen entre 0,01 y 0,49g/l, sino que siempre superan holgadamente esos índices.

   “Ser intolerante no es la solución para estos incidentes”, plantean. Incluso, quienes no están de acuerdo por el proyecto traen a colación la normativa de otros países, como Suecia o Gran Bretaña, que tienen políticas más permisivas en cuanto a los límites de consumo. Aseguran que hay que esperar una decisión a nivel nacional sobre el tema, y “no ser más papistas que el papa”.

   Quienes están a favor, en cambio, argumentan que al tratarse de un tema sensible para la sociedad, es necesario no dejar nada al azar: quien conduce, no debe beber y se lo debe multar en caso de hacerlo.

   “Muchos estaban esperando cómo terminaba la redacción de la ley que estaba gestionando Moyano. Ahora, en Bahía Blanca hay que esperar si el proyecto local logra las voluntades necesarias dentro de cada comisión, de cada bloque y finalmente del recinto”, se explicó.

   Incluso, se indicó que diversas entidades que se ocupan del tema no terminan poniéndose de acuerdo con la normativa. De cualquier modo, desde el Foro de Salud bahiense, se indicó que es necesario tratar el proyecto cuanto antes y desde la Fundación Estrellas Amarillas explicaron que “subir alcoholizado a un vehículo debería ser una infracción muy grave”.

 

El proyecto establece que quien conduce al haber consumido alcohol y sea detectado, deba ceder el control del vehículo a un acompañante que no haya consumido y esté en condiciones físicas y legales de tomar la conducción.

 

   A fin de septiembre, el FdT no obtuvo el apoyo de JxC para tratar el proyecto. En ese momento, la titular del bloque opositor, Gisela Ghigliani, había criticado la actitud del oficialismo. Desde la vereda de enfrente, señalaron que se debe esperar la sanción de una ley nacional para evitar futuros conflictos legales.

   Mientras tanto, y aunque aseguren que no se encuentra cajoneado y que hay que aguardar los tiempos legislativos, el proyecto de ordenanza de Tolerancia Cero espera que alguien tome una decisión.

 

Qué pasó

 

   Sobre el fin de 2019, el secretario de Movilidad Urbana y Espacios Públicos, Tomás Marisco, anunció que el Municipio iba a avanzar con un proyecto de Tolerancia Cero, sin perder el objetivo de que los conductores con alcoholemia detectada -sea cual sea el consumo-, no puedan seguir manejando.

   En los primeros días de marzo de 2020, previo al ASPO, la iniciativa se giró al CD, pero estuvo parada prácticamente todo el año: solamente se pidieron informes a la Agencia de Seguridad Vial y asesoramiento al Tribunal de Faltas para evaluar su compatibilidad con la ley provincial y nacional. Un año después retornó al Concejo, pero su tratamiento se volvió a dilatar.

   El proyecto indica que el conductor alcoholizado o bajo el efecto de estupefacientes deberá realizar un curso de educación vial; y se menciona la posibilidad de que lleve a cabo tareas comunitarias. También contempla la creación de un registro de antecedentes interno que compute las infracciones cometidas y sea objeto de consulta por parte de médicos y psicólogos dependientes de la dirección de Tránsito y Transporte al momento de renovar la licencia de conducir.

   Además, incorpora sanciones no económicas para quienes estén por encima de cero pero debajo de los límites mencionados, dado que "es la única alternativa que tenemos para no ir a contramano de lo que establecen las leyes provinciales y nacionales".